ZEPPELIN ROCK: LAS MEJORES PELÍCULAS DE 2015 - Lo mejor del cine de ese año

domingo, 12 de abril de 2020

LAS MEJORES PELÍCULAS DE 2015 - Lo mejor del cine de ese año

Mad Max: Furia en la carretera

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Otro aceptable año, no tan brillante como los dos anteriores, pero donde se va intuyendo una tónica general que invita a la introspección. Un año con buena cantidad y calidad en la “clase media, con varios títulos muy destacados, pero donde el autoconocimiento y los sentimientos y emociones íntimas son los temas y aspectos que marcan la diferencia, algo que ya se iba viendo en años anteriores. Un apreciable año con varios títulos pocos conocidos para un descubrimiento placentero.


La habitación.


------------------------

Las mejores películas de 2015
(Lo mejor del cine de ese año)


45 AÑOS, de Andrew Haigh. 

Un buen drama que indaga con profundidad en los resortes de los sentimientos de una pareja madura, del matrimonio y las emociones, con honestidad y sutileza. Soberbia Rampling.


ANOMALISA, de Charlie Kaufman y Duke Johnson. 

Contiene todas las obsesiones de su director, incluso su tono entre anestesiado, resignado, cansado y ocasionalmente esperanzado, metalingüístico. Irregular, donde las pretensiones de tono pueden repercutir en el espectador, que termine por experimentar lo mismo que los personajes, si bien el resultado final es satisfactorio.


ANT-MAN, de Peyton Reed. 

Un buen entretenimiento, eficaz, pero que se queda a medio camino, que podía haber dado más y del que esperaba más… A pesar de todo, “El Hombre Hormiga” y su ejército de hormiguitas aprueba con holgura.




BEAST OF NO NATION, de Cary Joji Fukunaga. 

Tremenda y contundente cinta que retrata un infierno muy real sobre la perversión de la infancia y la humanidad con un terrorífico y brutal Idris Elba. África, las guerras civiles y el horror.


BONE TOMAHAWK, de S. Craig Zahler. 

¡El Western lo aguanta todo! Por algo es el género más completo del cine. Aquí tenemos un Western con terror y gore en una mezcla tan sui generis como triunfante, ya que gustó mucho a su público potencial. Y siempre es un placer ver a Kurt Russell al frente.


BROOKLYN, de John Crowley. 

Una reflexión sobre las raíces, el hogar y el sentimiento del emigrante, que recurre a un alegórico triángulo amoroso para desarrollarse. Una historia de madurez, crecimiento y amor francamente bonita. Aunque inferior a otras muchas de este mismo año, es una emotiva cinta que toca la fibra.


CAROL, de Todd Haynes. 

Un melodrama excepcional, digno de las obras maestras de Douglas Sirk en el género. Si gustas del cine de calidad con aliento clásico, los melodramas de altura como los de antes, apuesten y disfruten de esta joya sutil y profunda. Es una de las mejores cintas de este 2015.




CORAZÓN GIGANTE, de Dagur Kári. 

Un bonito drama romántico entre dos seres marginales, rotos y acomplejados que se encuentran. Es un film islandés, pero no teman, no es nada frío. Tacto, sensibilidad, realismo… y descubrimientos tardíos.


CREED. LA LEYENDA DE ROCKY, de Ryan Coogler. 

Un gran y sorprendente título derivado de la exitosa saga Rocky, donde tenemos el vigor pugilístico y una emotividad muy lograda, donde destaca un soberbio Sylvester Stallone, que optó al Oscar como actor de reparto. Y varias secuencias de altura, como ese sensacional y conmovedor plano final.




DEL REVÉS (INSIDE OUT), de Pete Docter y Ronaldo del Carmen. 

A pesar de ciertos defectos, “Del revés” es una joya de deslumbrante inteligencia e ingenio. Otra genialidad facturada por Pixar que merece estar entre sus títulos más destacados, sin ser de los más perfectos. Sí de los más ingeniosos. Y además posee una de las dos escenas más conmovedoras del año. La muerte de Bing Bong, que escenifica de forma magistral que la muerte es el olvido.




DEMOLICIÓN, de Jean-Marc Vallée. 

Drama introspectivo y psicológico sobre derrumbamientos y nuevas oportunidades en un tono particular que pretende huir de lo convencional. Es un film interesante en el que luce Jake Gyllenhaal.


EL ABRAZO DE LA SERPIENTE, de Ciro Guerra. 

 Lo indígena, la civilización, el impacto de lo uno en lo otro. La ausencia de tiempo, los recuerdos y la memoria que definen. Una película colombiana que fue nominada al Oscar, muy personal, que conquista si entras en su ensoñación.


EL CLAN, de Pablo Trapero. 

