ZEPPELIN ROCK: THE BLACK CROWES - Happiness Bastards (2024): CRÍTICA Review

lunes, 29 de abril de 2024

THE BLACK CROWES - Happiness Bastards (2024): CRÍTICA Review

 

Por Esteban Martínez (@EMartineC)



Lo acepto, las comparaciones son odiosas, y lo sé, pero, os pongáis como os pongáis, hoy abriré esa entrada con una provocación. Y es que, cuando uno oye álbumes de bandas jóvenes como Greta van fleet o Rival sons, puede, efectivamente, disfrutar de una u otra canción, ¡incluso de un disco completo! Sin embargo... algo falta. A veces ni siquiera se puede explicar qué es, pero se siente en la piel la ausencia de un ingrediente mágico. Pues bien, The Black Crowes están acá para responder al enigma con su regreso tras casi quince años de silencio, porque a estos estadounidenses les moviliza el mismo target y sonido que a las bandas jóvenes antes mencionadas, digamos, ese rock setentero clásico y purista, pero lo trabajan con una frescura, con un elemento de autenticidad que, digámoslo, no responde a fórmulas matemáticas: lo tienes o no, y The black crowes lo tienen, lo siguen teniendo. Incluso en un álbum como Happiness bastards, que, claro que sí, no sorprende en lo absoluto y transita efectivamente por donde esperábamos que lo hiciesen; los tipos se la arreglan para convencer sobradamente.




No se complican, por tanto, y nos entregan un trabajo preciso, diez canciones que en menos de cuarenta minutos nos invitan a revivir ese sonido tan característico que oscila entre los Rolling stones ('Bedside manners') y Aerosmith más rudimentarios ('Rats and clowns', 'Dirty cold sun' o 'Flesh wound'), en ocasiones sonando algo más bluseros ('Bleed it dry') y a veces más funkeros, recordando por instantes a Led Zeppelin ('Cross your fingers') o acercándose incluso a lo que hoy en día grabaría un Lenny Kravitz ('Wanting and waiting').



Ahora, donde la banda definitivamente muestra credenciales es en algo como 'Wilted rose', que abre en un tono completamente country para pasando los tres minutos ir explotando en intensidad y regalarnos una recta final particularmente exquisita. Y así, el disco se deja oír sin problemas y se las arregla para mantenernos ahí, disfrutando como enanos en una burbuja atemporal. 



El regreso de The black crowes no transmite el ser un lanzamiento "por cumplir". Muy por el contrario, regala la sensación de aceptar el relevo, que cuando las glorias setenteras ya no estén alguien tendrá que mantener vivo este sonido. Benditos sean por ello...

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