ZEPPELIN ROCK: FATE – A Matter of Attitude (1986): CRÍTICA Review

viernes, 17 de mayo de 2024

FATE – A Matter of Attitude (1986): CRÍTICA Review

 


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)



En una visita a Milán me hice con este elepé de los poco conocidos Fate, grupo danés formado en 1984. Y si Pantera comenzaron como grupo de heavy metal con influencias de Kiss o Van Halen antes de convertirse en referentes del thrash y el groove, en este caso vemos cómo Hank Shermann –cofundador de los blackmetaleros Mercyful Fate– hizo el camino contrario formando, tras disolverse dicho grupo, una banda dedicada al hard melódico. Después de debutar con un más hardrockero álbum homónimo, en este segundo A Matter of Attitude subieron de calidad a costa de depurar y suavizar su sonido hacia un estilo más comercial y mainstream.
 
Producido por Svein Dag Hauge –que también metió algunas guitarras– en los mismos estudios Easy sound de Copenhague donde Mercyful Fate grabaron sus dos últimos discos, la banda estaba formada por el mencionado Hank Shermann a la guitarra, Jeff Limbo a las voces –autor de todas las letras–, Bob Lance a la batería y Pete Steiner al bajo y teclados, además de compositor de la práctica totalidad de la música. 
 

Con portada de Mogens Frederiksen, con una pobre funda interior en blanco sin letras ni fotos en la copia de EMI Italiana SpA de 1987 que poseo, el track list era: 
 
A 
I won’t stop 
Hard as a rock 
(I can’t stand) losing you 
Point of no retun 
Hunter 
 
B 
Summerlove 
Farrah 
Get up and go 
Limbo a go go 
Do it 
 
El primer tema del disco es I won’t stop, que se inicia con un bajo sintetizado, unos teclados y un sonido hard pop-rock pegadizo con coros, lo que nunca esperaría uno de alguien que compuso los temas de Melissa o Don’t break the oath. Sin embargo, prejuicios aparte, el álbum mola, es ochentero a tope –lo que a estas alturas a mí me da por buena la compra– y pese al cambio de estilo, no le resta valía como guitarrista al bueno de Shermann. Y así llega Hard as a rock, que sigue la estela del anterior tema y continúa la fiesta con estribillos enganchosos y un estupendo trabajo de guitarra, sin desmerecer la voz de Limbo, que me gusta más que en su primer álbum y que me recuerda a la de Mike Tramp. (I can’t stand) losing you es un pelotazo de hard melódico, con más coros, estribillos, una bonita voz, una base rítimica machacona y un solo de guitarra redondo. Más rockera es Point of no return, que sin variar demasiado en estilo –los teclados y los coros siguen ahí–, tiene una interpretación vocal más enérgica, menos dulce, quizás porque Shermann colabora en su composición igual que en la siguiente Hunter, que también tiene un poquito más de punch que los temas iniciales pese a ser otro exponente de hard pop con estribillos repetitivos, aunque con enorme calidad. 
 

Y la cara B es exactamente igual, iniciándose con Summerlove –quizás la más flojita del disco– y siguiendo con la alegre Farrah, otra en la que Shermann colabora en la composición musical junto a Steiner. Get up and go es la única en la que el guitarrista es autor de la música en solitario, notándose en el tema una carga hardrockera superior a la tónica general aunque los estribillos pegadizos sigan siendo protagonistas. Es el momento de Limbo a go go, una bonita canción sobre el amor cantada en primera persona que precede a una acústica Do it de estilo jazzy, una broma totalmente prescindible para mi gusto ya que rompe estilísticamente con el resto del álbum. Con todo, me parece un disco estupendo de una banda poco valorada por el gran público al que hacía ya un tiempo que había echado el ojo y que me alegré de encontrar en Milán. 
 






Lo dicho, si os gusta el hard melódico con buenas voces y de gran calidad instrumental y aún no los conocéis, dad una oportunidad a estos Fate con este segundo álbum, el mejor de su carrera en mi opinión. 
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla
 

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