ZEPPELIN ROCK: CHELSEA WOLFE - She Reaches out to she Reaches out to she (2024): CRÍTICA Review

lunes, 24 de junio de 2024

CHELSEA WOLFE - She Reaches out to she Reaches out to she (2024): CRÍTICA Review

 

Por Esteban Martínez (@EMartineC)



Durante estos últimos años es obvio que Chelsea Wolfe ha estado totalmente activa. Tras el íntimo acercamiento al folk de Birth of violence (2019) colaboró junto a Converge en Bloodmoon: I (2021) así como en la banda sonora de X (la película de Ti West), en compañía de Tyler Bates, conocido por su trabajo musical para múltiples películas pero también por haber sido guitarrista de Marilyn Manson y haberle ayudado en la producción de álbumes como The Pale Emperor (2015) y Heaven Upside Down (2017). Sin embargo, tocaba álbum propio, el cual se estuvo cocinando durante todos estos años y finalmente ha visto forma en diez canciones que en cuarenta minutos dan muestra no solo del sostenido crecimiento que la vocalista ostenta disco a disco si no que también de su capacidad para absorber con naturalidad y nutrirse de múltiples influencias. Y es que en este notable She Reaches out to she Reaches out to she (primera y última vez que escribo el trabalenguas) resulta evidente el que no inventa nada pero se las arregla para sonar fresca y creativa en compañía de David Sitek (el productor histórico de Yeah yeah yeahs) yendo hacia su arista más gótica y oscura pero dotándola de cuerpo y vitalidad, armando un conjunto que la muestra hambrienta por sacar a la luz sus aprendizajes.



Y es que por sobre todo, She reaches out... es un álbum inquieto que pareciese siempre buscar abrir puertas. Desde un comienzo, cuando suena 'Whispers in the echo chamber' percibimos ese aroma a suciedad industrial, a electrónica oscura. Chelsea va con calma en una primera estrofa para luego explotar en un coro duro, tras el cual irá aún más abajo recurriendo al susurro como herramienta vocal en un alarde de maestría trabajando intensidades. Esta idea del ir y venir se acentuará con algo como 'House of self-undoing', mucho más acelerada desde su batería (exquisitamente sucia también), seguida de 'Everything turns blue', que nuevamente apunta a las catacumbas de su sonido.  



Entrando al nudo del disco, a partir de 'Tunnel lights' y pasando por 'The liminal' + 'Eyes like nightshade' + 'Salt', incluso en el cierre a cargo de 'Dusk', será cuando la influencia de Portishead en el sonido del álbum se volverá más clara, sin embargo, lejos de sonar a plagio Chelsea lleva el sonido a su terreno, triunfando en todo momento. Así como en 'Unseen world' abrirá visitando atmósferas propias de Björk para luego regalar un tema mucho más explosivo y en 'Place in the sun' insinuará una balada al piano que acabará siendo cualquier cosa menos eso. Notable. 



El séptimo álbum de Chelsea Wolfe hay que oírlo y vivirlo, es una invitación a sumergirse. La artista ha salido a explorar involucrándose con una serie de artistas que parecen haber dejado huella en su sonido, lo cual ha nutrido para bien su música. Uno de los grandes álbumes que seguro nos habrá dejado este 2024 que ya comienza a agarrar vuelo.

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