ZEPPELIN ROCK: SCORPIONS - Savage Amusement (1988): CRÍTICA Review

sábado, 2 de marzo de 2024

SCORPIONS - Savage Amusement (1988): CRÍTICA Review

 

del blog Rockologia


En ocasiones uno se ve inmerso en una de esas tontas discusiones sobre qué es mejor y qué no es mejor: ¿el mejor cantante? ¿el mejor solo? ¿el mejor disco de Scorpions? Y yo, que a veces me traiciono a mí mismo, unas veces defiendo unas cosas y otro día las contrarias, porque así van los gustos: unos días gintonic, otros cubalibre, otros... 




Y esto viene a cuento porque (casi) nadie pondría este álbum de los germanos el primero de su lista si se tratara de "el mejor", y yo tampoco, pero, ¡posiblemente sea el que más me gusta! Cierto es que lo tengo asociado a experiencias personales especiales, pero su atractivo musical no me deja distanciarme.

La música la grabaron los músicos "clásicos" del mega estrellato: Klaus Meine a la voz, Rudolf Schenker y Matthias Jabs a las guitarras, Francis Buchholz al bajo y Herman Rarebell a la batería. Lo hicieron, como en otras ocasiones, en los estudios de Dieter Dierks en Colonia (Alemania). La masterización corrió a cargo de Howie Winberg en los Masterdisk de Nueva York.

La portada y el artwork es responsabilidad de Pat Gorman y las fotografías de Caroline Greyshock.




Klaus y Rudolf intentaban conquistar a toda costa el mercado yanqui y le dieron a las canciones un toque más "radiable" aún, metiendo sintetizadores, relajando algunas guitarras y poniendo empeño en lograr armonías pegajosas. Intentaban ampliar el mercado, vaya. Así, combinan canciones que tuvieron un trato amable en la producción con otras que intentaron reforzar la imagen de banda heavy, de tipos duros.




La cara A contiene Don't stop at the top, ritmo buenísimo, me encanta el estribillo, Rhythm of love, de mis favoritas, Passion rules the game, Media overkill y Walking on the edge, otra pasada. La cara B comienza dando caña con We let it rock... you let it roll, relaja un poco con otra belleza titulada Every minute every day, vuelve a subir revoluciones con la más dura Love on the run y finaliza con la balada made in Scorpions Believe in love.




El vinilo viene enfundado con las letras por un lado y los créditos y agradecimientos por otro. Las galletas del disco contienen partes de la imagen de portada, que, por cierto, rememora un poco el anterior Love at first sting al presentar a la chica con las piernas transformadas en aguijón de escorpión, una sirena del desierto.

Rudolf comentó en una entrevista que repasaba sus álbumes de los ochenta sobre Savage Amusement: "debería haber sido nuestro disco definitivo, pero no le dedicamos suficiente tiempo; contiene algunas de nuestras mejores canciones".

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