ZEPPELIN ROCK: Extremoduro - Para todos los públicos (2013): Crítica del disco. Review

domingo, 10 de noviembre de 2013

Extremoduro - Para todos los públicos (2013): Crítica del disco. Review


Cuando leí que Extremoduro preparaba un nuevo disco para este año sentí lo que siempre siento cuando esto sucede: es como una especie de escalofrío que da a entender que ya por las circunvoluciones de mi, a ratos, triste materia gris corría un poderío encabritado que iba tocándoles el culo a las neuronas que encontraba a su paso. No, no soy objetivo (¿qué es serlo?) cuando acostumbro a hablar del bueno de Robe. Será que uno lo ha mamado y con gusto desde hace años e incluso, como dejé dicho en esta vieja entrada en que hice la crítica de Material defectuoso, su disco anterior, el nuevo rumbo que habían tomado sus dos últimos discos significaba para este menda que una savia nueva corría ahora por las venas de mi primo Robe Iniesta. Mamá, ya he mamado (¡qué cabrón mi primo! No se lo tengáis en cuenta, damiselas de la boca de fresa).





Y el nuevo disco, del que hemos ido dando noticias con el adelanto de ese temazo que lleva por título “Qué borde era mi valle”, tracklist, etc. y ese infame pirateo del álbum que hizo adelantar su publicación diez días. En fin, avatares de los nuevos tiempos que esperemos pronto quede en anécdota para completar libros sobre la biografía del grupo. Lo digo porque este nuevo disco de Extremoduro, titulado Para todos los públicos, con portada no menos infame que el incidente ocurrido (es lo de menos, o no), es un trabajo muy respetable (si es que trabajo y respetable son palabras que puedan aparecer emparejadas en un mismo sintagma).




Habrá quien los critique por… no sé. Pero sentencio de modo lapidario: Quien critique este disco de modo negativo quizá esté demasiado crecidito (lo siento) y las canas le absorben las últimas neuronas de juventud que le quedaban cociéndose en la olla. Quiero decir que uno no puede vivir de aquellos recuerdos juveniles de cuando le gustaba “Jesucristo García” u otras que por aquel entonces le hacían coger la escoba de mamá y se ponía a cantarla para todo el barrio. Porque el nuevo Robe es –en este disco más que en los dos últimos– el mismo de aquella época, más aún en letras, esas que se desbordan de sus versos por las márgenes de las estrofas, como ocurre en ese gran tema que abre el disco, “Locura permanente”, cuya melodía tan progresiva se ha colado ya en mi cabeza para dejar su cagada eterna. No es un descuido, el propio Robe lo sabe, que me lo ha contado a mí, sino parte de la misma estética que ha venido cultivando con el atinado desdén por la cuadrícula desde que sustituyó el chupete por la jeringuilla y se puso a escribir letras de irreverente clochard o de harapiento quinqui con ínfulas de poetiso amante del ripio cultivado hasta lo infinito. 

La (prosaica) vida no deja de ser un ripio. Es la estética que, junto al lirismo más profundo, va sembrando bragas, tetas y culos, chuminos y chichis (¿oís cómo suena esa “Mama”?). No, amigos, Robe es solo ese príncipe de Golconda o de China de la "Sonatina" de Rubén en ocasiones contadas (el asunto es bipolar de cojones, vaya, y se anda estudiando; la NASA toma cartas en el asunto). Irreverente, provocador, descarado, con una provocación de suburbio de pueblo, que ya es decir, que saca la lengua desde la pocilga a los matarifes de la crítica de etiqueta. Ese es él. 

Y es que Robe lleva sangre gitana en sus venas, sangre de arrabal y no duda en acoplar a sus coplas copleras aires flamencos (escuchad ese lastimero “Poema Sobrecogido”). Y si tiene que salir por aires morunos, poperos o ñoñeces de mermelada a veces, pues distintos pasajes se deslizan a los largo del disco. Pero, eso sí, rocanroleando de lo lindo, que para eso está ahí la guitarra del gran Iñaki Antón “Uoho” para despejar dudas al respecto. Por cierto, qué comienzo el de “Mi voluntad”, qué cabalgada más chula se meten… y luego llegan los disparos, claro, y otro ¡viva el rock de pueblo con gallinas, cabras y lo que se tercie! Nada, que nació así de borde el amigo, y bien que se lo agradecemos los que a veces sentimos que llevamos una bellota por alma (¡oinc!, ¡oinc!)

Para todos los públicos es un disco al más puro estilo (clásico estilo) Extremoduro, con un Robe que de vez en cuando deja el frontenis y los Episodios Nacionales (¿seguirá leyéndolos?, prometo llamar a mi tía para aclarar el asunto) para coger el hacha y la esteva y ponerse a trazar surcos más derechos que un taco. Sin duda estará de nuevo entre los mejores de este año, sí al menos en esta casa. Uno que no sabe qué hacer con este mono de Robe, de Robertito, que ojalá nos diera una alegría cada año con una nueva bomba como esta… para todos los públicos.

[Lee también AQUÍ la reseña de este disco escrita por nuestro compañero Don Críspulo]

©ÁCS

5 comentarios:

  1. Ojalá Robe publicara un disco cada año para hacernos felices. ¡Qué coño, cada tres meses! Desando escuchar los nuevos temas en directo.

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  2. El disco lleva grabado más de año y medio. Así que ese incidente, ese infame pirateo, tiene su qué. A esto hay que sumarle ciertos problemas de promoción que tuvieron en sudamerica gracias a la discográfica (que entrar en el mercado argentino fue enviar 500 copias sin promoción de ningún tipo) da que pensar. Quién ha filtrado el disco? Justo antes de su salida…
    Me ha gustado el disco, sin duda. Mejor que el anterior.

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  3. Que pedazo de disco, increíble, es que no tengo palabras para describir lo grandes que son. No se si se podría decir que es el mejor disco porque el listón está muy alto, pero está sin duda entre los mejores. Algunas como Locura transitoria o Mama son memorables sin duda alguna. Larga vida a Robe.

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  4. Desde la aparición de "La ley innata" han generado diversidad de opiniones, los puristas andaban un poco picajosos con los últimos trabajos de Extremoduro, pero es que las personas crecen, cambian y evolucionan... de lo contrario, muchos estaríamos anclados en el pasado y eso tampoco es bueno. Para mi es un buen disco, con momentos recordado al origen de Extremoduro, pero sin renunciar a la evolución y diversidad que han apuntado en los últimos discos.

    Gran reseña, por cierto, genial el redactado, ja, ja!

    Os dejo mi reseña: http://booksymusic.blogspot.com.es/2013/11/para-todos-los-publicos-extremoduro.html

    Salud!

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  5. Soy seguidor de Extremoduro desde hace un montón de años, los conocí cuando sacaron "Deltoya" y desde ese día fueron una adicción para mi. Soy un devorador de música y he escuchado a infinidad de grupos de diferentes estilos, me he enganchado a muchos, pero siempre me han acabado aburriendo porque no han sabido evolucionar adecuadamente o porque siempre hacían lo mismo. Extremoduro es el único grupo al que sigo manteniéndome fiel y esperando cada uno de sus trabajos con impaciencia, ya que han sabido evolucionar y diferenciarse del resto de grupos ofreciendo trabajos sorprendentes. Todos sus discos son buenos, algunos sobresalientes y cuatro de ellos obras maestras. Este último "Para todos los públicos" lo calificaría de sobresaliente, para mi se ha desviado de la trayectoria de los dos últimos volviendo atrás pero aportando temas con cambios de ritmo geniales como "locura transitoria" y "camino de las utopías" combinados con temas mas potentes como las geniales "mi voluntad" o "que borde era mi valle". Para mi el disco esta genial y no paro de oírlo a todas horas:
    ¡Extremoduro forever!

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