ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película MUERTE EN TOMBSTONE (Roel Reiné, 2013): Reseña

domingo, 21 de abril de 2024

CRÍTICA de la película MUERTE EN TOMBSTONE (Roel Reiné, 2013): Reseña

 

by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Muerte en  Tombstone (Dead in Tombstone) es una cinta a la que podemos calificar de western fantástico sin faltar a la verdad, algo que se agradece cuando a veces se nos presentan pretendidas obras de terror o comedias que, ni nos asustan ni nos hacen maldita la gracia respectivamente. Pues bien, en esta película protagonizada por Danny Trejo el argumento nos cuenta la implacable venganza de Guerrero De la Cruz, el jefe de la banda de los Blackwater. Junto a Ramos, Baptiste, Washington, Darko y Snake –una panda de asesinos, atracadores, ladrones y estafadores-, después de salvar de la horca a su hermanastro Red, decide saquear la población minera de Edendale en Colorado -aunque en realidad, el nombre es de un distrito de Los Angeles en el que a principios del siglo XX estaban los estudios de cine mudo más grandes de la costa oeste- con la idea de desaparecer luego con un botín de lingotes de oro. Sin embargo, el miserable de Red pretende apoderarse del pueblo y convertirse en el amo y señor de la localidad para lo que no duda en asesinar a Guerrero, quien -por supuesto- va directo al infierno. Pero una vez allí, hace un pacto con el Diablo y pide recuperar su alma a cambio de la de sus seis antiguos compañeros. Así que Guerrero no tarda en regresar a las calles del pueblo –que ha cambiado su nombre por el de Tombstone- dispuesto a regarlas con sangre y volver a la vida.





El Tombstone del título remite a un episodio conocido por todos por haber sido tratado en el cine en diversas ocasiones –una de esas historias de delincuentes y agentes de la ley que en la vieja Europa no despiertan mayor interés, pero que en una nación con relativamente poca edad como los Estados Unidos ha adquirido grado de leyenda-, aunque para ser exactos tuvo lugar en el estado de Arizona y tiene poco que ver con la historia que la cinta nos explica. Dirigida por Roel Reiné, su inicio con música de dobro y la voz en off de Mickey Rourke –aquí el mismísimo Lucifer- explicando que el oeste es un nido de víboras en el que nunca le faltan almas malvadas que devorar es alentador si sois de los que disfrutan con las historias de forajidos, espuelas, sheriffs y vasos de whisky en el saloon. Es verdad que el argumento recuerda un poco a Gallowwalkers (Cazador de demonios) en lo que a localización en el oeste, el tema de la venganza y el regreso de la tumba se refiere. Sin embargo, mientras que aquella seguía una visión algo surrealista o jodorowskyana del género, en esta la ambientación es mucho más acertada, es ciertamente como un western de toda la vida –poco original, eso sí- pero con un guion de trasfondo fantástico tratado de manera clásica. Y por si fuera poco, cuenta con el aliciente de ver a Danny Trejo en otro de esos papeles hechos a su medida –no nos engañemos, como actor es limitadito- en la piel de violento chicano, por lo que, mientras esperamos babeando la nueva entrega de Machete, Muerte en Tombstone nos sirve de perfecto aperitivo. Entretenida.

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