by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)
Aquella tarde me decidí por ir con la familia a una sala de cine –algo que hago una o dos veces al año, para no olvidarme del olor a palomitas- dispuesto a disfrutar de Gravity. La verdad es que no tenía gran interés en verla; dos protagonistas, espacio reducido, sin acción... pero es que todas, TODAS las críticas la ponían como la película del año o más. Y ya sé que somos todos mayorcitos y sabemos que de los críticos y las campañas de promoción pagadas por las grandes productoras nos tenemos que fiar más bien poco, pero opté por arriesgarme. Protagonizada por Sandra Bullock y George Clooney, dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón y escrita por él y su hermano Jonás, Gravity nos cuenta cómo la técnica Ryan y el comandante Kowalsky deben utilizar todos los medios a su alcance para regresar con vida a la Tierra después de que el transbordador espacial en el que trabajan sufra un gravísimo accidente.
Amiguitos, solo puedo deciros de ella que es emocionante, técnicamente impecable –el trabajo de animadores 3D y técnicos en efectos digitales es apabullante- y visualmente espectacular. El trabajo de Sandra Bullock es excepcional e incluso la música de Steven Price encaja a la perfección en este peliculón. Es cierto que con toda seguridad el realizador se tomó algunas licencias a la hora de contar la historia, quiero decir que hay bastantes momentos -digamos- algo inverosímiles. Pero también lo era que un tiburón de las finanzas con el dinero por castigo se enamorase de una puta sin estudios, y nunca nos cansamos de ver y alabar Pretty Woman.
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