Fue un tremendo éxito en Argentina. Un thriller basado en hechos reales sobre la familia Puccio y sus actividades delictivas, que incluían el chantaje, la extorsión y los secuestros. Un espeluznante retrato.




EL CLUB, de Pablo Larraín. 

Una cinta dura, sarcástica, cruel y perturbadora. Una violencia poderosa en todos los sentidos, una claustrofobia agobiante… No es un gran film, pero muchos lo han comparado con el cine de Haneke por lo que transmite. El celibato, las consecuencias, los monstruos…


EL DESAFÍO, de Robert Zemeckis. 

Un buen film, con muchas de las obsesiones del autor, especialmente ese idealismo y ese diálogo constante entre la realidad y la ficción, entre la vida y el arte como mecanismo para soportarla.


EL HIJO DE SAÚL, de László Nemes. 

Pretende ser una novedosa visión del horror en los campos de concentración, en este caso el de Auschwitz, con una historia terrorífica. Primeros planos, planos cortos, muy largos, sin corte, en primera persona, con cámara al hombro, para que el impacto se agudice. Es una cinta desoladora, pero un testamento más de lo que no se debe olvidar. Tuvo mucho prestigio y ganó el Oscar como Mejor Película de Habla no Inglesa.




EL NIÑO Y LA BESTIA, de Mamoru Hosoda. 

Cinta de animación japonesa que cuenta la historia de amistad de un niño y un monstruo pertenecientes a mundos distintos. Los planteamientos, desde el género fantástico, son obvios, así como previsible su desarrollo en la historia de amistad, pero funciona muy bien.


EL NUEVO NUEVO TESTAMENTO, de Jaco Van Dormael. 

Simpática sátira y comedia negra belga en la que Dios viviría en Bruselas con su familia, tendría los mismos problemas que cualquiera, pero las consecuencias podrían ser funestas. Ea, su hija, decide desvelar a todo el mundo, vía internet, el día en el que morirán…


EL PRINCIPITO, de Mark Osborne. 

Adaptación de la inmortal novela de Antoine de Saint Exupéry. Un gran proyecto que mezcla texturas y reflexiones, que cuenta además con las voces de grandes actores. Una adaptación muy reconocida.




EL PUENTE DE LOS ESPÍAS, de Steven Spielberg. 

Una joya, una obra de calidad suprema del mejor realizador del cine moderno, ese que ha heredado las esencias y el talento de los que ahora son grandes indiscutibles… Una película brillante durante todo su metraje, pero que tiene un inicio y un último tercio sencillamente magistrales. Una soberana obra para paladear con delectación. Fantásticos trabajos de Mark Rylance y Tom Hanks, escenas de una sutileza conmovedora, el simbólico juego con la iluminación… Es que es todo...




EL REGALO, de Joel Edgerton. 

Un más que apañado thriller con buenas dosis de tensión y muchos giros sorprendentes y muy bien medidos. Está narrada con solvencia y tiene personalidad. Además, Jason Bateman me cae muy bien.


EL RENACIDO, de Alejandro González Iñárritu. 

Fue la película más impactante, brillante y potente visualmente del año. Dura, salvaje, bestial y brutal, con sus dosis gore y realistas, sin remilgos ni concesiones a la comercialidad, que habla de la venganza y el espíritu de supervivencia, pero no como oda a la vida, aspecto que queda muy matizado, casi diluido como concepto en la cinta. Sus elementos oníricos encajan y funcionan regular, pero es una gran obra, con alguna escena que será recordada (ese ataque del oso) y el honor de haber podido dar el ansiado Oscar a Leonardo Di Caprio.




EL VIAJE DE ARLO, de Peter Sohn. 

Simpática y entrañable cinta Pixar sobre la amistad de un niño y un dinosaurio. No es ninguna genialidad, pero cumple con su cometido.


EN EL CORAZÓN DEL MAR, de Ron Howard. 

Aceptable film de aventuras que se basa en la historia real que inspiraría Moby Dick, la obra maestra sobre la obsesión de Herman Melville.


ESPÍAS DESDE EL CIELO, de Gavin Hood. 

Más que correcto thriller dramático que tiene en sus diatribas y dilemas éticos su columna vertebral. Terrorismo, acciones bélicas, “daños colaterales”… Interesante.


EX MACHINA, de Alex Garland. 

Excelente cinta de Ciencia Ficción sobre robótica e inteligencia artificial. Es turbia, de atmósfera enrarecida, sutilmente perturbadora, inteligente, que plantea ideas interesantes y con una Alicia Vikander excelente, que rompía con fuerza en Estados Unidos en este 2015 con tres títulos reseñables.




HA VUELTO, de David Wnendt. 

¿Qué ocurriría si Hitler se despertara en la actual Alemania? Esta es la pregunta que plantea y responde esta sátira planteada como falso documental. No es redonda, ni mucho menos, pero divierte e invita a la reflexión.


