ZEPPELIN ROCK: KK'S PRIEST - Sermons of the Sinner (2021): CRÍTICA Review

lunes, 18 de octubre de 2021

KK'S PRIEST - Sermons of the Sinner (2021): CRÍTICA Review

 


Por Esteban Martínez (@EMartineC)




Acontece en ocasiones en grupos longevos el que algún integrante toma la decisión de partir en la idea de que el proyecto se encuentra agotado. Aquello le ocurrió al gran Kenneth K.K Downing en 2011, cuando tras el opaco recibimiento de un álbum como Nostradamus (2008) sintió que no quedaba otra que dar un paso al costado de Judas Priest, ante lo cual, la banda decidió seguir adelante con Richie Faulkner, editando primero un discreto Redeemer of souls (2014) para luego revitalizar su sonido por completo en el notable Firepower (2018). El caso es que no sabemos si habrá sido que la fuerza de este último, la lamentable enfermedad degenerativa de Glenn Tipton o la mera necesidad económica, pero el caso es que pocos años atrás K.K anunció su interés por regresar a Judas, sin embargo, la banda le cerró las puertas. De ahí que en un acto de furia el guitarrista no encontró nada mejor que reclutar a Tim 'Ripper' Owens (un profesional que va donde se le pague y cumple a cabalidad, se sabe) y armar su propia banda, la cual en estos cincuenta minutos de música tributa (a veces con descaro) el sonido de Judas Priest, pero no conforme con aquello durante amplios pasajes decide ir por más.



Nos encontramos así con el clásico álbum de metal que pretende entregarle a los fans lo que supuestamente quieren escuchar, es decir, un sonido afilado, veloz y rebosante en dinámica. En ese sentido, nadie que ame el sonido de los británicos podrá sentirse defraudado con lo que Dawning acá propone, un conjunto en donde además él es absoluto protagonista (ha escrito todo el álbum) por lo que se propicia en todo momento su lucimiento como guitarrista, aunque cuidado: también como compositor, porque si algo llama potentemente la atención en este Sermons of the sinner es el nivel de sus canciones, con unas vueltas de tuerca que impresionan y un lucimiento técnico de alto nivel (la producción ahí ayuda muchísimo).

Todo esto se vuelve carne de inmediato en la demoledora apertura a cargo de 'Hellfire thunderbolt', y a partir de ahí, el álbum se empeñará en no entregar respiro, aunque claro, siempre con miradas al sonido de Judas Priest o pares, como ocurre en 'Sermons of the sinner', con partida que hace el guiño a 'The hellion' (la previa del clásico 'Electric eye') para luego regalar un redoble absolutamente Motorhead. Más allá de esto, sin embargo, el tema es una delicia, eso hay que decirlo. De igual forma, cosas como 'Sacerdote y diablo' o 'Raise your fists' (con evidente referencia a 'The green manalishi' en esos "Oooooh ooooh" del comienzo) son heavy metal del más clásico mientras que 'Brothers of the road' es medio tiempo plagado del más puro hard rock setentero. 



Con la primera mitad del álbum no hay reparo aunque tampoco tregua por lo que vienen bien los ocho minutos de 'Metal through and through', donde la épica adopta relevancia entre solos que se reiteran, unos eléctricos, otros acústicos, en una canción que genera una atmósfera que ya se la hubiesen querido Iron maiden en su reciente Senjutsu. Entrando en la recta final la velocidad y el auto plagio volverá a hacerse presente en 'Wild and free' (que es 'Freewheel burning' todo el rato) y en 'Hail for the priest' (que podría ser cualquiera por lo genérico de su riff), para cerrar todo de manera fabulosa con la espectacular 'Return of the sentinel', nueve minutos que se pasean por distintas atmósferas, subiendo y bajando la intensidad a placer (es emocionante el pequeño guiño a 'The sentinel' en el 4:56), en un manjar de canción que seguramente estará entre las más fabulosas que nos habrá dejado el metal en este 2021. 

Si Kenneth K.K Downing quería dar muestras de fuerza y absoluta vigencia creativa, pues lo ha logrado. Y si, que hay mucho de auto homenaje acá en su Sermons of the sinner, pero también de un talento inconmensurable, un manejo de la épica y un filo frente al cual solo resta rendirse. Nunca sabremos si de haberse reintegrado el guitarrista a Judas Priest algo de esto habría visto efectivamente la luz (¡y a este nivel!), quizás fue necesario el ninguneo para que K.K se decidiese a mostrar credenciales. Como sea, el disco está tremendo. 

2 comentarios:

  1. El disco no es malo pero, para este viaje no hacían falta alforjas. Este álbum es una pataleta de Calimero Downing y fichar a Tim para las voces, un despropósito y una provocación. Que sí, que K.K. es tan Judas Priest o más que Rob, Glenn o Ian... pero lo que pasó, pasó. Y no hay vuelta atrás. Vívelo dignamente Ken. En cuanto a que haya escrito todos los temas, bueno, permite que lo dude. A Ozzy también lo acreditan en todas las canciones y ya sabemos las cláusulas contractuales que hay detrás. Por otra parte, Ken no es Tipton -que le da mil vueltas como guitarrita y músico- y tendríamos que ver como hubiese sondo este Sermons of the Sinner sin el trabajo de A.J. Mills que aporta frescura y modernidad. En fin, que repito que no es malo y que resulta entretenido, pero echa un poco de tufillo a resentimiento. Qué digo un poco, apesta. Y lo siento por la subjetividad, pero es que soy humano jejejeje

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  2. ¡¡Uy que malote!!. Aunque sí, en gran parte es verdad todo lo que dices King, por otro lado, no le veo el mal rollo en que esto Suene a Judas más de lo debido, al final esto es una marca, ósea tampoco le podemos pedir a Tim que deje de cantar así ni a Rosendo que deje de tocar como sabe. Saludos King, por cierto me gusta como reseña algunas pelis bizarras...

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