ZEPPELIN ROCK: CRÓNICA del concierto de LUBACK en la sala Galileo Galilei: Madrid, 26/10/2021

viernes, 29 de octubre de 2021

CRÓNICA del concierto de LUBACK en la sala Galileo Galilei: Madrid, 26/10/2021

 


por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos






Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde era el concierto del martes, cómo fue todo ese rollo de mi crítica, qué hacíamos los seres humanos antes de que saliera The Measure Of The Step y demás puñetas estilo David Copperfield. Vaya por delante que no dispongo de arma de fuego con la que apuntarles a la cabeza, por lo que, si deciden continuar con la presente lectura, será bajo su absoluta irresponsabilidad.

Se me ocurren poquísimas sensaciones comparables con esos instantes previos a la salida al escenario de los músicos, o lo que es lo mismo, la felicidad. Si mientras fingen que leen esta crónica con atención no tienen ni idea de lo que les acabo de contar, quizá sea cierto aquello de que la humanidad no tiene remedio. En cualquier caso, agárrense fuerte porque vienen curvas sucias y peligrosas como el propio rock and roll.



En cuanto alguien que no fui yo dio el pistoletazo de salida y las canciones comenzaron a reclamar su parte correspondiente de cada alma, se hizo inevitable sonreír. No les miento cuando afirmo que sigo sin ser capaz de controlar los nervios antes de cada concierto de estos tipos que, lejos de ser unos recién llegados, llevan un lustro ya en mi vida. En su camino de Kerouac particular todo continúa fluyendo con la facilidad y el orgullo de contar con unas protagonistas bien definidas: las canciones. Lo acontecido el pasado día 26 no fue una excepción. 

La magia empezó con Choose, que se vistió de gala para la ocasión con el impecable traje de dulce introducción al caos, tal y como sucede en el disco Relative Keys For Vital Subjects. A continuación, la tormenta perfecta desatada en los temas sucesivos no dio tregua, cuando ejecutaron Tale of the Gang, Need y Fighting Star como si esto fuese Reservoir Dogs. La primera experimenta un gozoso crecimiento a medida que el arte del directo se encarga de ejercer su rol con ella, mientras que Need mejora gozosamente cuando las omnipresentes teclas de Yago la visten con el sonido adecuado al fundirse con las afiladas guitarras de Cristian y Marcus, sin dejar escapar ni una nota que no tenga un billete de ida por y para la canción. Fighting Star, por otro lado, es de esos temas concebidos para sonar y enamorar sobre un escenario, y ese aroma se transmite a un público que evidenció la necesidad de rock and roll aunque fuese una noche de martes. Imposible no sentirse identificado con todo ello cuando sonó Lucky Man, de su EP The Deal. Guitarras, familia y amigos, y para qué más. No fue la única que sonó del EP: también tuvo su momento de esplendor Pioneers con Manu cambiando bajo por violín, y aprovechando la presencia de Carmen Villaescusa volvimos a gozar con We Learn, una enorme canción cuyo hábitat natural se encuentra entre guitarras y almas en llamas. La explosión hendrixiana final a cargo de Marcus volvió a complicar, como es habitual, el proceso de introducir oxígeno en los pulmones. Previamente nos habían volado los sesos con una interpretación bestial del Over The Hills And Far Away, donde Carmen aulló con la intensidad de quien está cantando por última vez.



Black Cat sonó con las guitarras cargadas a golpe de riff, mientras que Cristian nos perdonaba la vida en una furiosa interpretación: “if you can still breathe it’s because I need some sleep”. No obstante, con la preciosa pero cruda Beware y la gloriosa versión del Starting Over de Chris Stapleton los Luback demostraron su facilidad para manejarse en otros terrenos más acústicos. También hubo tiempo de estrenar una nueva canción, Different Taste, con el sello de calidad marca de la casa del grupo garantizado. Teniendo en cuenta cómo se las gastan estos tipos, seguramente le habrán dado unas cuantas vueltas de tuerca para la próxima vez, siempre con la máxima de darlo todo por y para la canción.

El impecable cierre llegó de la mano de uno de los capos de esto: los acordes del Runnin’ Down A Dream se instalaron en lo más hondo para clausurar una noche más de llegar a casa con el alma calentita y la felicidad de los buenos conciertos. It’s only rock and roll…

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