ZEPPELIN ROCK: KING SAPO - Niño Gurú (2019): CRÍTICA Review

jueves, 25 de abril de 2024

KING SAPO - Niño Gurú (2019): CRÍTICA Review

 

por Dani Matute (@dmatuteb)



Esto debe de introducirse con la debida contextualización. Que nadie huya, que os hablaré del disco enseguida.

La reunión había resultado más corta e insatisfactoria de lo habitual. Así que decidí dar un pequeño rodeo perdiendo mis pasos por alguna calle perpendicular a San Bernardo en vez de tomar la Gran Vía para llegar al templo de Debod, donde había dejado el coche. Terminé cogiendo la calle Noviciado que siempre me ha parecido coqueta. Tampoco iba muy atento, pero, de repente, me paré en un escaparate que anunciaba un comercio muy peculiar: una pastelería perruna. Sí, pastelitos, tartas y galletitas para nuestros amigos peludos de cuatro patas. Esas cosas que solo puedes ver en las grandes ciudades, ya sabéis. Y fue entonces, curioseando esas delicias para gourmets caninos, cuando mis ojos cayeron sobre el escaparate de la tienda de al lado, que había pasado de largo momentos antes. Allí estaba el disco el vinilo que hoy os traigo, con un precio redondo de 20 euros.



Pensé que el destino tiene formas curiosas de hacerte llegar a término de un viaje y no dudé en entrar en Marilians Records y llevarme a casa el primer trabajo de King Sapo y que pasara a ser el vinilo en el que más dinero he gastado. Resulta que había conocido la música del grupo germen de King Sapo, Eldorado porque una de sus canciones fue la elegida como cabecera de un programa de TV por web, sobre motos, que me descubrí hace unos años: ROCK & BIKERS, de Experienty TV. A eso programa también llegué de refilón, pues el que conocí a través de los perfiles en redes sociales de Carlos Escobedo, de Sôber, era el programa ROCK PALACE de la misma plataforma que, curiosamente, tiene su estudio en el pueblo donde vivo. En fin, tirando del hilo terminé escuchando toda la discografía bilingüe español/inglés de Eldorado. Muy disfrutona, la verdad. Creo que fue el grupo español que más escuché por aquellos años, 2016 para concretar más. Pero aquel grupo se acabó, finito. Vaya suerte la mía, descubrirles para verlos morir (mira, también me pasó lo mismo por aquella época con un grupo mostoleño llamado Melibea: resulta que tenía relación con su guitarrista/productor y cuando caí en ello, ya fue en sus estertores finales). Unos cuantos integrantes de Eldorado decidieron seguir su camino juntos, fundando estos King Sapo. Me enteré de esto otra vez de casualidad cuando tuve la suerte de poder cubrir el Mulafest/Garage Sound 2019 para la revista super7moto.com: el segundo día eran uno de los primeros grupos que actuaban. Como no los conocía, investigué antes de ir a verlos y fue cuando me enteré de dónde salían y qué tipo de música hacían. Por azares azarosos de la vida, ese segundo día no pude ir al inicio de los conciertos y llegué justo cuando ellos terminaban su mini bolo: los vi en su último tema, en el que sonaban como una apisonadora, y me di cuenta de que me había perdido algo muy bueno y tuve que conformarme con esa aplicación de música online que todos conocemos para, de vez en cuando, disfrutar de su único disco. Y así hasta el momento que os he intentado contar más arriba en el que el destino se aseguró de que ahora ya los pueda pinchar en mi tocata. El vinilo es de un precioso color rojo, al parecer edición limitada según pone en su web. Allí lo venden firmado por la banda. El mío no lo está a pesar de que el dueño de Marilians me comentó que los Sapo eran amigos suyos e, incluso, habían presentado en acústico este trabajo en la tienda. Porque, amigos, Marilians, que empezó como magazine musical, resulta que es una de esas tiendas en las que quedarte a vivir, aunque quizás demasiado indie por ponerle un pero.


 


King Sapo son Jesús Trujillo, a la voz y guitarras, Andrés Duende, guitarras y coros, Javier Planelles, batería y percusiones y José Alberto Solís, al bajo. Los tres primeros fueron integrantes de Eldorado. Solís viene Wyoming y los insolventes).  Apoyados al hamond y a los teclados por Juan de Dios Martín, que se encarga de mezclar y producir el álbum. La grabación se hizo en los Estudio Uno Madrid y fue editado por Rosevil Productions. Los nueve temas del disco están compuestos como una sola persona por los King Sapo.

La música de King Sapo es muy parecida a la que hacia Eldorado, como es lógico suponer. Han dejado atrás uno de los signos de identidad de aquel proyecto: sacar los discos en español y en inglés. Luego se decantaron por el idioma de Rosendo, lo que resultaba curioso porque si fuesen un grupo inglés/americano, con lo de moda que está el rock de los 70 en el que se inspiran, y cantando en el idioma del rock, lo estarían petando a lo grande.

El primer corte nos deja claro el camino que vamos a transitar en los próximo 40 minutos: riffs poderosos, afiladas guitarras y una base rítmica arrolladora proporcionada por Solís y Planelles. “Niño Gurú” comienza con riff de guitarra y percusiones que podían recordar a los Stones Roses. Pero ahí se acaba el parecido, pues estamos ante un gran tema de rock donde nos ofrece la salvación a través del mismo rock.

“Hombre humo” se acelera aún más, pero sabe intercalar una parte más melódica que rompe el tema en dos de forma muy acertada

Ya estamos en el tercer tema, “Alguien como tú” que podría ser perfectamente el single que rompiese en las radios, si aún existiesen radios como las de antes, claro. El tema más macarra en el que te lanzan a la cara que eres lo peor.

La vena americana se les marca en el cuello y en “Libre”, una balada melancólica. Por cierto, el trabajo vocal de Trujillo es espléndido en todo el disco. Siempre me pareció muy curioso su acento. Imagino que su ascendencia canaria mezclada con ese inglés con el que tan bien se desenvuelve y con el picante de vivir en El Ferrol, hace que salga algo así de especial. 

Volvemos a derroteros hard rock setentero tamizado por los 80 y 90, con “Lume” con ritmos tribales incluidos que cierra la cara A en unos vertiginosos tres minutos. Os pongo dos versiones del tema.

 


Nos levantamos del asiento y damos la vuelta al plástico para poder escuchar “Insomnios” con tintes psicodélicos y reminiscencias a los Doors, con el hamond de Juan de Dios.

“Afrodita blues” que también comienza con un ritmo tribal, en consonancia con el tema sexual que nos relata. A mi me recuerda a Black Sabbath, pero tened en cuenta que de música viejuna no estoy muy puesto.

Enfilamos la recta final del disco con la más psicodélica del disco, como bien dice su título: “Super Psycho”. Con el falsete de Trujillo y la maraña sonora que tejen para crear una orgía sónica de más de seis minutos no sé qué haces que no la escuchas ya.

Y, ahora sí, cruzamos la meta con “Hablando con árboles”, otra gozosa balada, tempo en el que siempre se han movido muy bien, tanto en su época de Eldorado como ahora. El solo de Andrés y Trujillo aullando a la luna, te ponen los pelos como escarpias, la verdad.

Por cierto, si os habéis dado cuenta, los Sapo se han currado videos para todos los cortes. Otra cosa más que me recuerda a los Melibea, mencionados por ahí arriba, que hicieron los propio con su último trabajo, el EP Reloaded.

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