IRRATIONAL MAN, de Woody Allen. 

Allen en su vertiente oscura, esa de “Match Point” o “El Sueño de Casandra”. No llega a aquellas en su habitual juego de infidelidades y enredos de pareja con toque siniestro, pero cumple, a pesar de todo.


LA CHICA DANESA, de Tom Hooper. 

Vikander, oscarizada, y Redmayne, nominado, son la piedra angular de este trabajo del interesante Hooper. Una cinta que gustó mucho, que tenía todo para llamar la atención en ese juego de identidades y metamorfosis, de autoconocimientos, aunque nunca llega a ser verdaderamente notable.




LA GRAN APUESTA, de Adam McKay. 

Un aceptable título que sirve para hacerse una idea global de lo ocurrido en la crisis de los bonos basura desde un punto de vista distinto, pero a la que le falta cierta dimensión social, sus culpas, algo más de matiz y visión para una concepción más completa.


LA HABITACIÓN, de Lenny Abrahamson. 

La mejor película del año y la más notable de entre las que fueron nominadas al Oscar, aunque su carácter pequeño, minimalista y poco comercial redujo mucho sus opciones en los prestigiosos premios. Al menos Brie Larson… Gran hallazgo el de Jacob Tremblay. Y la otra escena en el Top de las más conmovedoras… un corte de pelo en plano distante. Su primera parte es excelsa.


LA JUVENTUD, de Paolo Sorrentino. 

Es barroca y exagerada, pero Sorrentino llega a buen puerto con esta cinta sobre el arte y la amistad en la vejez, sobre la sensualidad y la belleza, gracias al trabajo de Keitel y Caine.




LA NOVIA, de Paula Ortiz. 

Revisión de “Bodas de Sangre” de Lorca, tuvo 12 nominaciones en los Goya. Lejos de ser perfecta, tiene una intensidad aparatosa que conquistó al público… y también a mucha crítica.


LA VERDAD DUELE, de Peter Landesman. 

Uno de esos dramas, basado en hechos reales, de reivindicación y lucha por la verdad, de un individuo contra un sistema o negocio. Suelen funcionar bien, pero en general es un título rutinario, convencional.


LAND OF MINE (BAJOLA ARENA), de Martin Zandvliet. 

Cuenta un espeluznante relato, basando en hechos reales, sobre las consecuencias y las terroríficas acciones tras la rendición alemana en Dinamarca. Una cinta valiente que condena y censura el maltrato a los prisioneros alemanes, condenados a retirar las minas plantadas en la arena por el ejército nazi… Retrato de la deshumanización, aunque, ciertamente, muy medido para no molestar.




LANGOSTA, de Yorgos Lanthimos. 

Uno de esos enrarecidos proyectos de Lanthimos, esas burbujas particulares. En este caso en clave de comedia negra de Ciencia Ficción. Una curiosa distopía que, desde luego, desconcierta y llama la atención.


LOS ODIOSOS OCHO, de Quentin Tarantino. 

Aunque tiene toques del talento de Tarantino, esta mezcla entre Reservoir Dogs y Agatha Christie tiene un aire formulario que la perjudica, esa morosidad y tensión latente en espera del estallido violento y sangriento que la gente desea con previsible éxtasis. Un defecto del que Tarantino haría bien en huir, como parece querer hacer. Es una cinta muy inteligente, además de una de las más alegóricas del director, algo que está explorando cada vez con mayor acierto.




MACBETH, de Justin Kurzel. 

Otra adaptación de la obra shakespeariana, en este caso protagonizada por Michael Fassbender y Marion Cotillard. Una versión brutal, violenta y sin concesiones.


MAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA, de George Miller. 

La mejor entrega de la saga, a pesar de ser una cuarta parte, y es que esto es lo que tienen las secuelas modernas, que con planificación se logran resultados sorprendentes. Portentoso reboot e hito del género de acción.


MARTE, de Ridley Scott. 

Una oda a la ciencia y la inteligencia. Un interesante y bien facturado título de Ciencia Ficción que cumple con su cometido. Matt Damon deja uno de sus mejores trabajos.




MISIÓN IMPOSIBLE: NACIÓN SECRETA, de Christopher McQuarrie. 

Estupenda secuela de una de las grandes sagas de acción modernas. De nuevo Cruise en su salsa, en este caso con un artefacto más hitchcockiano que otra cosa. Menos acción, más intriga… Otro triunfo.


MUSTANG, de Deniz Gamze Ergüven. 

La intransigencia religiosa y la adolescencia. No es una cinta sutil, pero fue muy elogiada por la crítica. En un tono agradable, tenemos crítica social y calidez emocional.


