ZEPPELIN ROCK: HELLOWEEN - Helloween (2021): CRÍTICA Review

domingo, 20 de junio de 2021

HELLOWEEN - Helloween (2021): CRÍTICA Review

 






En los 80s, Helloween lo más lejos que llegaron fue a tocar en Donington a las cinco de la tarde y no digo esto de forma peyorativa, que ya quisieran muchos. Y sin embargo se puede decir que Helloween es la banda más influyente del Heavy Metal. ¿Más que Maiden o Metallica? He dicho MÁS, así que sí. Helloween, o sus fanses acérrimos, crearon un nuevo género: el POWER METAL (robándole la etiqueta a otras bandas con menos éxito). Así en los 90s y principios de siglo tuvimos un aluvión de bandas envueltas en armaduras de algodón de azúcar y blandiendo espadas de caramelo tocando a la velocidad de la luz felices melodías.



Los Jebis (atención, comentario boomer), que adorábamos a grupos salvajes con cantantes que gritaban como comadrejas en celo, de repente vimos cómo una nueva generación de jóvenes púberes, limpios y que habían cambiado los canutos por los videojuegos se nos unían a la horda del metal. Después de bandas como Stratovarius, Gamma Ray (Helloween 2.0), Heavens Gate y algunos como Blind Guardian que se apuntaban al carro épico-melódico, una marabunta de grupos surgieron de la nada: Rhapsody (con Fire o sin Fire), Edguyvantasia, Hammerfall y así hasta completar una legión de “fridoncoles” y “Dreigonforses” de la vida que empalagó como un tarta de merengue rellena de caramelo glaseado, pero el legado de Helloween estaba ahí: nunca una banda consiguió ser tan influyente. Y así hasta hoy.

Claro que de influencia no se come y Helloween, que a pesar de tener una carrera más que digna ya tuvieron que recorrer al comodín de la llamada del pasado con Keeper bla bla The Legacy donde se autoparodiaban con acierto, lanzaron un órdago a la grande: mega reunión con toda la peña. Así que vuelta de Kai Hansen (con peluca) y, atención, el hijo pródigo (con permiso de Bruce Bruce) Michael Kiske, adalid de la melodía, paladín del agudo, Santo Grial del Power Metal. Eso sí, calvo.  Y eso fue en 2016 y parece que Weikath ha debido ir a terapia y dejado de lado sus tendencia blackmorianas (y no hablo ahora de cosas de la guitarra) porque 5 años después, una gira, un disco en directo y una peste bubónica después no solo siguen juntos sino que lanzan un nuevo disco de estudio y, ya les adelanto, es buenísimo.



Así que ya tenemos Helloween, el disco. Con siete componentes y la batería de uno que desgraciadamente falta. Y se llama Helloween, imagino, porque aquí está todo y también porque llamarlo Helloween versionando a Helloween no iba a quedar bien. Todo lo que usted quería oír de Power Metal lo encontrará usted en este disco. Toneladas de melodías épico-azucaradas tocadas a 45rpm, autoplagios, estribillos de puño en alto, punteos, doble bombo, pero también muy buenas coplas. Si lo quiere usted resumido, empiece por Skyfall. Una belleza de 12 minutos donde la banda nos llevará de turismo por toda su historia. Desde Wall of Jericho hasta Land Of The Free (sí, el de Gamma Ray) pasando por todos los Keepers del universo y Chamal… que es broma, que de ese no se han acordado. Si lo que quiere es oírlo todo tiene usted catorce coplas de puro Helloween, o sea de puto Heavy Metal, que es, al fin y al cabo, lo que siempre hizo la banda germana. Todo empieza con “Out Fort he Glory” con su introducción “mazo rallante*” y Kiske a piñón fijo colocando las cartas sobre la mesa, que aquí nadie se llame a engaño. Deris toma el relevo en “Fear Of The Fallen” que además tiene el estribillo más powermetal de la historia (cuidado diabéticos). Y lo mismo pasa en “Best Time” y también… Amor, pasa en todas. 

Mire usted, le voy a decir lo que le dije en los últimos discos de Metallica y Iron Maiden. Para mí este Helloween es, musicalmente, tan bueno como cualquier anterior (sí, los Keeper sagrados también); el pero es que estamos en 2021 y, como todo lo que pasa a estas alturas en el mundo del Jebi Metal, es intranscendente. Pero vamos, que si a lo que ha venido usted a este disco es a disfrutar de Helloween tiene usted material aquí para ser más feliz que un marrano en un charco. 

* Qué vida más triste style

2 comentarios:

  1. Muy acertada esta entrada. El disco no sólo es bueno sino superior a muchas cosas que han hecho en los últimos tiempos. Pero como dices, intrascendente excepto para viejunos como los que seguimos disfrutando y sosteniendo a estas bandas de viejas glorias que a la mayoría de jóvenes no les dicen nada de nada. Yo creo que el jebi ochentero morirá con todos nosotros, los únicos que lo recordamos y tenemos en un pedestal. Nobody else cares.

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  2. Kiske,parte con todo y con eso ya me vale,la verdad es que he pasado de ellos como la mierda desde los keeper,más que nada porque nunca me gustó el power metal,pero a falta de cosas buenas,y después de escuchar el single,pues aluciné,y si es un disco cañón,hevilon,y un pasote

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