ZEPPELIN ROCK: LAS MEJORES PELÍCULAS DE 2014 - Lo mejor del cine de ese año

domingo, 5 de abril de 2020

LAS MEJORES PELÍCULAS DE 2014 - Lo mejor del cine de ese año

Whiplash.

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC

Otro estupendo año, que llega tras la catarsis artística producida en el anterior. Un año donde destacan títulos de todo tipo y en todo género, con una calidad alta y una “clase media” bastante correcta. La Ciencia Ficción y el cine de acción tienen en este 2014 un año glorioso, como en una catarsis lúdica y hedonista, necesaria, tras una crisis desoladora. Pero no sólo en estos géneros tenemos cintas destacadas, ni mucho menos, porque los dramas poderosos, reivindicadores del individuo y sus capacidades, también dejan obras para el recuerdo.

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Las mejores películas de 2014
(lo mejor del cine de ese año)


AL FILO DEL MAÑANA, de Doug Liman. 

“Al filo del mañana” es como la “Odisea” de Homero adaptada de alguna forma a la ciencia ficción metafísica, una “Atrapado en el tiempo” con aliens y mucha acción, un brillantísimo y entretenidísimo espectáculo (que tendrá pronta secuela), que es una auténtica gozada. Ágil, amena, con un desarrollo brillante e inteligente que la hace imprevisible dentro de sus previsibles reglas. Un guión excelente, un montaje muy brillante, una magnífica dirección y buenas interpretaciones para rematar un soberbio espectáculo.




ALMA SALVAJE, de Jena-Marc Vallée. 

Una de redenciones aventureras basada en hechos reales. Un correcto drama, en clave de road movie que invita a la reflexión mientras lanza una oda a la naturaleza en su esplendor.


BAJO LA MISMA ESTRELLA, de Josh Boone. 

Basada en la novela de John Green, tenemos uno de esos dramones para llorar a moco tendido con cada uno de los ingredientes que contiene. Amores imposibles, enfermedades terminales, últimas oportunidades… Shailene Woodley está magnífica.


BIG HERO 6, de Chris Williams y Don Hall. 

Un film que tiene su ingenio en el humor y un robot protagonista encantador, entrañable y divertido, pero a la que le falta enjundia, profundidad, poso y una vuelta de tuerca, además de un guión más elaborado y depurado, ya que tiene demasiadas fisuras. Un agradable y triunfante film.




BIRDMAN, de Alejandro González Iñárritu. 

El plano secuencia se ha puesto de moda en los Oscar. Alfonso Cuarón con “Gravity” (2013), un virtuoso de esta idea, se llevó el premio de la Academia a mejor director. ¿Qué decir de Sam Mendes en “1917” este año? Nada mal le fue a Iñárritu con esta arriesgada propuesta. No gustó a todo el mundo, porque es una cinta densa, extraña, pero lo cierto es que la película posee una intensidad y fuerza dramática excelente, así como una progresión y evolución de historia y personajes fabulosa. Un gran trabajo fantásticamente interpretado y dirigido.




BOYHOOD, de Richard Linklater. 

El señor Richard Linklater es uno de los directores que mejor retrata el paso del tiempo, pero no como algo nostálgico o doloroso, sino como fiesta de la vida, con lo bueno y lo malo. “Boyhood” es una película única, algo extraordinario en estos tiempos por distintas razones: su propuesta sencilla y sincera, su ejecución. Está rodada a lo largo de 12 años con los mismos actores, es decir, el niño pequeño que vemos al inicio es el mismo actor que vemos al final ya de adolescente, 12 años después, pero el rodaje se limitó a 39 días a lo largo de esos 12 años.




CALVARY, de John Michael McDonagh. 

En una especial mezcla de géneros, con un estupendo Brendan Gleeson, esta comedia negra, con fantásticos diálogos, que se zambulle en el drama y se salpica de toques de thriller, llega a buen puerto y resulta reveladora en muchas de sus ideas.


CAPITÁN AMÉRICA: EL SOLDADO DE INVIERNO, de los Hermanos Russo. 

