by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)
Mucha era la ilusión que, en su día, me hacía su estreno, piltrafillas (Righteous Kill era su título original). Luego, tras leer algunas críticas que no la dejaban demasiado bien parada, me olvidé de ella. Sin embargo, posteriormente, caí en la cuenta de que se trataba de la única película de Robert De Niro –un actor al que seguía desde hacía años- que no había visto, y me supo especialmente mal porque en general no acostumbro a fiarme mucho de las críticas. Entonces, ¿por qué debía hacerlo ahora? Total, que me propuse recuperar la cinta y mirarla antes de emitir un juicio. Lo hice, y ahora vosotros os preguntaréis si perdí el tiempo o no. Pues bien, amiguitos, mi respuesta es que tengo la impresión de que ayer vi una buena película. Sí, señor, os recomiendo –si no lo habéis hecho ya- que miréis Asesinato justo. Solo por la pareja de protagonistas ya vale la pena.
No quiero destriparos el argumento, pero digamos que trata una vez más sobre tema del justiciero y la legitimidad ética de eliminar de las calles a los indeseables cuando las leyes parecen insuficientes o incapaces de proteger a la sociedad. La película está muy bien. A ver, amiguitos, no es una graaaaan obra del séptimo arte, no tiene un guion enrevesado e inteligente, pero seamos claros, de lo que se trataba era de asistir al duelo interpretativo de dos leyendas del cine norteamericano contemporáneo. ¿Que tampoco es que sea el papel de sus vidas? Bueno, pues no, pero tampoco creo que fuese lo que ellos buscasen.
En fin, que la cinta tiene su interés, está bien hecha y las actuaciones de De Niro y Pacino, sin ser de Oscar, son decentes. Tanto el uno como el otro –a los que yo vi muy cómodos en escena- despliegan sus tics y gestos habituales sin ningún complejo para alegría de sus numerosos fans, y quizás Robert aparece algo más de tiempo en la pantalla, pero Al tiene más líneas de guion. Total, que a mí me gustó. No obstante, si tengo que encontrarle un fallo, es que el final es muy predecible, mucho, piltrafillas.
En fin, que la cinta tiene su interés, está bien hecha y las actuaciones de De Niro y Pacino, sin ser de Oscar, son decentes. Tanto el uno como el otro –a los que yo vi muy cómodos en escena- despliegan sus tics y gestos habituales sin ningún complejo para alegría de sus numerosos fans, y quizás Robert aparece algo más de tiempo en la pantalla, pero Al tiene más líneas de guion. Total, que a mí me gustó. No obstante, si tengo que encontrarle un fallo, es que el final es muy predecible, mucho, piltrafillas.
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