Tengo que comenzar diciendo que uno le guarda un especial cariño a este grupo, posiblemente debido a que los descubrí hace diez años y me enganché rápidamente con un álbum como Ænigma (2013), el cual me sigue pareciendo pieza cumbre dentro de lo que estos noruegos llevan a cabo, es decir, ese death melódico con coqueteos progresivos enmarcados en un constante ir y venir vocal, pasando de momentos guturales a otros desbocados + coros limpios/melódicos. Nada nuevo, verdad sea dicha, y quizás por lo mismo, conscientes de que es fácil agotar este tipo de fórmulas es que In vain se toman tiempo entre cada lanzamiento, fueron cinco años para Currents (2018) y ahora han sido seis para este Solemn. Dicho en simple: dejan que el plato se enfríe para luego volver a realizar el ataque despiadado, uno que en este quinto trabajo se manifiesta en plenitud seguro dejando más que satisfecho a todo quien les haya extrañado durante estos años.
Desde un comienzo por tanto el tándem se expresa en total claridad. 'Shadows flap their black wings' suena impecable con sus estrofas guturales seguido de un puente limpio que desemboca en un coro histérico, estructura que dará un par de vueltas para pasando los tres minutos lanzarte un solo extenso marcado por las armonías de guitarras y una recta final que retomará los coros (incluyendo la curiosa presencia de trompetas hacia el cierre). Que decir, todo de manual, pero funciona perfecto. In vain saben muy bien lo que hacen y vaya que sacan brillo a la fórmula. Hay un problema, sin embargo: la repetición. Finalmente, sabemos tan bien por donde irá el asunto que en el canción a canción casi asumimos que debemos "aceptar" los primeros dos a tres minutos para luego realmente acceder a lo interesante. Ocurre en 'To the gallows', por ejemplo, cuya primera sección parece ser un mero trámite que da paso a un trazo melódico mucho más relevante y un cierre fenomenal (todo sea dicho), en 'Season of unrest', que baja los tiempos a cero tras el primer tercio de canción para volver a nacer junto a un delicado saxofón.
Dado lo anterior, una pieza como 'As the going down of the sun' resulta particularmente atractiva gracias a las atmósferas tétricas que construye sobre tiempos ralentizados, mientras que en 'Where the winds meet' o 'Beyond the pale' encontraremos los pasajes más violentos y bestiales del disco, bastante cargados al death aunque de todas formas realizando parones bruscos y melódicos en los coros, es decir, del manual no se olvidan nunca.
Por lo mismo, dada la contundencia de la propuesta, puede que la banda se haya excedido en la duración del disco. Entiendo que al no lanzar algo en seis años In vain sientan la necesidad de entregar todo lo que tenían a su público, sin embargo, una hora de música se hace demasiado para una fórmula a momentos tan densa (y repetitiva, digámoslo), al punto de que a las tres finales (que se marcan veinte minutos entre todas) cuesta llegar con real interés, lo cual resulta triste considerando el cariño que transmite una canción enorme como 'Eternal waves' (ese quiebre en el 2:30, ¡precioso!) o lo singular que suena 'Watch for me on the mountain', una que con su relato en calma y tintes épicos se desmarca por completo de todo lo que antes había sonado.
Solemn de In vain acaba dejando sensaciones de dulce y agraz. Es un gran disco (de eso no cabe duda) que trae de regreso a los noruegos en plenitud. Cada canción que acá presentan está ejecutada con precisión quirúrgica y las incursiones progresivas (sin lugar a duda el aspecto mejor logrado del del disco) son enormes. El problema es que a ratos se les ve el plumero. Las fórmulas son evidentes y reiterativas, lo cual merma un tanto el viaje y lo vuelve algo pesado. Con todo, es un regreso de altura.
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