Una de las mejores películas Marvel de una de las mejores sagas de superhéroes. Si en la primera asistíamos a la escenificación del idealismo, la pureza y la inocencia de un país que luchaba por la libertad, a pesar de sus excesos, de la pureza del amor, personificado en su protagonista, en esta segunda entrega, con el paso de las décadas en las que el Capitán América permaneció dormido cual bello durmiente, ese país ha desaparecido. El otrora país inocente, idealista, puro, de rígidos valores y claridad de ideas, se ha convertido a ojos del Capitán América en un país sustentado en la mentira, el engaño, la desconfianza, la ambigüedad moral… Sencillamente soberbia en todo.




CARMINA Y AMÉN, de Paco León. 

Comedia a mayor gloria de Carmina Barrios, madre de Paco León, que tiene su baza en el carisma de la actriz y sus ocurrencias. Con tintes negros, gustó e hizo gracia. Secuela de “Carmina o revienta”.


CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN 2, de Dean DeBlois. 

Si bien “Como entrenar a tu dragón” es una de las mejores películas Dreamworks, una cinta de animación sobresaliente, esta secuela supuso una pequeña decepción, ya que la película no está al nivel en ninguno de los aspectos, dejando sólo momentos fugaces de talento que recuerdan a la anterior entrega, recurriendo a artificios para crear una trama aventurera que fluía de forma natural en la primera parte y a aspectos culebronescos en lo familiar relacionados con el protagonista Hipo. Entretenida, en cualquier caso.




CORAZONES DE ACERO, de David Ayer. 

Un blockbuster que no engaña a nadie pero tiene su peor pecado en que intenta hacerlo, quedando como resultado un producto superficial, esquemático y de espectacularidad discreta.


DEUDA DE HONOR, de Tommy Lee Jones. 

Un seco, sobrio y poderoso Western de Tommy Lee Jones, que también lo interpreta. Muy interesante.


DOS DÍAS, UNA NOCHE, de los Hermanos Dardenne. 

Sobre el tema de la crisis económica, los hermanos belgas cuentan su historia con realismo, concisión y dinamismo, donde destaca Marion Cotillard.


EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS, de Matt Reeves. 

Segunda de la trilogía. Una excepcional secuela, más épica, pero igualmente inteligente y reflexiva. Una verdadera joya, pieza central de una de las grandes trilogías modernas.




EL AÑO MÁS VIOLENTO, de J.C. Chandor. 

Muy en la línea de los thrillers de Sidney Lumet, Chandor logra un vigoroso título con bastante poso y grandes encarnaciones. Una cinta que pasó bastante inadvertida, pero que merece reivindicación.


EL FRANCOTIRADOR, de Clint Eastwood. 

Es una película fallida, vacua, correcta sin más, excesivamente impresionista, a la que le falta profundidad y elaboración en sus ideas, que son vagas y ligeras. No deja de ser entretenida, pero poco más. Hay más habilidad de veterano a la hora de contar la historia que verdadero calado y enjundia en la misma. No se aprecia el talento del maestro, sólo hay la apariencia de trascendencia y desgarro, no autenticidad.




EL GRAN HOTEL BUDAPEST, de Wes Anderson. 

Una auténtica golosina geométrica. La nostalgia, la melancolía, el romanticismo, se descubren como las ideas esenciales del film en ese juego de relatos que supone “El gran hotel Budapest”. Dónde radica la nostalgia, dónde comienza a gestarse, en qué consiste y qué la fundamenta, el sentido de la nostalgia, siempre vinculado a la felicidad, porque la nostalgia y la melancolía anidan en la felicidad del pasado.




EL HOBBIT: LA BATALLA DE LOS CINCO EJÉRCITOS, de Peter Jackson. 

Fin a la trilogía, alargadísima, de “El Hobbit”. Un final épico, con acción y ese lirismo que introdujo Jackson para dar más emoción aún, pero quizá la más floja de todas.


EL HOMBRE MÁS BUSCADO, de Anton Corbijn. 

Es un thriller sobrio, correcto, competente, si bien nada del otro mundo, sin nada que lo haga distintivo más allá de sus excelentes intérpretes.


EL JUEZ, de David Dobkin. 

Drama judicial que no justifica su larguísima duración en el que sobresale con luz propia Robert Duvall. Es correcta, pero dista de ser brillante.


EL RECUERDO DE MARNIE, de Hiromasa Yorebayashi. 

