ZEPPELIN ROCK: EURYTHMICS - Revenge (1986): CRÍTICA Review

jueves, 13 de junio de 2024

EURYTHMICS - Revenge (1986): CRÍTICA Review

 

por Dani Matute (@dmatuteb)



Nos encontramos con este Revenge ante el quinto álbum de Annie Lennox y David A. Stewart, es decir, Eurythmics. Y venían de haberse reconvertido una vez más con el Be Yourself Tonight, donde habían abrazado el R&B y el rock, tras sus comienzos más electrónicos. Y claro, tan bien les funcionó que fue la primera vez que no evolucionaron. A pesar de ello, fabricaron un cuantos singles de éxito que ya son clásicos del pop-rock de los 80. Pero el regusto amargo de lo que pudo haber sido y no fue queda en el fondo de tus oídos y de tu cabeza.



Me doy cuenta de que he abierto el melón con un párrafo que podría ser el punto final de la entrada. Ahora no tengo ni idea de cómo voy a seguir. Porque, que os confiese que Annie fue uno de mis primeros amores platónicos pre y adolescentes, no va a hacer que despierte vuestra curiosidad por este LP y por mi redacción. Que os cuente que tras separarse Eurythmics, a Dave Stewart solo le oí en un dúo guitarra/saxo en un tema de una banda sonora (“Lilly was here”, preciosa canción) y que Annie siguió siendo una Diva, tampoco va a hacer que rellene muchos renglones. Posiblemente si pudiera narrar las sórdidas vicisitudes en la relación de trabajo/amor/odio entre estos dos artistas, ganaría un buen número de lectores. Lo malo es que no tengo ni idea de si hay suficiente información que buscar y, lo que es peor, ni siquiera sé si es interesante. Bueno, miento un poquito y quizás retome este tema cuando llegue a una canción en concreto del vinilo, ahora que lo pienso.

 


Es el caso que, cuando empieza a girar el disco y bajas la aguja, tras la estática, gime una armónica de blues que no te esperabas y Lennox canta que “nació como una pecadora original, que nació del pecado original” mirando por encima del hombro a las creencias religiosas. “Missionary man” es un tema con un ritmo duro, con la batería del ex BlondieClem Burke, taladrándote los oídos, unas guitarras afiladas y toques de armónica de Jimmy Zavala aquí y allá entre la robótica voz de Annie, con el contrapunto de los coros de Joniece Jamison. Sinceramente, un gran inicio de álbum, fuerte y poderoso dentro de este pop-rock. Ah, por cierto, con este tema ganaron un Grammy como mejor interpretación rock por un dúo o grupo vocal.


 

“Thorn in my side” es un pelotazo pop, una introducción hablada de Annie da paso a un saxofón y unos arreglos muy sesenteros. Lennox mucho más lírica y, ante un juez lo negaré, pero esos “woah-oh-oh-oh” y “run-run-run-run” de los coros me resultan ridículamente pegadizos: me encantan. El saxo y la armónica de nuevo son de Jimmy Zavala y Burke hace muy buen trabajo desde la batería. En este caso los coros son de Bernita Turner. Es una canción alegre y llamativa, de fácil escucha y que te deja una estúpida sonrisa en los labios. Sí, sí, sale mi vena petarda, qué se le va a hacer.

Y si no era bastante, el tercer corte es otro hiperconocido tema, “When tomorrow comes” donde Lennox hace brillar su preciosa voz, sintetizadores y guitarras pop-rock se unen y, mi parte preferida, el “wooohoooo yeahhh” de Annie en medio del solo de guitarra. Luego entra el saxo de Zavala al más puro estilo Clarence Clemmons. Eso sí, Clem Burke un poco infrautilizado en su golpeo.

En “The last time” oímos a Stewart combinar su voz con la de Lennox, resultando en un bonito contraste, aunque la canción pincha dentro de esta cara A. Otra vez suena la armónica de Zavala. ¿muy reiterativo para un disco pop?

Y cerramos el primer lado del plástico a un gran nivel, con la balada “The miracle of love”. No tiene la energía de las otras canciones, pero de nuevo, tenemos las voces de los dos integrantes del grupo acoplándose. Me hace mucha gracia que se acredite en el tema un “extraño ruido de guitarra sintetizada” a Stephen “Gully” Gallifent. Los arreglos orquestales corren a cargo del prestigioso Michael Kamen, conocido por sus bandas sonoras y por ser uno de los pocos artistas que ha colaborado con Gilmour y Waters tras la separación de Pink Floyd.



En realidad, si me parase aquí, no pasaría nada porque la cara B baja escandalosamente de nivel. Pero vamos a decir que “Let’s Go” es alegre, sin embargo me empieza a saturar el uso indiscriminado de la armónica y saxofón en capas superpuestas. Y mira que me flipa la armónica, que si tuviera lo que hay que tener sería uno de los instrumentos que intentaría tocar.

“Take you pain again” es un ejemplo del pop de los 80, sin más. Recuperamos un poco de nivel con “A Little of you” que me recuerda mucho a la E.L.O.  con los arreglos de cuerda y los sintetizadores y Annie Lennox demostrando que, a la vez que potente, puede sonar cálida.

“In this town” comienza como si estuviesen en el escenario, aplausos y tal. En los créditos pone que está grabado en la fiesta de Manu. Quizás un vacilada de los artistas. Al menos es curiosa.

Y terminamos con otro medio tiempo, “I remember you”, que abre como si Annie estuviese paseando por un barrio de Nueva Orleans sonando de fondo un saxo jazzístico. Annie canta, Dave en los coros, violonchelos, tambores, más arreglos. Una maravillosa pieza construida para despedirse de un amor. ¿Quizás la ruptura de nuestros dos simpáticos protagonistas de la entrada de hoy? Sea como sea, un gran broche final al álbum. Menos mal. La producción de David A. Stewart se me antoja floja y ha envejecido un poco mal...y eso que era uno de los productores de moda de aquellos años.



Resumiendo, un buen disco que se queda a medio camino, con grandes temas pero mucho relleno. Aún no sé de qué se estaban vengando o de qué se estaban tomando la revancha. Me falta mencionar la portada, donde aparece la pareja pintada por el pintor inglés, Eric Scott.

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