ZEPPELIN ROCK: ENSLAVED - Heimdal (2023): CRÍTICA Review

lunes, 1 de mayo de 2023

ENSLAVED - Heimdal (2023): CRÍTICA Review

 

Por Esteban Martínez (@EMartineC)



En cierto modo, el tránsito de los noventa a los dos miles obligó al mundo del metal a abrirse a realizar ciertos cambios de directrices. De pronto, el purismo dejó de ser atractivo y muchas bandas debieron abrir puertas para escapar del dogmatismo y explorar "fuera de la caja". Enslaved fue una de ellas, y junto con el cambio de logo (detalle no menor que el nombre de la banda se volviese legible en una portada) llegaron discos como Below the lights (2003), Isa (2004) o Ruun (2006) para dar muestras de este giro en donde los noruegos comenzaron a bajar los tiempos, a coquetear con varios mundos fuera del black, incorporando paisajes introspectivos en su sonido que combinaban con momentos melódicos (aparecieron las voces limpias), además de una clara tendencia hacia el progresivo, principalmente desde Vertebrae (2008) en adelante aunque luego tocando techo de cierta forma en álbumes como Riitir (2012) y principalmente In times (2015). En todo ese camino la banda de Grute Kjellson y Ivar Bjørnson ha explorado bastante, yendo y viniendo todo el tiempo, acertando a veces más, a veces menos pero siempre apostando hacia la apertura intentando no olvidar su esencia. Y bueno, este nuevo Heimdal habla también de esto mismo, ahora en una línea que va en busca de recuperar la oscuridad del sonido, algo ya desarrollado en el anterior Utgard (2020) y que parece encontrar su punto a lo largo de estos cuarenta y ocho brillantes minutos de música.



Abre Heimdal de esta forma con 'Behind the mirror', en la cual la exploración se hace carne. La banda desarrolla un black melódico que incorpora pasajes de teclados con el fin de generar determinadas atmósferas, las cuales impactarán con agresivas estrofas. Tremenda e intensa apertura que complementará con los punzantes riffs de 'Congelia', una maravilla marcada por una batería que no cesa de machacar y un Grute Kjellson gigante en las voces con ese "¡I am leaving this body behind! ¡I am leaving this body to die!" y que por si fuese poco se estrella con unos solos en la recta final totalmente logrados. Y si creías que lo oído era lo mejor que Enslaved podía entregarte en pleno 2023, pues craso error, 'Forest dweller' llega para llevar el sonido hacia cotas aún más altas, abriendo con un relato limpio y calmo para lentamente ir calentando el ambiente, llevándolo a su punto hasta estallar en ese enorme "¡I held out my hand, befriended the slave...!" (2:10) tras el cual incluso meterán un Hammond en la estructura. Que decir, emocionante es poco.



¿Y de ahí en adelante? Por un tubo. En los siete minutos de 'The eternal sea' volverán a entregar largos minutos de tranquilidad para luego ceder al desenfado black, 'Kingdom' será otra donde jugarán a placer con la estructura encima de un soberbio trabajo de batería mientras un relato lúgubre se encargará de construir la atmósfera, 'Caravans of the outer worlds' va y viene, desenfreno y calma, oscura como ella sola, mientras que el viaje cerrará con 'Heimdal', la más progresiva en todo el disco con ocho minutos que por si solos son un verdadero viaje.

Claramente Enslaved entendieron durante estos años que se estaban volviendo algo fríos y cerebrales, que necesitaban traer de regreso la emoción y oscuridad a su sonido, que es lo que han hecho finalmente, al punto de que un disco como Heimdal nos deja una compleja interrogante planteada: ¿Y ahora qué? Porque realmente los noruegos parecen haber tocado todas las aristas en estos treinta años de carrera, y con su álbum número quince se han mostrado inspirados de comienzo a fin, explotando cada uno de los elementos que fueron construyendo durante todos estos años. Un álbum impactante y desde ya, candidato a disco del año.

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