ÁCS
Fue la serie animada "Érase una vez... el hombre" la que abrió el camino (con esos mismos personajes) al resto de "érases" que salieron de la mente del francés Albert Barillé: el espacio, el cuerpo humano, las Américas, los inventores, los exploradores... ¿Quién no recuerda aquellos maravillosos dibujos animados con los que aprendíamos historia entres risas. que nos proporcionaban las situaciones protagonizadas por esos característicos protagonistas con el barbudo Maestro a la cabeza de la debida instrucción.
Centrándonos en la serie que dio pie al álbum que nos ocupa, se comenzó a proyectar en Francia en 1987 e igualmente en España (el 3 de septiembre para ser precisos). Hay que decir que hubo otros álbumes anteriores al hilo de la publicación, pues este se publicó en 1997, imaginamos que debido a alguna reposición y, hay que decirlo ya, acompañando a la edición de una enciclopedia por fascículos y fichas muy llamativas que se iban organizado en una carpeta de anillas. Los cromos, por tanto, no se adquirían en quioscos o tiendas al uso, en sobres, sino que venían en láminas con los distintos fascículos. Por eso hubo muchos de estos álbumes que se quedaron a medias de completar. Se trataba de adhesivos, o pegatinas, como más bien les llamábamos: unas con la forma rectangular habitual y otras troqueladas que muchas veces servían para completar una figura o ilustración del álbum. Un álbum muy en plan didáctico, pero, a la vez (como la serie), lleno de humor gráfico.
El álbum, publicado por Planeta - Agostini, es de unas dimensiones poco habituales pues tiene unas dimensiones de 41 x 29 cm. aprox. para 24 páginas en las que, tras una presentación, se trataban aspectos del cuerpo humano como el corazón y la circulación de la sangre, los pulmones y la respiración, el cerebro y el sistema nervioso... en fin, un recorrido por el interior de nuestro cuerpo con parada en cada uno de sus órganos, y siempre de manera divertida. Otra cosa es que los niños leyesen esos textos sin que hubiese un adulto atento a que esto se produjese. De motu proprio pocos estudian si no hay examen, ya os lo digo... a no ser que a uno ya le hubiese despertado la vocación médica a tan tierna edad.
ÁLBUM COMPLETO
No hay comentarios:
Publicar un comentario