ZEPPELIN ROCK: ALANNAH MYLES - Alannah Myles (1989): CRÍTICA Review

jueves, 15 de febrero de 2024

ALANNAH MYLES - Alannah Myles (1989): CRÍTICA Review

 

por Dani Matute (@dmatuteb)



Si recordáis, en mi entrada última por esta web os pinché a Black. Pues bien, hoy me descuelgo con “Black velvet”. Y al igual que al bueno de Black con su “Wondeful life”, a Alannah Myles se la considera una de las grandes representantes del “one-hit wonder” gracias a este legendario “Black velvet”. Quizás injustamente, como también lo escribí aquí de Colin Vearncombe aka Black.



¿Cuál es la razón de que este vinilo esté en mi colección? Lógicamente, “Black velvet” tiene una gran parte de culpa porque fue todo un pelotazo en su momento. Además, en aquella época me cautivaban las voces femeninas fuertes, casi cazalleras, se podría decir: Melissa Etheridge, Belinda Carlisle, Alannah Myles. Vale, sí. Reconozco que también las hormonas que nadaban locamente por mi torrente sanguíneo tuvieron algo de culpa: la tía estaba que lo rompía. Estoy convencido de que no fui el primero ni seré el último que se deja seducir por el atractivo físico de un artista para seguirlo... y más con esa edad. Que está mal hecho, pues sí. Pero es así y así hay que contarlo. Al hilo del indudable magnetismo de esta morena, recuerdo haber escuchado contar al Pirata, en alguna de sus Emisones que, además de pensar que de ella habían bebido muchas voces femeninas de éxito de los 90, su belleza era tan deslumbrante que le hacía quedarse embobado a la vez que era consciente de estar al lado de una de las personas más bordes del planeta.


 

Originaria de Ontario, la canadiense Alannah Myles nació el día de Navidad de 1958 y, poco más de treinta años después, estaba en la cima de las listas de éxitos con su power ballad o quizás, mejor dicho, country-rock ballad, “Black Velvet”. De hecho, había estado grabando desde los 18 años, pero tuvo que esperar hasta los 31 para irrumpir en la escena y sacudirla con ese “little boy’s smile” y ese “slow southern style”. Unos años antes conoció al cantautor canadiense Christopher Ward y consiguieron firmar con Atlantic Records en 1987, tras enviar a la disquera una maqueta con tres temas compuestos por Ward y el productor David Tyson. La producción de su álbum debut tardó dos años en completarse. Finalmente, en abril de 1989, su sencillo debut, "Love Is ...", vio la luz. La canción alcanzó el número 16 en su país de origen, el número 36 en Estados Unidos y fue un éxito menor en algunas partes de Europa. Su debut homónimo de larga duración siguió poco después, pero sin elogios inmediatos. Todo eso cambió con el lanzamiento del segundo sencillo, "Black Velvet", en julio de 1989, cuando la canción encabezó la lista de los 100 mejores de Billboard y la lista de rock de Estados Unidos. Curiosamente, el lanzamiento de "Black Velvet" se hizo de forma escalonada en todo el mundo durante un período de siete meses, con un lanzamiento inicial en Canadá en julio (donde alcanzó el puesto número 10), Estados Unidos en diciembre, Australia en enero de 1990 y finalmente, el Reino Unido el siguiente mes. “Black Velvet” se ubicó entre los diez primeros en dieciocho países de todo el mundo y eventualmente se ubicaría en el número 2 en Gran Bretaña y el número 3 en Australia, convirtiéndose en uno de los sencillos más vendidos del año, con más de dos millones de copias en todo el mundo. El vídeo, que nos muestra imágenes de la cantante en el rancho familiar y en una actuación en directo, también colaboró para situar la canción en lo más alto.  El éxito de "Black Velvet" catapultó su álbum a las listas de éxitos, vendiendo más de un millón en Estados Unidos y Canadá y más de seis millones en todo el mundo. Se sacaron dos sencillos más del álbum, "Still Got This Thing" y "Lover Of Mine", que llegó al número 2 en Canadá, el sencillo con mejor rendimiento del álbum allí. Y todo esto gracias a una canción que lleva por título el nombre de un tinte de pelo. Ward tuvo la idea tras volver de un viaje en un autobús abarrotado de fans que habían ido Memphis para celebrar el décimo aniversario de la muerte de Elvis. En la letra se hace referencia a canciones de Elvis. Y ese “terciopelo negro”, el tinte que el rubio Presley usaba para teñir su pelo…¿o quizás hablan de la suntuosa voz del Rey? El caso es que Alannah llegó a ganar el Grammy de 1991 a la mejor interpretación femenina de rock, por delante, nada más y nada menos, de Melissa Etheridge, Tina Turner, Stevie Nicks y Janet Jackson. Y fue la cantante canadiense que acumulaba más ventas hasta la irrupción de Alanis Morissette.


 

Alannah volvió a la cima dos años más tarde con el sencillo principal de su segundo álbum, Rockinghorse, "Song instead of a kiss", al menos en su tierra natal. Aunque Rockinghorse no logró entrar en las listas de Estados Unidos y el Reino Unido, sí llegó al número 9 en Canadá, donde se lanzaron y se colocaron en las listas cuatro sencillos más. Y volvió a ser nominada al Grammy aunque, curiosamente, por el tema que figuraba en la cara B del primer single, de mismo título que el LP, “Rockinghorse”. Lanzó su tercer álbum, A-lan-nah, en 1995, el último con Atlantic, con los que no mantenía buena relación desde que a finales del 89 le dieron “su canción” a la cantante country Robin Lee, que la publicó con dos meses de diferencia. Afortunadamente para la canadiense, fue su versión la que triunfó. Liberada de Atlantic lanzó el álbum A Rival en 1997, en el que encontramos la colaboración de Desmond Child, entre otros. En 2007, Myles lanzó un EP de canciones de Elvis para conmemorar el 30 aniversario de su muerte. Regresó en 2009 con su quinto álbum, Black Velvet, que, no os lo podréis creer, contenía una nueva versión de su mayor éxito. Su sexto álbum de estudio, 85 BPM, fue lanzado en 2014. Hoy en día, Alannah continúa actuando y ganando pasta por los derechos de autor de una de las canciones más radiadas en las emisoras de rock. Eso es vivir de las rentas.

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