Labores
HASTA que un día mi madre se hartó, deshizo a mi hermana, que era también de lana y muy protestona, y con esa lana, en dos días de mucho viento, fabricó a mi hermano, que fue un cacho de pan. Había días en las que por aburrimiento o genético afán de creación, mi madre deshacía al canario o un molinillo de café que había sido de mi abuela y a golpe de aguja y paciencia los convertía en un cenicero, en un ordenador portátil o en un libro antifonal.
Si mi madre hubiese sido Dios, habría hecho el Universo de lana, y lo habría hecho y deshecho tantas veces, hasta llegar a la perfección estética de su confección, que posiblemente hubiese necesitado siglos de millones de puntadas. Se aprecia claramente que el Universo ha sido realizado por un hombre, por un hombre con prisa por irse de inmediato a algún bar en el que echar una nueva partida de tute con los amigos.
Ángel Carrasco Sotos.
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Ya podía ser tan fácil hacer y deshacer a ciertas personas!
ResponderEliminarPo cí.
EliminarLos hombres siempre tienen prisa y a las cosas, para que sean buenas de verdad, hay que dedicarles mucho tiempo.
ResponderEliminarAsí, con tiempo, preparé ayer un riquísimo pollo asado a la manzana. Y es que el tiempo que, a veces, malgastamos en tonterías debemos gastarlo sin miedo en lo que realmente merece la pena.
Qué chulo sería un mundo que se pudiera hacer y deshacer hasta dejarlo perfecto. ¡Me encantó tu historia!
Un abrazo.
Poco tengo que añadir a las palabras justas que utilizas: lo importante, y más si es lícito, merece todo el tiempo del mundo. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarAbrazos.