En ocasiones, pico en una tienda de discos que hay cerca de casa. La historia es muy curiosa (creo yo). En los ochenta yo vivía en otra ciudad y venía de vez en cuando al barrio donde vivo ahora con un amigo, porque tenía unos primos por aquí. En aquellas escapadas siempre parábamos en una tienda de discos y solíamos pillar alguna casete. Veinte años después vine a vivir por aquí y, dando un paseo, me topé con la misma tienda, con el mismo cartel y con el mismo vendedor (más calvo, más canoso). Por supuesto, entré y a los cinco minutos estábamos hablando de música y músicos, todo con la excusa de mi interés por este álbum. ¿Conoces a Cactus?, me preguntó sorprendido. Y la siguiente hora no paramos de hablar. Entre otros, cacé este vinilo, que adoro, por lo musical y por el reencuentro con aquella tienda de mi juventud, tienda de barrio, que aún hoy mantiene el tipo contra crisis, modas, descargas y demás.
Para quienes no conozcáis a Cactus, os haré una breve introducción a su breve historia. Originarios de Estados Unidos, se formaron de la escisión de Vanilla Fudge en 1969. El batería Carmine Appice y el bajista Tim Bogert (vaya dos monstruos) se juntaron con un increíblemente desconocido guitarrista llamado Jim McCarty y el cantante Rusty Day. Editaron juntos tres discos en dos años, siendo este Restriction el tercero. Para la ocasión reclutaron al teclista Duane Hitchings y buscaron algún colaborador externo, como Albhy Galuten al piano o Ron LeeJack en la slide. El álbum lo produjo Geoffrey Haslam con la colaboración del mismísimo Eddie Kramer en los Electic Lady Studios de Nueva York. Después de este disco, Jim y Rusty se largaron, Cactus editó un lamentable disco y la banda se disgregó. Carmine y Tim se juntaron con un tal Jeff Beck para formar Beck, Bogert & Appice.
La cara A se abre con un hard rock brutal de título Restrictions donde todos los músicos se lucen, pero qué pedazo de riff y solo de McCarty. El aire sureño (slide incluida) se cuela en Token Chokin' para pasar a un tema de corte progresivo y ambiental titulado Guiltless Glider: excelente solo de batería de Appice y una interpretación fenomenal de Bogert.
La cara B comienza con uno de los mejores temas, la versión de Evil, puro hard rock bruto, impresionante. Alaska da un pequeño respiro con su aroma blues, esa armónica sucia y el delicado talento de la guitarra y el bajo jugueteando con una escala tan manida como adorable. El riff de Sweet sixteen vuelve a zambullirnos en el southern para girar en Bag Drag al hard rock grueso de la época, tema que os sonará a lo que Deep Purple fabricaba por entonces. El cierre con Mean night in Cleveland, acústica en mano, broche perfecto.
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