ZEPPELIN ROCK: OBSCURA - A Valediction (2021): CRÍTICA Review

lunes, 24 de enero de 2022

OBSCURA - A Valediction (2021): CRÍTICA Review


Por Esteban Martínez (@EMartineC)



En el momento e  que se conoció en 2020 la noticia de que tres integrantes de Obscura abandonaban el buque, se verificó la idea (por si alguien aún tenía dudas) de que el proyecto le pertenece a Steffen Kummerer, quien rápidamente se dio a la tarea de encontrar reemplazos en bajo y batería, fuera de reclutar nuevamente a Christian Munzer en guitarras (quien había dejado a la banda en 2014), para, así, entrar a grabar un nuevo álbum. Finalmente, este, desde hace unas semanas, vive entre nosotros, reafirmando con su nivel el carácter de genio de Kummerer, aunque claro, ventilando de manera evidente el que acá es uno quien manda, compone y ordena ejecuciones.



Como era de esperar, el guitarrista se ha sabido rodear de músicos (empleados, digámoslo) de extraordinario nivel, por lo que nadie podría colocarle un pero al disco en materia de ejecuciones, aspecto que explota en canciones como 'Solaris' o 'A valediction', donde la técnica en velocidad es una cuestión impresionante. Como primer detalle, sin embargo, cabe mencionar que ambas insisten sobre la misma tecla por lo que la pasada se vuelve al monótona. En ese sentido, ayudan enormemente los matices que el disco presenta (me atrevería a decir que por primera vez en la carrera de Obscura), y ahí a Kummerer hay que darle otro mérito, quien ha intentado entregar canciones que conserven la esencia de la banda pero complementando con pasajes melódicos de vez en cuando. 



Sin ir muy lejos, abrirán de manera magnífica con 'Forsaken', siete minutos donde la formación muestra todas las cartas y despliega una pieza de death técnico que integra momentos progresivos (lo que hacen desde el 5:30 en adelante es una bestialidad) incluso con un vibrante cierre rocanrolero (6:20), algo que también aparecerá en 'When starts collide', que abrirá con minutos de vértigo para de pronto bajar las revoluciones (pasando los dos minutos) y meterse en una cabalgata que romperá por completo la inercia que el tema traía, incorporando voces limpias en los coros (¿anticipo de lo que vendrá a futuro para Obscura? El tiempo hablará).

Esta tendencia a equilibrar el clásico death técnico de la banda con pasadas fuera de la caja se mantendrá a lo largo del álbum, se desataran así en velocidad mediante 'In unity' , 'The beyond' o 'The neuromancer', pero regalarán a la vez gutural y oscura 'Devoured usurper' o un instrumental progresivo titulado 'Orbital elements II' (amé el sutil guiño al riff de 'Electric eye' de Judas Priest en el 1:45 y 3:20). En ese camino quizás el álbum peque se excesivo llegando al cierre, pero nuevamente, ¿alguien podría quejarse de una canción como 'In adversity'? La ejecución es brillante, hay pausas, un solo realmente hermoso y mucha emocionalidad en la interpretación, lo mismo con el cierre 'Heritage'. Quizás entre las dos podrían haber dejado una (con ocho canciones en cuarenta minutos teníamos disco del año), pero nadie podría culpar a Kummerer por querer mostrar el nivel de esta nueva formación, la cual vuelve a dejar en alto el nombre de Obscura mediante el que debe ser el disco más diverso y accesible de la banda a la fecha, sin que esto signifique el sacrificar el espíritu de la agrupación. 

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