Por Esteban Martínez (@EMartineC)
Y bueno, como todo álbum de versiones, encontraremos algunas piezas que intentan reproducir la atmósfera de las originales, como es el caso de 'Territory' (junto al polémico David Ellefson), 'Cut-throat' (con Scott Ian), 'Inner self' (Phil Rind) o en 'Slave new world' (Matthew K. Heafy) , mientras que en otras ocasiones la banda intentará añadir un plus en la interpretación, asunto que se da y funciona en 'Hatred aside', que suena muy salvaje a cuatro voces gracias a la intervención de Angelica Burns, Fernanda Lira y Mayara Puertas (habría sido bonito que desempolvaran para esta a Jason Newsted, hay que decirlo, dado que él participó en la original de 1998), en 'Sepulnation' (que suena adictiva pese a lo desentonado y débil que vocaliza Danko Jones), y en en 'Mask' junto al siempre contundente Devin Townsend.
El álbum servirá también para recuperar algunas joyas que merecían mayor atención, como las fenomenales 'Vandals nest', 'Apes of god' o 'Phantom self', bestiales todas en sus respectivas versiones, aunque también desaprovecha oportunidades con 'Fear, pain, chaos, suffering' (la más malita de Quadra y la más malita acá), así como lo de 'Ratamahatta' no se acerca ni por asomo a lo logrado en el clásico de 1996.
En definitiva, un álbum que en el balance sabe bien, que acierta más de lo que falla y entrega un equilibrado rescate de versiones con un contundente Derrick Green y un Eloy Casagrande que consagra su aporte al interior de Sepultura.
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