ZEPPELIN ROCK: Extremoduro - Para todos los púbicos (2013): Reseña. Crítica del disco

sábado, 16 de noviembre de 2013

Extremoduro - Para todos los púbicos (2013): Reseña. Crítica del disco


by Don Críspulo



Me pide el amigo Frailas (AKA el Puto Frailas) que haga la reseña del nuevo disco de Extremoduro, Para todos los públicos. Pereza total. Además él ya ha hecho la suya y eso da todavía más: Pereza. Insiste, el mu jodío, así que ahí va. Puede que me deje llevar...


Mode Abuelo cebolleta ON:

Me compré el primer disco de Extremoduro cuando salió. "Son del palo de Barricada", me dijo el dependiente de la tienda de discos que, obviamente, no tenía ni puta idea. Desde luego aquello trastornó un poco mi joven espíritu en aquella época. Esas coplas, esa forma de hacer música, eran algo totalmente nuevo para mí. Era Rock, Punk, cosas de pueblo, poesía visceral... yo qué sé. Luego medio les perdí la pista. Uno no podía atender a todo, que era también épocas de chavalas, ustedes me entienden. Con Deltoya volví a encontrármelos (o a Robe, que a la postre es lo mismo), Pedrá me pareció en su momento una obra de arte y Agila fue mi banda sonora de 1996, posiblemente el año más loco de mi vida. Incluso fui a verlos al memorable concierto que dieron en el antiguo estadio de Los Cármenes en Granada en mayo de aquel año. Luego les volví a perder la vista, puede que para siempre... hasta ahora.



Y en ese “hasta ahora” que nos encontramos pocas cosas han cambiado, en realidad sólo una: somos más viejos. Y ese somos más viejos nos ha sentado de forma diferente a Extremoduro y a mí y por ahí van los tiros. No es que yo ya no tenga interés por saber qué hay debajo de las bragas de las mozas (ahora más que nunca), pero ahora me hace menos gracia cuando me lo cuenta el Robe en sus coplas. Que está muy bien eso de rimar hemisferio con misterio y que todo eso pase debajo de tus bragas, que yo entiendo que el tema de la rima y las metáforas es así, que se pue hacer arte diciendo chichi (y chocho), que peores cosas se han escrito envueltas en más prestigio, pero no me llega igual. Y eso que veo al Robe, perdonen el ejercicio de pedantería (como si yo supiera en verdad cómo se encuentra el señor Iniesta) más maduro, más calmao, aunque también hay que decir que ya lo veía así en Agila. Que Antón Uoho, el Mr Propper del sonido de la banda, sigue pilotando la máquina (“Tú dale que ya lo arreglo yo...”) y los discos suenan pulcros, mu bien tocaos y eso me gusta.

Y en ese “hasta ahora” que nos encontramos, hay un disco nuevo y mi corazón se agita menos que la Caballé bailando el mambo, pero lo oigo y me gusta, lo oigo y me gusta más. La del hemisferio, que es la primera, es como si la cría de Agila y Pedrá hubiese nacido en cautiverio. Ocho minutos de puro Extremoduro, quizás demasiado puro, que ya valen la pena. Violines pa despistar, versos de un poeta criado entre las cabras, algunos cogidos por los pelos, del chumino imagino, pero por los pelos. Otros, pura poesía de la buena. Rima consonante de andar por casa, que otoño rima con coño y demonio (esta asonante)... luego se embala y si hay que ajustar cuentas se ajustan luego.

“Entre interiores” sigue, con todo en su sitio, con estribillo sibilino, guitarras de maestro, paradiña pal medio y declaraciones de principios aunque ya sabíamos que la cosa venía de la entrañas. La del Valle, que fue el primer single, parece una vuelta a los orígenes, pero no lo es. Nunca hay vuelta atrás. Es dura como la gente del Jerte, pero sigue sonando de maravilla.

Quizá lo que mejor representa el “hasta ahora” en el que nos encontramos sea “Poema sobrecogido” que, miren ustedes, es mi favorita. Y a la mierda si alguien le habla de madurez, o que es para todos los públicos -¡A la mierda el título!- Y yo quería hablarles mal de todo esto, pero ese deje gitano, flamenquito, calentito, las rimas de las güenas, todo bien metidito, sin exagerar, me la pone morcillona. Es lo que hay. Luego viene la coña del Manué, que ya me hace poca gracia y me corta el rollo, aunque sirve muy bien para encará la otra parte del disco.

Y la segunda parte es todavía mejor que la primera. Que no necesita tener alma, dice, como si la hubiera tenido. Y no he dicho nada de eso de que las letras no nos dejan ver el bosque, que es la música, pero es así y “Mama” es la prueba. Lo llaman de progresivo y yo me meo en las bragas, aunque algo de eso debe haber. Me suena Santana y sé que más de uno ha escuchado a Camel o Caravan por ponernos más finos y toneladas de Heavy Metal, o aquellos grupos del mal llamado sinfonismo patrio, no lo sé, pero es verdad aunque sea una verdad que conocíamos desde Pedrá, o incluso antes. De todas maneras yo no pondría los discos de Extremoduro en el mismo estante que los de Genesis, como tampoco los pondría cerca de los libros de García Lorca aunque algo haya.




Decía el Frailas que las canas nos distraen, y en mi caso es cierto, pero paso a paso, como en “Mi Voluntad”, me deshago de mis prejuicios, que eran míos y los tenía con mucho orgullo. Directa y certera, que además se junta con “Rock & Roll endémico”, una copla que en otras manos sería basura y aquí da el pego. Aceptamos barco como animal de compañia, aunque sólo sea por hacernos más amena la espera hasta ese grande finale que, como los grandes grupos pseudosinfónicos medio progresivos, se deja al final para cierre apoteósico. Siete minutos de pura magia. Un poquito de mensaje, típico reprise marca de la casa, sonido pulido, guitarras que son puro caviar, o tortas del Casar que da lo mismo, pero no podía cerrarse mejor este disco.

Visto lo cual, creo que a partir de este disco esos “Hasta ahora” van a tener que ser más cortos y aunque no voy a salir corriendo a oír todo lo publicado en los últimos quince años por la banda, que uno tiene cosas que hacer, sí he de reconocer que aquella pereza inicial se ha convertido en tímida emoción y, fíjense ustedes cómo será la cosa, me da a mí que este al final se cuela en mis discos del año.

©Don Críspulo

1 comentario:

  1. Yo debo de ser medio/gilipollas...pasé 3 pueblos de ellos en mis años mozos y me enganché a ellos en los 2 discos anteriores a éste. Gran critica.

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