Amiguitos, en No habrá paz para los malvados tenemos a un antiguo GEO condecorado y caído en desgracia destinado en la división de personas desaparecidas –es una lástima que no se profundice en lo que ocurrió y en dónde está su familia- en un papel que en Hollywood puede tratarse de un SEAL destinado en tráfico, por ejemplo. Claro que –aunque dudo de la calidad del resultado final- seguro que tendría mucha más acción, persecuciones y disparos. En nuestro caso, se ha dado mayor relevancia a la interpretación y –sobre todo- al guion. La película es un poco lenta, aunque tal apelativo acostumbra a ser peyorativo -reflejo del paso del tiempo sin que avance la trama-, y no es nada de eso. Yo prefiero deciros que tiene un ritmo pausado. En resumen, casi dos horas de cine negro hispánico con un final de aquellos que se recuerdan. No os la podéis perder, piltrafillas. Rock’n roll.
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