Exploración del miedo
LE voy a hacer una exploración rectal. Así que se desnuda y se coloca sobre la camilla a cuatro patas y con las piernas abiertas.
Oí aquellas palabras como si las pronunciase un loco o un degenerado. Sin embargo, no sin un seguro recelo íntimo, asumí mi condición de paciente. Dejé mi dignidad, hermano, mi honra, a merced de ese desconocido y me rendí a sus órdenes. Detrás de mí oí cómo el médico se enfundaba unos guantes elásticos; también las risas de unos niños malos y el ladrido de un perro, pero esto último lo asocié a antiguos temores o fantasmas aún no desterrados. No sé por qué pensé que no hay alianza más pétrea que la que se produce contra el justo.
Ángel Carrasco Sotos
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