Otro entrañable título de Ghibli. La amistad y la fantasía en otra exquisita muestra de sensibilidad. Si te gusta la animación japonesa, ya sabes.


FOXCATCHER, de Bennett Miller. 

Basada en hechos reales, es un potente drama que sedujo a la crítica. Tiene defectos, altibajos y problemas de ritmo, pero el resultado general es bueno, con un destacadísimo Steve Carell, sorprendente.


GUARDIANES DE LA GALAXIA, de James Gunn. 

Uno de los mejores títulos Marvel, una película francamente divertida y entretenida, pero además con un punto gamberro que la hace mejor aún. Personajes carismáticos y divertidos y una banda sonora brutal.




INTERSTELLAR, de Christopher Nolan. 

Sin ser, ni mucho menos, perfecta, Nolan se reivindicó en ciertos aspectos como director en esta cinta. Una primera parte excepcional, muy spielbergiana, donde demuestra que es capaz de la emoción genuina. Luego, una odisea con altibajos y un buscado rigor científico.


INVENCIBLE, de Angelina Jolie. 

Convencional título de superación, dramatismo y épica, clásico de Hollywood, de esos que buscan Oscars. Correcta y efectiva.


IT FOLLOWS, de David Robert Mitchell. 

Interesante y distinta cinta de terror adolescente que se distingue dentro del género. Gran uso de la atmósfera y la tensión creciente. Gustará a los amantes del terror.


JOHN WICK (OTRO DÍA PARA MATAR), de Chad Stahelski y David Leitch. 

Una de las grandes sorpresas del cine de acción moderno. Un éxito inesperado, gracias al boca-oreja, que se ha convertido en saga y, además, de culto. Fascinante universo y mitología, coreografías y estilo depuradísimo… una gozada para el género.




KINGSMAN: SERVICIO SECRETO, de Matthew Vaughn. 

Buena adaptación del cómic de Mark Millar y Dave Gibbons, que define muy bien su mitología y deja algunas escenas que son muy recordadas. Otro bien título de acción.


LA BUENA MENTIRA, de Philippe Falardeau. 

Una efectiva cinta independiente que toca el tema de la inmigración y sus dificultades. Para reflexionar y concienciarse con un trabajo solvente.


LA CANCIÓN DEL MAR, de Tomm Moore. 

Encantador film de animación irlandés que obtuvo un montón de premios y que, incluso, estuvo nominado al Oscar. La naturaleza, la infancia y la fantasía en una historia poética y bella.


LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO, de Giulio Ricciarelli. 

Cine alemán expiando sus pecados, una vez más. Drama judicial basado en hechos reales sobre el proceso contra instituciones alemanas que buscaban encubrir y ocultar los crímenes nazis. Interesante y sobrio film.




LA ENTREGA, de Michael R. Roskam. 

Buen thriller al que podríamos emparentar con el universo de los hermanos Coen, sobre todo en sus títulos más negros. Posee una buena atmósfera con un pulso seguro, una acertada dirección que, aunque con algún problema de ritmo ocasional, tiene fuerza y deja buenos detalles visuales y en los encuadres.


LA FAMILIA BÉLIER, de Eric Lartigau. 

Simpática, a veces no tanto, comedia dramática sobre una familia en la que solamente una hija de 16 años no es sorda. Ella sirve de intérprete entre su familia y el mundo. Un título agradable.


LA ISLA MÍNIMA, de Alberto Rodríguez. 

Uno de los grandes éxitos de nuestro cine, triunfadora en los Goya y muy del gusto tanto del público como de la crítica. Como reminiscencias de “Seven” y “True Detective”, tenemos un estupendo thriller de gran atmósfera y tensión creciente, además un pretendido fresco social y político de fondo.




LA LEGO PELÍCULA, de Phil Lord y Christopher Miller. 

Peculiar cinta de animación, un desfase muy divertido que fue todo un triunfo. Aventuras, imaginación y mucho humor. No está mal la cosa.


LA TEORÍA DEL TODO, de James Marsh. 

No es, ni mucho menos, una mala película. Un biopic clásico que es justo lo que se espera que sea, no se sale un ápice de lo que uno puede suponer, bien construida, efectiva, con momentos emotivos y conseguidos, buena factura, todo calculado al milímetro, pero falta de vigor, energía y foco definido, desviándose hacia vericuetos personales tópicos reduciendo la trama investigadora y profesional del personaje.




