ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película CHANBARA STRIPTEASE (Yo Hirose, 2008): Reseña

domingo, 27 de marzo de 2022

CRÍTICA de la película CHANBARA STRIPTEASE (Yo Hirose, 2008): Reseña

 


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Es el caso que en nuestro mundo existen formidables poderes escondidos de los que no sabemos nada, y algunos son tan fuertes que aquellos que los reciben no pueden soportarlo. Sí, amiguitos, este es el comienzo la bizarra Chanbara Striptease, una cinta que podemos definir como película de artes marciales y tetas. Y lo que nos cuenta es la historia de Lily, una joven de nuestros días a la que al cumplir veinte años, su abuela –con quien vive desde que su madre falleciese- le ofrece el legado de la familia, convertirse en la última de las mujeres guerreras seguidoras de las enseñanzas de Sayama Hashinryu. Lily acepta y durante el ritual en el que se hace depositaria de su destino recibiendo el vestido que durante generaciones han llevado las seguidoras de Hashinryu se teletransporta por sorpresa apareciendo desnuda completamente –así es amiguitos- en medio de un bosque, acompañada únicamente por su katana y el maletín que contiene el traje de guerrera. En este punto ya comenzamos a intuir –por si no lo sabíamos de antemano- el tipo de cinta que estamos a punto de disfrutar. Pues bien, sin haberse puesto aún su ropa, Lily observa desde un escondite muy poco efectivo como unos ninja persiguen a una joven embarazada llamada Yae. Cuando Lily vence a los ninja –seguidores de la malvada Lady Okinu- y acompaña a Yae a su pueblecito no tardamos en darnos cuenta de que Lily ha aparecido en medio del siglo XVIII.





Y bueno, eso es todo lo que se puede contar de Chanbara Striptease, un divertimento simpático con guion patético, diálogos pueriles y previsible final que consiste en ver como Lily emprende una lucha contra Lady Okinu y sus ninja para defender a los habitantes del pueblecito de Yae. Para ello empleará su destreza con la katana y el poder de Sayama Hashinryu, que recae sobre ella cada vez que se abre el kimono y deja sus tetas al aire, algo que también hará Okinu para enfrentarse a ella. Lo dicho, piltrafillas, artes marciales y tetas, con efectos especiales de lo más cutre y casposo rodados directamente –por lo que parece- sobre soporte de vídeo, que no creo que se haya estrenado nunca en salas comerciales de cine. Para disfrutar sin complejos con un enorme bol de palomitas calientes.

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