by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)
The Agony & Ecstasy Of Watain es un álbum de los suecos
Watain. Y si en el caso de los discos de
Dark Funeral o
Windir no me compré, en Estocolmo, los que
buscaba en principio, en el caso de este de hoy iba directo a por él porque
es una bestialidad y desde que lo escuché por primera vez ya tenía claro que
sería uno de los que me traería como souvenir. Además, lo encontré en
su edición splattered green ¡más barato que la edición normal en
negro! por lo que miel sobre hojuelas.
Se impone -como en entradas anteriores sobre los discos adquiridos en la capital sueca- una pequeña
presentación de la banda. Esta se formó en 1998 en Uppsala (otra de las
localidades que visité en mis vacaciones) por
Erik Danielsson, Pelle Forsberg, Christian Blom y
Hakan Jonsson para dar voz a uno
de los grupos más demoníacos de Suecia. El álbum que os presento hoy es su
séptimo larga duración en casi veinticinco años de vida. Vamos, que tampoco
se lo toman con prisas. Anticristianos y satanistas confesos que apoyan la
Misanthropic Luciferian Order, una secta formada por el líder de
Dissection que se suicidó en
2006, han sido acusados en alguna ocasión de neonazis, aunque ellos declaran
condenar el antisemitismo y los totalitarismos de extrema derecha. En la
actualidad, se mantienen en la formación activamente
Danielsson y
Forsberg –aunque aseguran que
Jonsson participa en las
composiciones– y han integrado como miembros de la banda a los músicos que
hasta su última gira eran contratados únicamente para sus
directos.
Así, grabado en The Chapel of Necromorbus con Tore Stjerna a la producción, el line up que ha dado forma a este brutal The Agony & Ecstasy Of Watain han sido Danielsson a las voces, Forsberg a la guitarra, H. Death (Hampus Eriksson) a la guitarra, E. Forcas (Emil Svensson) a la batería y Alvaro Lillo al bajo.
El track list del álbum, que cuenta con una gran portada de
Oik Wasfuk, es el siguiente:
A
Ecstasies in night infinite
The howling
Serimosa
Black cunt
Leper’s grace
Not sun nor man nor god
Before the cataclysm
We remain
Funeral winter
Septentrion
El discarral –no apto para blandengues– comienza con un riff de
guitarra inocente, un bajo al que se une un riff algo más potente y luego...
la destrucción absoluta con un alarido infernal y un doble bombo inhumano
que ya no va a parar mientras
Forsberg y
Death nos taladrarán las
neuronas con riffs acerados. Estamos ante un
Ecstasies in night infinite con
diversos cambios de ritmo hacia el final del tema en el que incluso
encontramos solos a lo
Hanneman y
King. Es una pasada porque pese a ser una cabalgada extrema está lleno de
matices y melodías diferentes que no lo hacen monótono. Y sin descanso
atacan con The howling, que es un temazo alucinante de puro black metal con cambios de
ritmo continuos y momentos que –al menos en comparación con la tónica
general– pueden considerarse incluso pausados. Y si con dos temas ya se ve
lo bien que conjuntan las dos guitarras, mención especial merece
Svensson como batería magistral.
El ritmo baja un poco en velocidad –entendedme– con la oscura
Serimosa, otro de esos temas blackmetaleros en su acepción más tenebrosa que
desbocada. Con
Black cunt regresa el doble
bombo, aunque los riffs de guitarra y el bajo de
Lillo –con la impecable
producción de Stjerna– otorgan color o tonalidades de gris al tema, que también tiene una
velocidad comedida y un breve solo slayeriano. Le sigue
Leper’s grace, más rápido que el anterior, con unos riffs frenéticos y numerosos cambios
de ritmo. Y finaliza la cara
Not sun nor man nor god, una instrumental de minuto y medio muy calmada en la que se advierten
unos teclados como en alguna otra parte aquí y allá del disco.
La cara B se inicia con la estupenda
Before the cataclysm, que con sus más de siete minutos se convierte en la canción más larga del
álbum. Se trata de otro temazo con numerosos cambios de ritmo, riffs
gruesos, con algunos pasajes muy melódicos y un ambiente francamente oscuro
que es superado con creces con la lenta
We remain en la que participan
el guitarrista Gottfrid Ahman y
Farida Lemouchi –vocalista de
Molasses, a quienes no conozco de nada– compartiendo las voces con
Danielsson y creando un tema que
me recuerda a los también suecos
Avatarium en los pasajes en los
que canta Farida. Funeral winter , el siguiente
tema, es otro exponente de black metal enérgico y de calidad. Y el
punto final llega con la preciosa
Septentrion –nada que ver con la de igual título que Abbath ha grabado también para su álbum de este año– que podrían haber
firmado perfectamente los
Windir de mi anterior
entrada.
Resumiendo, otro álbum que no espero que escuchéis muchos de vosotros, pero que
es un exponente perfecto del metal extremo de gran calidad y numerosos
matices que crean muchas bandas escandinavas. Y es que, como nos tocaba
decir en los 80 para defender a nuestros amados grupos de hard rock y
heavy metal, black metal no es sinónimo de ruido.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
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