ZEPPELIN ROCK: Las mejores películas para los críticos franceses – Lista de la Asociación Francesa de Críticos ( 1975 )

viernes, 4 de mayo de 2012

Las mejores películas para los críticos franceses – Lista de la Asociación Francesa de Críticos ( 1975 )


Se conmemoraba el 80 Aniversario del Cine, en 1975 (ese mismo año en que Broadcast Information Bureau sacaba a la luz los resultados de la encuesta en que había votado 1.500 productores sus 10 películas favoritas, que os dejé por aquí), y la Asociación Francesa de Críticos convocó una votación en la que los mismos críticos galos votaron sus 45 películas favoritas.

Lo más curioso de esta larga lista es que ninguna de las 12 pelis que habían votado como las mejores de la historia los críticos de Cahiers du Cinéma en 1958 encuentre aquí un sitio (ver lista). Sí se ven representados algunos directores antes votados (Murnau, Renoir, Rosellini, Dreyer, Welles), pero con distintos títulos. No deja de ser sospechoso.



Sin un orden determinado, esta fue la lista que resultó:

La aventura (Antonioni, 1960).
Mi noche con Maud (Rohmer, 1968).
La huelga (Eisenstein, 1924).
Pierrot el Loco (Godard, 1964).
Roma (Fellini, 1972).
Lola Montes (Ophüls, 1955).
Paisa (Rosellini, 1946).
Tristana (Buñuel, 1969).
Capricho imperial (Von Stroheim, 1923).
Avaricia (Von Stroheim, 1923).
Cita en San Luis (Minnelli, 1944).
Viva la libertad (Clair, 1931).
Jules y Jim (Truffaut, 1961).
Muriel (Resnais, 1963).
El beso mortal (Aldrich, 1965).
El paraíso perdido (Gance, 1939).
La dama de Shangai (Welles, 1948).
La pasión de Juana de Arco (Dreyer, 1928).
Nuit et brouillard (Resnais, 1955).
Paris 1900 (Vedres, 1948).
Ha nacido una estrella (Cukor, 1954).
Zero en conduite (Vigo, 1933).
Un perro andaluz (Buñuel, 1928).
Rien que les heures (A. Cavalcanti, 1926).
Farrebique (G. Ruquier, 1946).
Orfeo (Cocteau, 1950).
La hora del lobo (Bergman, 1968).
El cuchillo en el agua (Polanski, 1962).
¡Aleluya! (K. Vidor, 1929).
Le carrosse d’or (Renoir, 1952).
El gabinete del doctor Caligari (Wiene, 1919).
Tormenta sobre Asia (Pudovkin, 1928).
Accidente (Losey, 1967)
Carta de una desconocida (Ophüls, 1948).
El sueño eterno (Hawks, 1946).
Jesucristo Superstar (Jewison, 1973).
Sopa de ganso (McCarey, 1933).
Un paseo por el amor y la muerte (Huston, 1969).
Pickpoceckt (Bresson, 1959).
Salvatore Giuliano (Rosi, 1962).
M, el vampiro de Düsseldorf (Lang, 1931).
Siete mujeres (Ford, 1966).
Brigadoon (Minelli, 1954).
El último (Murnau, 1924).
Les enfants du paradis (Carné, 1945).


Y, como sabéis, siempre me gusta dejar por aquí abajo algunas palabras mías. Son estas en esta ocasión: ¡Qué relativas y arbitrarias son estas listas! ¡Qué impredecibles a veces! Tanto que uno se pregunta en ocasiones por su utilidad o por su validez (universal). Porque, ¿cuál es el canon? ¿Qué puede llevar a los críticos, por ejemplo, a escoger unas películas y descartar otras igual o más válidas? ¿Se puede ser objetivo en estas elecciones o todo responde al albur de un capricho circunstancial? ¿Qué motivo puede llevar a elegir El último de Murnau y no Amanecer, infinitamente mejor? ¿Qué prescripción a elegir Tristana de Buñuel y no Los Olvidados, Él o Belle de jour, que son tan grandes? ¿Qué criterio para elegir La dama de Shangai de Welles descartando otras más meritorias? ¿Y el cine oriental? ¿Dónde están Kurosawa, Ray o el gran Kobayashi? Estamos hablando de una lista de los críticos franceses, que han partido en gran medida el bacalao cinematográfico (más en estos años) e, incluso así, los parámetros de donde se parte (si es que existen) parecen tan cenagosos, tan frágiles... Yo sigo apuntando títulos de películas no vistas. Quizá solo así uno pueda extraer algunas conclusiones y contestar (lo dudo) algunas de las incógnitas planteadas. Aunque a lo mejor es que todo, al fin y al cabo, se reduce a una simple cuestión de modas interesadas que embadurnan incluso de relatividad el aserto de que “si todo pasa, algo permanece” y lo hacen tambalearse. En fin, cosas mías.

Ángel Carrasco Sotos

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