ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película DARK FEED (Michael Rasmussen, Shawn Rasmussen, 2013): Reseña

domingo, 28 de abril de 2024

CRÍTICA de la película DARK FEED (Michael Rasmussen, Shawn Rasmussen, 2013): Reseña

 

by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Tenía ganas de clavarle el diente a este slasher y, finalmente, le llegó su oportunidad. Puntuación de 2.9 en Filmaffinity, de 3.6 en imdb, sin un póster que valiese la pena, que se estrenó directamente en el circuito de vídeo... y puesta a caer de un burro por los pocos que la vieron. En resumen, que la cinta prometía (momento irónico). Y es que no sé qué me pasa con las películas que escojo –fijaos que R.I.P.D. no me pareció tan mala pese a sus muchas carencias- que me cubro de gloria con cada una de ellas. Así que aquí tenemos a esta Dark Feed escrita y dirigida por Michael y Shawn Rasmussen, guionistas de The Ward -reseñada en este blog-, que esta vez se ponen tras la cámara y dirigen un nuevo guion de su autoría. Lo malo es que, si en la de John Carpenter transcurría la acción en un centro psiquiátrico, en esta... también. Quiero decir, que los hermanos no son precisamente originales en lo que a localizaciones se refiere. La película nos cuenta cómo un equipo de filmación que está rodando una película de bajo presupuesto en un psiquiátrico clausurado y a medio derruir empezará a sufrir el acoso de un ente que se dedicará a apoderarse de la mente de los integrantes del pequeño grupo con el fin de alimentarse de ellos.





Cine dentro del cine, psiquiatría experimental, una fuerza extraña... parece interesante. Sin embargo, tras veinte minutos de película, en Dark Feed no ha pasado nada que valga la pena reseñar. Son veinte minutos de rollazo con diálogos entre intérpretes, entre técnicos, entre el guionista y todos ellos... hasta que, ahora sí, comienzan a pasar cosas, esas cosas típicas que suceden en este tipo de cintas en las que un grupo de personas comparte su tiempo en un espacio reducido embrujado o asediado por un peligro, ya sea una estación espacial, un laboratorio en el polo sur o una escuela precintada. Vaya, que es más de lo mismo, amiguitos. Oscura, lenta, ni sexy, ni gore, ni terrorífica, con una calidad tan baja como la que caracteriza a la que se está rodando dentro de la trama. Solo en los últimos veinte minutos el argumento emprende una escalada de locura que, sin embargo, no compensa el tiempo perdido a lo largo de la hora anterior. En resumen, un slasher de serie B en el que no se ven tetas ni vísceras, por lo que -evidentemente- no es algo que pueda recomendaros.

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