Brigitte Lahaie fue una actriz francesa –para los que aún no la conozcáis- que durante los setenta se hizo un nombre en el porno y con el cambio de década comenzó una carrera en el cine mainstream de bajo presupuesto. Así pues, a su participación en películas como Las uvas de la muerte o La nuit des traqueés de Jean Rollin, Los depredadores de la noche de Jesús Franco o Le couteau sous la gorge –todas ellas reseñadas en este blog- se suma hoy esta L’executrice (La ejecutora en España) de 1986, con guion y dirección de Michel Caputo, un realizador salido como ella del mundo del porno. El argumento de esta cinta policíaca nos cuenta la historia de Martine, una inspectora del departamento de antivicio en París, que investiga a la organización de Madame Wenders por el secuestro de una joven. Sin embargo, su dedicación al caso –y su carácter impetuoso- chocarán con las trabas que el Comisario pondrá a su trabajo para proteger a Wenders, dueña de un local de striptease –tapadera de un negocio de pornografía y trata de blancas- al que durante años asistió él mismo y buena parte del departamento y que esconde un secreto inconfesable.
Piltrafillas, La ejecutora es pura serie B europea eighties style, con efectos especiales de caseta de feria, interpretaciones patéticas –la aparición del compañero de Martine, que parece el bedel deficiente de un instituto de película slasher en vez de un inspector de antivicio es de vergüenza ajena-, guion básico, erotismo soft, peleas callejeras, disparos y persecuciones, o sea, un estupendo exponente de cine casposo palomitero de los ochenta que, además, nos permite ver a la guapa Brigitte intentando infructuosamente que nos olvidemos de su culo gracias a sus (escasas) dotes interpretativas, algo que no consigue porque en todas sus películas se empeña en mostrarnos su cuerpo desnudo a la menor ocasión. Total, una cinta de acción exploit más que indicada para disfrutar con una copita de ron añejo a mano un domingo nuboso de mediados de primavera.
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