Un día, Max sufre un accidente grave en la fábrica y es contaminado por radiación. La única manera de sobrevivir es conseguir un pasaje para Elysium, por lo que decide ponerse al servicio de Spider, su antiguo jefe, que le convertirá en –otra coincidencia con la cinta de Verhoeven- una especie de robodelincuente híbrido, mitad máquina, mitad ser humano. Cuando la secretaria de defensa de Elysium descubre los planes del grupo criminal, decide emplear a su mejor agente –Sharlto Copley, protagonista de la mencionada Distrito 9- para atacar a Max y sus compañeros. Y eso es todo lo que os puedo contar sin destripar demasiado la historia.
Amiguitos, Elysium son efectos especiales, disparos, peleas, naves de combate, distopía semiapocalíptica, naves de combate, robots, una estación espacial toroidal -¿homenaje a Kubrick?- y un argumento que sigue la línea de la anterior cinta de Blomkamp cambiando a humanos, extraterrestres y guetto por la alta sociedad, los parias de clase baja y un planeta podrido. Distraída, pretendidamente de denuncia aunque sin profundizar demasiado en el asunto central y un Matt Damon que está aceptable aunque no sea un papel que exija demasiado que digamos en lo interpretativo. Colaboración de Jodie Foster, que aporta su profesionalidad a la hora de interpretar a la fría hija de puta Delacourt. Palomitera.
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