En fin, que Schwarzenegger está correcto –incluso algo autoparódico- y el español Eduardo Noriega muy convincente –tampoco es que el papel tenga gran complejidad, pero me ha gustado mucho- y convirtiéndose en uno de esos actores que sin prodigarse demasiado en los medios ni hacerse demasiada publicidad ya lleva unas cuantas colaboraciones en el cine norteamericano al lado de verdaderas figuras. Completa el trío de estrellas Forest Whitaker y hay que destacar una breve aparición de Harry Dean Stanton como viejo granjero con cojones. Si bien es cierto que en la primera hora la película se desarrolla con dos argumentos en paralelo y Arnold no hace demasiado acto de presencia, a partir de que el FBI contacte con él y se dé cuenta de que algo está ocurriendo en las afueras del pueblo que puede tener relación, no tardará ni cinco minutos en aparecer con el rifle de asalto y empezar a volar cabezas. Y si es verdad que Arnie tiene una edad y perdió el tren de las producciones de acción que le hicieron famoso cuando decidió emular a Ronald Reagan, creo sinceramente que este regreso, pese a no ser para tirar cohetes, no es del todo desechable. Bastante distraída, creo también que con algo menos de metraje quizás hubiese ganado. Con todo, la última parte es muy espectacular, un fin de fiesta western movie style, cambiando los colt y los winchester por bazookas, ametralladoras y armas automáticas, con muchos disparos, persecuciones y peleas. En resumen, acción de consumo rápido... y recomendable.
Highlight: Schwarzenegger entra en el restaurante del pueblo a través –literalmente- de la puerta acristalada tras correr bajo una lluvia de disparos y cuando los que están escondidos allí le preguntan cómo se encuentra, él responde “viejo”. Eso es reírse de uno mismo y lo demás tonterías.
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