Hay veces en las que incluso la oscuridad o lo inhóspito pueden convertirse en nuestra zona de confort, que es lo que de cierta forma se percibe tras cada nuevo álbum de Panopticon, el proyecto en solitario del brillante Austin Lunn. Con diez álbumes bajo el brazo sus trazos atmosféricos lucen en cierto modo ya conocidos, le oímos cómodo en ese vaivén que oscila desde un folk dispuesto a situarnos mentalmente en medio de la tranquilidad del más solitario bosque hasta un black metal completamente desatado y lleno de ira. Todo esto se vuelve a expresar en un álbum como The rime of memory, sin ese exquisito factor sorpresa que si estuvo presente en varios de sus álbumes anteriores aunque no por esto con menores resultados. Dicho en simple: sabemos a lo que vamos con Panopticon pero la experiencia sigue siendo satisfactoria, aunque insisto, siempre teniendo claro en donde nos metemos.
Sin ir demasiado lejos, los veinte minutos iniciales armados por una breve introducción seguida de 'Winter's ghost' por si solos entregan un completísimo panorama de esto que menciono. La secuencia abre con un pasaje extenso acústico y calmo que romperá en black desaforado, generando un ida y vuelta impactante y glorioso, un viaje extenso que no funciona como "música de fondo" mientras cocinas o realizas otra tarea, si no más bien demanda una vivencia completa por parte del auditor, algo a completa contra corriente de lo que vivimos hoy como sociedad claro está. Y es que... ¿quién tiene tiempo hoy para sumergirse en un álbum de setenta y cinco minutos? Sin embargo, el talento de Lunn reside precisamente en dicha capacidad, la de abstraernos del presente, sacarnos durante algo más de una hora de nuestro caos e internarnos en el suyo, llevarnos a su mundo, desatado y completamente libre.
De esto mismo hablará una canción como 'Cedar skeletons', con claras referencias al espíritu destructivo del ser humano (particularmente con el medio ambiente), una que a diferencia de su antecesora desde un comienzo abrazará un sonido estridente, acelerado y oscuro, marcado por un metal ruidoso donde los alaridos de Lunn apenas se oyen (menos se entienden, incluso leyendo la letra cuesta seguirle) y la estructura se mueve siempre en torno al mencionado caos. Como dato curioso a mencionar está que el tema cuenta con una pesimista y cruda sección en español ("Nuestra patética existencia agrega demasiado peso / Lo que alguna vez fue sagrado ahora no tiene verdades / Nuestra residencia temporal causando daño permanente/ El corazón de la tierra se desangra, solo quedan esqueletos...") vocalizada por un tal Víctor Sánchez (a partir del 4:33). Luego, en una línea similar se moverán los nueve minutos de 'An autumm storm', otra que nos dejará completamente exhaustos debido a que no saca jamás el pie del acelerador. Es la primera también que peca donde Lunn suele pecar: el exceso.
La experiencia que Austin Lunn propone es desafiante, que duda cabe, llevamos casi cincuenta minutos de música y aún nos queda un tercio del recorrido, el cual se encuentra dividido en dos piezas extensas, 'Enduring the snow drought' que regala pasajes algo más melódicos respecto a las anteriores (una vez más con un quiebre a medio tema) siendo otra que también se vuelve bastante pesada (disculpen la obviedad) hacia su recta final, no así 'The blue against the white', que abrirá con delicadeza para luego ir desatando los trazos black más que interesantes.
Siendo claros, Austin Lunn sigue tocado y aún excediéndose en el minutaje es capaz de entregar álbumes que se encuentran por sobre gran parte de lo que hoy llega a nosotros. Tanto en términos creativos como en cuanto a ejecución. The rime of memory no es un álbum perfecto, en su recta final insiste tanto sobre conceptos sonoros ya antes tratados que inevitablemente redunda, con diez a quince minutos menos hablaríamos de una obra maestra y disco del año, no ha sido así y nos ha dejado "solamente" un disco brillante. Ahora, finalmente, ¿Quién es uno para cuestionar al artista? Que haga lo que quiera, es un regalo tenerlo junto a nosotros.
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