Total, amiguitos, macarrismo, sangre y violencia exacerbada –tras golpear salvajemente a una de las protagonistas, la violan y le introducen un palo de escoba por la vagina- caracterizan a esta cinta que podemos definir de serie Z porque en el abecedario no hay más letras. No obstante, las penosas interpretaciones y unos efectos especiales de baratillo no deben hacernos olvidar que la idea argumental de esta Juegos de supervivencia ha servido de base para numerosas cintas de las últimas décadas –Attack the block o La horde, sin ir más lejos- en las que los habitantes de un edificio de apartamentos deben hacer frente a una amenaza violenta, sean una banda de asesinos, unos extraterrestres o unos zombies. En resumen, un exponente inmejorable del espiritu grindhouse ochentero y una más de las recomendaciones palomiteras freakies de este que os escribe.
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