NUESTRA HERMANA PEQUEÑA, de Hirozaku Koreeda. 

Bonita cinta sobre la familia y lo cotidiano, que es donde Koreeda basa su poética. Si entras en su ritmo y encanto te gustará, si no… pues seguramente te aburrirá.


OPERACIÓN U.N.C.L.E., de Guy Ritchie. 

Muy entretenida. Una desenfadada cinta de espías que nunca se toma especialmente en serio, clave de su triunfo como uno de los mejores y menos reivindicados blockbuster del verano de 2015.




REDENCIÓN, de Antoine Fuqua. 

Redenciones, superaciones, complejos y culpas. Es un relato convencional, pero no funciona mal con su competente narrativa así como, sobre todo, por el buen trabajo de los intérpretes, Gyllenhaal, Whitaker y McAdams.


REMEMBER, de Atom Egoyan. 

Holocausto y alzheimer, esa es la difícil mezcla que propone Egoyan. Irregular, es una cinta curiosa que no fue recibida con gran entusiasmo por la crítica. Plummer está estupendo.


SICARIO, de Denis Villeneuve. 

Buen thriller de gran atmósfera y estética sobre la lucha fronteriza contra el narcotráfico. Dio para secuela, si bien se esperaba más de este proyecto del siempre interesante Villeneuve.


SPOTLIGHT, de Tom McCarthy. 

Aunque muchos ni os acordéis de ella, o creáis que fue “El Renacido” u otra la que ganó el Oscar, en realidad fue esta cinta, tan correcta como convencional, que desde el elogio periodístico muestra con frialdad documental una terrible historia real sobre la ocultación de los abusos a menores por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica.




STAR WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA, de J.J. Abrams. 

Desdeñada y acusada de pastiche y remake encubierto por sus paralelismos y referencias a las dos primeras entregas de la saga original, Abrams inauguraba con fuerza y solvencia narrativa la tercera trilogía oficial de una de las sagas más famosas de la historia del cine. Lamentar la falta de dimensión en el contexto político o global de la cinta… y de toda la trilogía, finalmente.




STRAIGHT OUTTA COMPTON, de F. Gary Gray. 

Basada en hechos reales, sigue la historia del grupo de Hip Hop que revolucionó la música y sirvió de voz y conciencia para mostrar al mundo una realidad obviada, la vida en el barrio de Compton...


SUBURRA, de Stefano Sollima. 

Ambicioso retrato de la mafia y sus múltiples tentáculos, de su transformación y evolución, así como de los arranques violentos en dicho proceso. Un mundo corrompido que busca camuflarse en otras formas para seguir medrando. Gustará a los amantes del género.


TRUMAN, de Cesc Gay. 

Triunfadora en los Goya, es una emotiva comedia dramática sobre la amistad y la enfermedad. Lo entrañable de la tragedia irremediable, con dos grandes trabajos de Ricardo Darín y Javier Cámara.




TRUMBO. LA LISTA NEGRA DE HOLLYWOOD, de Jay Roach. 

Biográfico del guionista, perseguido por la Caza de Bruja de McCarthy, Dalton Trumbo, encarnado magníficamente por Bryan Cranston. Un excepcional talento acusado de comunista, por lo que tuvo que trabajar bajo pseudónimos. Correcto film.


UN DÍA PERFECTO, de Fernando León de Aranoa. 

Cinta española con reparto internacional. Entre el drama y la comedia, pretende un fresco sobre la zona de guerra en los Balcanes, con variadas historias y un núcleo común. Cumple.


UN HOMBRE LLAMADO OVE, de Hannes Holm. 

Es un film entrañable, que gustó mucho e, incluso, tuvo una nominación al Oscar. Con unos mimbres algo convencionales, sabe cómo conquistar al público con su personaje principal e historia.


UNA PASTELERÍA EN TOKIO, de Naomi Kawase. 

Un bonito, reconfortante y sentimental cuento de la cineasta japonesa. No se trata de una película deslumbrante, ni lo pretende, simplemente busca cautivar desde la sencillez.




VENGADORES: LA ERA DE ULTRÓN, de Joss Whedon. 

La peor entrega de la saga “Vengadores”. Un pirotécnico espectáculo que se ve igual que se olvida. Ideal para la evasión.


VICTORIA, de Sebastian Schipper. 

Un thriller, con trama de robos, rodado en un único plano secuencia. Alarde técnico. Más allá del planteamiento virtuoso, esta cinta alemana cumple con solvencia, pero sin mucho más…


YO, ÉL Y RAQUEL, de Alfonso Gomez-Rejon. 

Buena comedia dramática independiente estadounidense sobre la adolescencia y la enfermedad. Entrañable y simpática, conmovedora y con buenos diálogos, es un triunfo en casi todos los sentidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario