Las 10 mejores películas de la historia – AFI (American Film Institute) (1977)

Fue 1977 el año en que American Film Institute convocó a sus (¡ojo al dato!) 35.000 miembros para que votasen las 10 mejores películas de la historia del cine. Que una cantidad de gente tan considerable y, más aún, entendida en cine vote sobre ese particular debe arrojar a priori unos resultados que han de recalar en la consideración de quien, de suyo, en estas cuestiones entienda o atienda. Es más no creo que podamos estar a salvo de impedir que se nos llene la quijotera de interrogantes de difícil y complicada respuesta.

Por ejemplo, yo me pregunto: ¿Qué me he perdido de Lo que el viento se llevó para que resulte estar en la cima del Everest cinematográfico? Como la respuesta no fluye, digamos, de manera espontánea, el cerebro activa el resorte de la suspicacia: ¿No se tratará de una lista interesada? o ¿Cuánto cine europeo o de más allá del extramuros norteamericano han vistos estos miembros y miembras del AFI? Y dejando a un lado estas consideraciones de inescrutable fallo: ¿Qué criterios rigieron (¿se dice así, no?) casi al unísono la elección de unas pelis en detrimento de otras “mejores” (¡ejem!)?

Estos fueron los resultados:

1. Lo que el viento se llevó (Fleming, 1939).
2. Ciudadano Kane (Welles, 1940).
3. Casablanca (Curtiz, 1942).
4. La reina de África (Huston, 1951).
5. Las uvas de la ira (Ford, 1940).
6. Alguien voló sobre el nido del cuco (Forman, 1975).
7. Cantando bajo la lluvia (Donen/Kelly, 1952).
8. La guerra de las galaxias (Lucas, 1976).
9. 2001, una odisea del espacio (Kubrick, 1968).
10. El mago de Oz (Le Roy, 1939).

¿Sabéis lo que más me gusta de esta lista? Pues el ver títulos que no solían aparecer en ellas por estas fechas: Alguien voló sobre el nido del cuco, La guerra de las galaxias o 2001. La verdad es que, así de primeras y de un plumazo, yo eliminaría la 1 y la 7. Esas sin pensármelo. Y de otras, solo decir que no estarían en mi lista (eso pensando en una lista de pelis hasta 1975, fecha en que se elabora esta), pero esta vez no daré los títulos, que tengo las espaldas ya en carne viva de esos latigazo invisibles pero hirientes de los que no tienen pereza en masajearme de esta forma. Pese a ello, seguiré trayendo por estos andurriales alguna que otra lista más con que saciar (de una vez por todas) vuestra inagotable sed jacobina e irrefrenable voracidad cinéfila. También porque yo me lo paso bomba.

Ángel Carrasco Sotos