LEVIATÁN, de Andrey Zvyagintsev. 

Cinta de gran prestigio en su día. Un drama social, nominado al Oscar, con una narrativa metafórica, sobria, poderosa. Un buen film, una propuesta personal.


LO QUE HACEMOS EN LAS SOMBRAS, de Taika Waititi y Jemaine Clement. 

Película de culto de manual. Esta comedia neozelandesa que tanto gustó en Sitges nos regala una visión fresca, divertida, paródica, cotidiana e ingeniosa del manido mundo vampírico. Planteada como un falso documental y en un tono de comedia, donde se mezcla lo cotidiano con lo fantástico o extraordinario del tema vampírico, la película es un gran triunfo. Realmente hilarante.




LOVE & MERCY, de Bill Pohlad. 

Estupendo biopic sobre el genial Brian Wilson, cantante y compositor de los míticos Beach Boys. John Cusack y Paul Dano interpretan al personaje en distintas edades en un trabajo que se aleja del tópico y típico biopic, resultando desgarrador, sensitivo y personal. Merece la pena, sobre todo si te gusta la música y admiras a uno de los grandes talentos del Pop-Rock.




MAGICAL GIRL, de Carlos Vermut. 

Carlos Vermut plantea la bondad y el amor como mecanismos de destrucción, dos valores con buena prensa, pero que no tienen por qué ser positivos “per se” una vez contextualizados. Esa perturbadora idea es una de las claves conceptuales de esta obra maestra del cine español, las miserias de la bondad ignorante y egoísta y el amor. Una joya con un montón de recovecos fascinantes.


MOMMY, de Xavier Dolan. 

Una de las películas más prestigiosas de Dolan. Cinta dura, perturbadora, histérica incluso, donde el director juega con todos los componentes a su alcance para agitar al espectador…


MR. TURNER, de Mike Leigh. 

Biopic sobre el pintor J. M. W. Turner, uno de los grandes genios del romanticismo. Un buen retrato de un autor extraordinario por el que siento gran devoción. Un personaje con muchas aristas al que se examina con acierto.


NIGHTCRAWLER, de Dan Gilroy. 

Una película que impacta por realista, que fue uno de los grandes títulos del año, que permanecerá en el tiempo mucho más que otras que merecieron más reconocimientos, pero que resultó escandalosa y lamentablemente olvidada. Eso sí, está lastrada por sus referentes, a los que no aporta nada excesivamente nuevo.


ORÍGENES, de Mike Cahill. 

Peculiar cinta de cine independiente estadounidense donde se mezcla el romance, el drama y la Ciencia Ficción reflexiva. Sus decisiones estilísticas pueden ser cuestionables en ocasiones, pero no deja de tener interés.


PERDIDA, de David Fincher. 

El cine de David Fincher se sustenta en una clave conceptual, temática, básica. Dinamitar el estado del bienestar, de la comodidad, dinamitar a la sociedad adocenada, la imperiosa necesidad de espolear la vida moderna del confort y el aburguesamiento. Aquí Fincher dinamita la institución del matrimonio. Un fantástico thriller, adaptación de la novela de Gillian Flynn.




PREDESTINATION, de los Hermanos Spierig. 

La película más bizarra, con diferencia, sobre el tema de los viajes en el tiempo. Basada en una historia de Heinlein, es retorcida, extraña y con un punto enfermizo y juguetón. Un gran Ethan Hawke.




PRIDE (ORGULLO), de Matthew Warchus. 

Simpática comedia dramática, y social, sobre la tolerancia y el compromiso. Ingenua, algo simplista, pero satisfactoria en sus propósitos y objetivos.


PROFANACIÓN (LOS CASOS DEL DEPARTAMENTO Q), de Mikkel Norgaard. 

En la línea de la anterior “Misericordia” (2013). Atmósferas frías, claroscuros, ambientes sucios y tétricos, tramas retorcidas, una depurada dirección, elementos que entroncan con David Fincher, sobre todo en el acercamiento del director americano al Noir escandinavo.




