ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA del libro PHIL LYNOTT: THE ROCKER (Mark Putterford, 1994): Reseña

miércoles, 29 de abril de 2020

CRÍTICA del libro PHIL LYNOTT: THE ROCKER (Mark Putterford, 1994): Reseña


por TheOutlaw76 (@TheOutlaw76)
del blog THE OUTLAW




Os presento hoy este libro titulado Phil Lynott: The Rocker, en el que Mark Putterford, su autor, nos acerca, desde la perspectiva de fan, a la figura del héroe mestizo irlandés por excelencia. El autor reconstruye la historia de Phil Lynott a partir de citaciones de gente tan cercana a Lynott como Phyllis (su sufridora madre), los diferentes managers que tuvo la banda, músicos de la talla de Gary Moore, Midge Ure, Bob Geldof, Mark Knopfler, Robbo Robertson, Eric Bell, Scott Gorham, Snowy White, John Sykes, Huey Lewis o el ilustrador Jim Fitzpatrick.



Desde las primeras andaduras de un joven Lynott en el gris Dublín de los años 50 hasta su último proyecto Glam Slam, pasando por el auge y caída de Thin Lizzy, Mark Putterford consigue mantenernos enganchados desde la primera página.

La parte central del libro, la concerniente a los días en que Thin Lizzy consiguió despegar, están repletos de anécdotas salvajes, divertidas e hilarantes. Son, sin duda, los capítulos más adictivos. Es en estos capítulos donde se explica la obsesión de Lynott por apoderarse de las mejores ideas de las bandas consagradas a las que teloneaban, para así aplicarlas a su grupo con resultados a veces un tanto dispares. Por ejemplo, para la gira americana de Jailbreak Thin Lizzy abrían para Queen y Lynott quiso adoptar ciertos vicios de divo, imitando a Freddie Mercury. De ahí le vino la idea de desplazar al grupo en limusina. El único problema es que no les alcanzaba el presupuesto para más de una y viajar toda la banda en una misma limusina, apilando todos los instrumentos en el maletero que tenían que atar con una cuerda, hacía que perdiese todo el glamour.




La anécdota relacionada con la portada del Bad Reputation tampoco tiene desperdicio. Phil quiso contar con la ayuda del ilustrador Jim Fitzpatrick que, en esos momentos, se encontraba en la ciudad de Madison. Cómo la productora tenía prisa en editar el disco no estaba por esperar una ilustración de Fitzpatrick, así que Phil pilló un avión y se plantó allí para concretar rápido la portada con su amigo. Tras unas cuentas horas recorriendo las calles de la ciudad y llamando a Jim desde diferentes cabinas telefónicas un desesperado Phil era incapaz de dar con el apartamento de Jim. “¿Pero en qué Madison estas?”, le preguntó Jim … Y es que Phil fue a Madison (Wisconsin) y Jim se encontraba en Madison (Connecticut). Y así es cómo el Bad Reputation acabó sin ilustración de Fritzpatrick.

Teniendo como co-protagonistas a personajes como Gary Moore, Scott Gorham o Robbie Roberston, las anécdotas salvajes no acaban nunca. Una noche cualquiera, tras uno de los conciertos de presentación del Fighting, Robbo explica que “(…) tras el concierto nos alojamos en un motel donde conocimos a dos conejitas Playboy. Una de ellas se hacía llamar Star, ya que tenía una estrella tatuada en su vagina. Una chica muy maja. El caso es que yo intentaba meterme en sus bragas, mientras Brian Downey miraba un combate de boxeo de Muhammad Ali en la tele. De repente, Star me mordió la lengua y no me dejaba ir. Tuve que propinarle un puñetazo en la cara para sacármela de encima. Había sangre por todos lados. Ella se rebotó y saltó encima de mí mordiéndome la frente y llevándose un trozo de carne, así que acabé echándolas desnudas de la habitación. Estaba aterrado!!. Como consecuencia, tuve que hacer el resto de fotos promocionales con el flequillo sobre la cara para tapar la cicatriz (…). “




No era de extrañar esa fama de pendencieros que tenían los Lizzy. Pensad que Phil era el encargado de hacer las entrevistas de selección para su equipo personal y la primera pregunta que hacía era “¿sabes pelear?”.

Lynott nunca perdió el contacto con la calle y cuando explotó el movimiento pun, Thin Lizzy fueron de las pocas bandas consagradas que los punks respetaron. En el libro también se explica cómo Lynott formó, junto a algunos miembros de Sex Pistols, el grupo The Greedy Bastards con los que dieron algunos conciertos por pura diversión.

Cuando la fama llamó definitivamente a la puerta de Lynott, este no supo gestionarla bien y llevó el tan manido rock'n'roll way of life al límite, sumido hasta el final de sus días en una espiral de drogas y alcohol. Si alguna conclusión se extrae tras la lectura del libro es que Lynott no supo rodearse de buenos consejeros, sobre todo en lo que concierne a sus adicciones. Los últimos capítulos son realmente devastadores.




El libro señala las muchas maneras en las que Lynott, a través de su música, trató de gritarle al mundo su angustia. Canciones como Got To Give It Up, Sugar Blues, Borderline y Opium Trail son claros ejemplos de cómo Lynott ponía en sus letras al fantasma de sus adicciones.

Publicado en 1994, Phil Lynott: The Rocker continúa siendo uno de los mejores libros para adentrarse en la compleja personalidad del gran Phil Lynott. De indispensable lectura para todos los seguidores de la banda y, sobre todo, para quienes quieran conocer más sobre la polifacética personalidad de Lynott… Are you ready?

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