ZEPPELIN ROCK: DARE - Out of the Silence (1988): CRÍTICA Review

sábado, 19 de febrero de 2022

DARE - Out of the Silence (1988): CRÍTICA Review

 

por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia

Es sabido que Darren Wharton no era aún sino un mocoso cuando tocó los teclados en el Chinatown de Thin Lizzy, allá por 1980. Acababa de cumplir 18 años. Se mantuvo en la banda los dos siguientes álbumes, Renegade (1981) y Thunder & Lighting (1983). Se curtió en los escenarios con Scott Gorham, John Sykes, Brian Downey, Snowy White y, por supuesto, Phil Lynott, en cuyo álbum en solitario de 1982 también tocó. Años después del final de Thin Lizzy, formó su propia banda, a la que llamó Dare por consejo de Lemmy Kilmister, quien en algún lugar de Alemania, en medio de la última gira de «los Lizzy» le sugirió el nombre. El grupo sufrió numerosos cambios hasta llegar a este debut de 1988. 



La voz de Darren Wharton y la guitarra de Vinny Burns comandan este álbum sin relleno que juega entre los sonidos AOR de la época, el hard rock melódico y cierto aroma celta en algunos pasajes. Junto a ellos, Brian Cox a los teclados (labor que comparte con Wharton), James Rosson en la batería y Shelley al bajo. Producido por Larry Klein, tipo poco habitual del género, y Mike Shipley (Def Leppard, Winger, The Cars, Nickelback), consiguió un acabado sonoro distintivo, bien mezclado, muy melódico, sin caer en el exceso de azúcar, más bien guardando cierta elegancia y misterio.

El álbum comienza con la atmosférica Abandon, de melodía meliflua sobre el teclado, ritmo cortante hasta un puente-estribillo cargado de energía y el primer buen solo de Burns. Into the fire resulta más dulce, con gran protagonismo de los teclados, estribillo sencillo de voces dobladas. Gran trabajo vocal en la balada Nohing Is Stronger Than Love con su arrebato goloso de autoafirmación. Las baladas son un punto fuerte del disco, cómo no, y, junto a ésta, la final Don’t let go, cercana a unos Journey inspirados, con uno de los mejores teclados del álbum y una parte instrumental en el centro que sabe a poco.



A estas alturas del disco, ya tenemos los elementos principales que dan mérito a este Out of the silence: la cálida voz de Darren en arrebatadores lineas, armonías y atmósferas que las adornan, un gran guitarrista del género, camas de teclados y una producción en beneficio del conjunto y el propio Wharton. Añadamos un toque atlántico-celta descarado en The raindance y King of spades, muy en la línea de lo que Thin Lizzy desarrollaron en Black Rose (a rock legend) o Gary Moore en Wild frontier.

Las guitarras toman protagonismo en The heartbreaker, uno de los mejores cortes, donde Burns demuestra lo bueno que es, muy en la línea de lo que años después escucharíamos en Ten. Una de mis favoritas, Runaway, también viene cargada de potencia en las guitarras, optimista melodía, estupenda letra, con un rollo Bryan Adams en los coros. Con las mismas influencias, aunque en este caso más suaves, tenemos Under the sun , con un impresionante riff de la guitarra y el mejor solo del disco, y Return the heart, sentido, denso, genial combinación de teclado, voz y guitarra.

Un disco que cumple treinta años ya y que supone una joya (semi)oculta del género melódico, primero de una brillante trayectoria de sus dos máximos responsables, Darren Wharton y Binny Burns. Siéntate con una buena cerveza, pon los pies en alto y dale al play…

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