ZEPPELIN ROCK: KENNY DORHAM - Afro-Cuban (1955): CRÍTICA Review

martes, 21 de mayo de 2024

KENNY DORHAM - Afro-Cuban (1955): CRÍTICA Review

 

The Hunter




"Si tenemos en cuenta la fecha (29 de marzo de 1955) hemos de entender que ya el gélido invierno ha dado paso a la colorida primavera, pero ahí fuera los valientes transeúntes siguen apurando sus pasos embozados de la cabeza a los pies mientras el viento, tozudo, se empeña en seguir jugando con las lluvias que se acercan por el Atlántico. Y puesto que tengo conmigo a Hank Mobley y Cecil Payne al saxo tenor y barítono respectivamente, a Horace Silver al piano, a Jay Jay Johnson y su trombón; puesto que cuento también con el bajo de Oscar Pettiford, con la presencia de Art Blakey a las baquetas, y ya que se ha pasado por el estudio de Rudy Van Gelder el "Conguero" y Carlos "Patato" Valdes, por qué no olvidarnos del frío del exterior e intentar conjurar un poco del Caribe en pleno Nueva Jersey". Algo así podría haber pensado el trompetista Kenny Dorham instantes antes de que, cálidas, irrumpan las primeras notas de "Afrodisia"; embriagadora desde su título, responde a esos deseos con el calor, el color y el ritmo necesarios para desdibujar fronteras y rendir el tributo necesario que el jazz le debe a África, esta vez -y como en los discos de Machito o Mongo Santamaría- vía Cuba. Empecemos con este Afro-Cuba.





Composición del propio Dorham, la romántica y sensual "Lotus Flower" nos lleva al centro de la pista de un viejo salón de La Habana, bailando agarrados a una bella señorita ajenos a las miradas de terratenientes, mafiosos y agentes de inteligencia. ¿Quién sabe?, puede que el mismo Batista se encuentre entre los asistentes, ajeno a su destino. Hora de calzarse los zapatos del maestro Dizzy Gillespie, hora de "Minor's Holiday", hora de la pasión y el frenesí. Para cerrar la sesión, "Basheer's Dream", único tema que no viene firmado por el trompetista tejano y que partiendo de cierto aroma orientalizante termina hechizando como el descarado vaivén de unas serpenteantes caderas femeninas. 




Presentados originalmente en formato diez pulgadas, el elepé se completa, ya sin J.J. Johnson ni Valdés -y con Percy Heath ocupando el lugar de Pettiford- con tres temas en clave de hardbop registrados dos meses antes ("K.D.'s Motion", "La Villa" y "Venita's Dance") que a falta de son mantienen constante la temperatura gracias a su swing. Dicho de otra forma: el blues, el góspel, los ritmos afrocubanos; ¿no procede todo del mismo lugar?

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