REDADA ASESINA 2, de Gareth Evans. 

Gran secuela de la espectacular “Redada Asesina”, amplia el universo y complica su historia, si bien no sorprende tanto como su predecesora, perdiendo algo de la fuerza genuina y salvaje, de primorosas coreografías de lucha, a cambio de una mayor complejidad conceptual y mitológica.


REGRESO A CASA, de Zhang Yimou. 

Exquisita y conmovedora, su sutil sensibilidad metafórica triunfa, como de costumbre, en estas historias personales, minimalistas, de Yimou, que es la versión del director que más me gusta.


RELATOS SALVAJES, de Damián Szifrón. 

Película por episodios, con la cierta irregularidad que suele conllevar esto consigo siempre, que fue un auténtico éxito de público y crítica. Entre la intriga, la comedia y la violencia, se reflexiona sobre lo poco que nos separa de la barbarie...




SELMA, de Ava DuVernay. 

Película necesaria, tanto por la historia concreta que cuenta como por los valores universales que transmite. Una película didáctica, aunque no trascendente, que deja una estupenda interpretación de David Oyelowo. Sólo correcta.


SIEMPRE ALICE, de Richard Glatzer y Wash Westmoreland. 

Un buen drama, con una excepcional Julianne Moore, que nos acerca con sensibilidad, sobriedad y sutileza a la tragedia del Alzheimer.


ST. VINCENT, de Theodore Melfi. 

Una película navideña sin ser una película navideña. Aquí la Navidad no se menciona pero sí se juega a pervertir tópicos cristianos y católicos para acabar defendiendo los mismos valores. Ese es el juego, simpático pero sin mucho misterio. Con todo, resulta una película agradable y emotiva.


SUEÑO DE INVIERNO, de Nuri Bilge Ceylan. 

Sereno drama rural, lleno de sensibilidad y tacto, de sentimientos congelados y semiocultos que se van derritiendo mientras cae la nieve… pero extremadamente larga, por lo que aburrirá a muchos, seguramente. Buen film turco.




THE EQUALIZER, de Antoine Fuqua. 

Denzel Washington como honesto y competente justiciero, papel que realiza con los ojos cerrados. Es sencilla y no tiene mucha tela que cortar, pero entretiene y cumple con creces su objetivo, que es lo que importa.


THE IMITATION GAME, de Morten Tyldum. 

Benedict Cumberbatch es uno de esos actores que desprende inteligencia en cada momento. Desde su papel en la serie de la BBC “Sherlock”, esto también parecen pensar los directores que han ido contratándole. Él es lo mejor de un film que sólo deja momentos sueltos, alguna escena aceptable o algún momento de alguna secuencia, dentro de la deslavazada narrativa y concepción dramática de la misma. Convencional, elegante, rígida en exceso.




X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO, de Bryan Singer. 

No es una saga que me apasiones en líneas generales, más allá del divertimento que me suponen los superhéroes por defecto. Aquí nos metemos en los viajes en el tiempo para ampliar el universo y darle más vueltas de tuerca. Gustará a los fans…


WHIPLASH de Damien Chazelle. 

Obra maestra incontestable, demostración del talento de uno de los directores que está llamado a liderar el cine futuro, aunque ya lo va haciendo al ser el más joven realizador en ganar un Oscar. Nosotros lo dijimos antes… El egoísmo y la ambición han sido, son y serán valores fundamentales para el desarrollo humano y del mundo. Para el progreso. ¿Qué sería del mundo sin los grandes ególatras y ambiciosos? La mejor película de su año… mínimo.

3 comentarios:

  1. Joder Mr. Sambo, qué haríamos sin tus listas de películas. Un placerazo revisar la historia del cine año a año con tus recomendaciones, como siempre, y más en estos tiempos de aislamiento. Me encantaron Imitation Game, Kingsman, la Isla mínima o Love and mercy, y me apunto otros títulos para ver, entre los que está esa Whiplash que, por lo que comentas, será un peliculón que no comprendo cómo no vi. Un abrazo, y gracias por estas gloriosas listas!

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    1. Para matarte, Alberto. Whiplash es una pasada, amigo. Correeee.

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    2. Me alegra leer esto, Alberto! Ya me contarás qué tal Whiplash! Jejeje

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