ZEPPELIN ROCK: CRÓNICA del concierto de LUBACK: Sala Moby Dick, Madrid, 3 de mayo de 2021 - Presentación de "The Measure of the Step"

jueves, 6 de mayo de 2021

CRÓNICA del concierto de LUBACK: Sala Moby Dick, Madrid, 3 de mayo de 2021 - Presentación de "The Measure of the Step"



por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos



Los Luback continúan midiendo y mimando su trayectoria compás a compás, canción a canción. Las redes no arden como la portada del Street Survivors cuando sacan nuevo disco, pero ellos siguen teniendo las cosas muy claras: las canciones continúan siendo lo más importante, algo ciertamente elogiable en pleno 2021. Al César lo que es del César. De ese hecho tan bonito fuimos testigos en la pasada noche del 3 de mayo alrededor de medio centenar de seres humanos (medidas sanitarias mediante) sedientos de folk, rock, americana, hard rock… póngale usted la etiqueta que quiera, a estas alturas su música ha demostrado con creces estar por encima de cualquiera de ellas.


The Measure of the Step, su nuevo LP, se vistió con sus mejores acordes para la ocasión, interpretando con brillantez su papel de protagonista en un concierto donde también hubo momentos para esos secundarios de lujo que fueron temas como My Ghost, del Relative Keys for Vital Subjects, o Pioneers del EP The Deal. Hablando de lujo, fue una gozada poder disfrutar del cello de Blanca García tal y como sucede en el disco. Esa conexión que se creó al sonar junto al violín de Manu evidenció una vez más lo bonita que es la música y lo necesarios que son los conciertos para la vida.

Canciones como Heat, Flames and Fire y su delicioso aroma a Black Crowes parecen haber sido concebidas para el directo, con un sonido felino que fluye con toda naturalidad cuando Marcus y Cristian afilan las guitarras. El amable guiño a los cánones de esa industria musical que tanto apuesta por bandas jóvenes, dándoles en todo momento apoyo y visibilidad en los medios, vino de la mano de ese tema instrumental llamado Inner Cry. A medida que van aumentando los segundos lo hace también la ira, para terminar ofreciendo una escena final que no desentonaría en caso de llevar la firma de Quentin Tarantino. La explosividad de Need y su dosis de humor revela una faceta más en ese amasijo musical que abarcan los Luback, mientras que en la recta final Empty Pocket nos ofreció un despliegue poderoso de gozo con acústicas y a lo loco. Mención aparte merece ese Fighting Star que huele a canción grande en cada segundo, donde el bajo de Manu ejerce de maestro de ceremonias en una de las letras más espectaculares de Cristian. Cuando surgen nombres como Susan Tedeschi o Gregg Allman en la conversación está claro que el camino a seguir es el correcto.

Inside volvió a instalarse, una vez más, en lo más hondo. Son ya unos cuantos años escuchándola en directo, pero como las canciones dotadas con la varita de la inmortalidad, jamás ha sonado dos veces igual, aportando siempre nuevos matices a esa noble causa llamada rock and roll. El teclado omnipresente de Yago surca a la perfección las olas que marcan la precisión de las baquetas de Héctor, oportunamente presentado como el hombre que toca siempre en el momento preciso. El solo de esa especie de cruce entre Hendrix y Duane Allman llamado Marcus Wilson volvió a encargarse de que no quedara una sola cabeza por volar. En no pocas ocasiones fue necesario pellizcarse para comprobar que era cierto: estábamos en la Moby Dick, y no entre los surcos del Layla and other Assorted Love Songs.

Black Cat constituye un paso más en ese horizonte musical donde las canciones tienen libertad plena, guiño final a Led Zeppelin incluido. El homenaje a Tom Petty y, por ende, a la música, llegó de la mano del Runnin’ Down A Dream, con explosión guitarrera incluida. Como last dance (with Mary Jane) no se me ocurre nada mejor.

La conclusión es que conciertos como el de ayer te reconcilian con lo de recuperar la fe en la humanidad, tarea bastante compleja de por sí pero completamente inviable sin música. Presenciar un show de esas características demuestra que no todo está perdido y que hay bandas fuera de la listas de éxitos de Spotify capaces de poner tu mundo patas arriba. Ojalá en un futuro no demasiado lejano seamos capaces de darnos cuenta.

1 comentario:

  1. Alberto,habías perdido la fe en la humanidad?ya decía que te echaba de menos......y desenganchate de Spotify,hombre,....saludos

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