ZEPPELIN ROCK: KAXTA - Centro de intoxicación (2014): Crítica review

sábado, 1 de febrero de 2020

KAXTA - Centro de intoxicación (2014): Crítica review


por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia



A nadie le cogerá de sorpresa si digo que Kaxta hunde sus raíces en los mismos pozos que Robe Iniesta (Extremoduro) y los Marea (“me gusta el pacharán de las bodegas Romero”, dicen en un tema), más por la voz de El Isi y por el tratamiento de algunas canciones. Pero no es menos cierto que estos cinco músicos habían ido evolucionando por su propio camino, anclando y desanclando a su antojo sus composiciones por influencias, inspiraciones y buen hacer. Porque lo que más destaca de este tercero del grupo es la calidad en la interpretación de los temas. En especial, lo bien que suenan las guitarras de Rafa Rodríguez y Javi López, pero sin menospreciar un centímetro el trabajazo de Juan Carlos Preciado al bajo (genial en Centro de intoxicación y Dentro de mí) y Kike Fernández en batería y percusiones (me encanta ese bombo).




Comenzando por Dentro de mí, como el álbum, estupendas guitarras y bajo, caña con melodía, buena letra y un estribillo que se te cuela a la primera. Jícaras de chocolate también es un tema redondo, con cierta complejidad en la ejecución instrumental, muy bien armado; original entrada de sitar (Manué Pérez) y guitarra española (Feli Carrasco). Efímero me vuelve loco: la guitarra, la batería, la letra, todo cuadra, todo al aroma viejo, pero una vuelta más, un poco más. En la autobiográfica Malos pelos (¿quién no?) sorprende el riff tras las voces, en especial el final, grande. Corazón es un pedazo de single. Nada me para es pura velocidad, con “El Isi” gritando en un final in crescendo. Centro de intoxicación una jodida maravilla que habrá que disfrutar en directo.




La producción, realizada por ellos mismos, bastante correcta, redondea unos temas cañeros, basados en directos riffs, buenas líneas vocales y algunos estribillos que se te quedan a la primera. Las influencias Uoho/Kolibrí en las guitarras se mezclan con aromas a blues en un extremo y toques de metal por el otro (esa intro Motorhead en Nada me para), pero, como en el conjunto, dando un paso al lado, dejando el sello propio de Rafa en esos solos (Malos pelos, Jícaras de chocolate, ¡¡Explosión!!). También aciertan en el reparto de los nueve temas, dejando los tres más “diferentes” en el centro (Corazón, Malos pelos y Jícaras de chocolate)

El artwork sencillo pero chulo, con un desplegable interior conteniendo las letras. La alcantarilla de la portada sobre un trozo de asfalto marcado por unos neumáticos. A cargo de Daniel Medina.

A mí me gusta mucho cómo va evolucionando esta gente, son parte del presente y el futuro de nuestro rock, junto a grupos como Bocanada, Desakato o Gritando en Silencio. Y en cuanto pueda volveré a verles en directo, donde se dejan la piel literalmente.

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