ZEPPELIN ROCK: DRY RIVER - Cuarto creciente (2023): CRÍTICA Review

martes, 22 de noviembre de 2022

DRY RIVER - Cuarto creciente (2023): CRÍTICA Review

 



ÁCS

Cuarto creciente es el cuarto y creciente álbum de estudio del grupo castellonense con alma manchega Dry River. Como ya sabéis, cada disco de Dry River es el mejor disco del grupo; no hay ninguno mejor que otro porque cada uno es el mejor en sí mismo y con respecto al resto. Y como no podía ser menos, este último es el mejor, por los mismos motivos que los que le antecedieron. No tengo la menor duda (perdonad la ironía, pero es así). Son muchas las palabras de elogio que hemos vertido en esta web sobre los álbumes que se han ido sucediendo hasta la fecha: El circo de la Tierra (crítica), Quien tenga algo que decir... que calle para siempre (crítica) y 2038 (crítica), teniendo en común (quiero enfatizar en ello) ser el mejor de la banda, como también lo es este Cuarto creciente.



Pero hay que centrarse en este último, en el que se aprecian influencias más o menos idénticas a las de los anteriores trabajos, como también es de destacar que siga la regular línea sónica de aquellos, aunque con menor nivel de epicidad. Como ellos, este es otro ovacionario en el que los ohes se escuchan de continuo desde que comienza a sonar "Culpable", el tema con que se abre Cuarto creciente. Hay voces que censuran la desmesura vocal de quien ejerce como tal, pero es parte de la esencia de la música de Dry River, y, por cierto, la defienden con reconocida solvencia en directo; de modo que nada que reprocharles. Otra de las bases de esta música con mil influencias, pero originalísima (no sé si me explico) es la presentación de cada disco o de cada canción, me atrevo a decir, como celebración, como fiesta de cumpleaños que no quiere acabar nunca. Y, en relación con esto, el optimismo, el logro de hacer sentir al que escucha un soplo de felicidad absoluta, de entusiasmo, de euforia o entusiasmo que no quier cejar. Es algo que también transmiten en directo de la mano de su divertido y jubiloso cantante, el showman pedroñero Ángel Belinchón Calleja, al que habría que hacerle un monumento en la plaza de su pueblo tocando la guitarra sin guitarra. Te queremos, Angelito.



Otra de las bases de excelencia del grupo son las letras, siempre tan luminosas a la par que opacas, esto es, abiertas en cuanto a su semántica. Bien es cierto que destilan muchas de ellas denuncia, reproche, y alientan a la toma de conciencia, a no rendirse (oígase también "Segundo intento"). No son temas políticos sensu stricto, pero lo social está muy presente siembre en Dry River (seguid con "La libertad"). Sí, la libertad, el huir de la rendición, aferrarse al amor fraternal, todo va siempre muy unido en letras e intenciones. Pero, como digo, estas letras, en ocasiones sin término escamotean con sus dobles sentidos la, quizá, pretendida intención de transmitir y comunicar finalmente un mensaje. No son letras directas, pero ¿qué otra cosa es la poesía, la que perdura? Uno lo agradece y se siente cómodo con ellas.

Algo que agradece y aplaude uno también de Cuarto creciente es su cuidada producción (Carlos Raya) y los detalles y matices innumerables que engrandecen las melodías, malabares sónicos que andan repartidos por esta cuasi ópera rock (así podríamos denominar a la totalidad cíclica de sus discos: podrían publicarse como uno solo): también las campanadas de "Culpable", el segundero de "Calles inundadas" (que suponen una cuenta adelante); este tema pandémico tiene un final lírico y rapsódico que a uno le recuerda mucho al "No hay banda" de Mulholland Drive, la peli de Lynch. Agradece también uno los punteos y momentos solo instrumentales de cada canción, tan currados y con ese sonido que te deja tieso, erguido de goce. Las acrobacias sinfónicas no faltan tampoco en "Capitán Veneno", ese alarconiano, reivindicativo y gaditano homenaje.

El disco cuenta con significativas y agradecidas colaboraciones variadas que solo sirven para engrandecer esta obra magna del grupo. La celeste portada del disco, por cierto, es de Agustín Escudero.

En fin, sin entrar en cansinos detalles (descubridlos), el disco nos ha vuelto a entusiasmar y, de nuevo, uno vuelve a creer en la música. Agradecida pasión desmedida, diversión desenfadada ("Funeral") y celebratoria ("Despedida"; con letra de Raya y en la que esa guitarra parece sacada de un álbum del último Robe), sentimiento ("Sin estás tú"; pedazo de balada, por cierto)... Dry River lo han logrado una vez más a fuerza de entusiasmo, de creer en sí mismos, de calidad musical, y de eso que llaman duende, presente siempre en el corazón de cada uno de los miembros del grupo, comenzando por Angelito. Mi más sincera enhorabuena. No podéis perdéroslos en directo y no podéis dejar de ampliar vuestra colección con este Cuarto creciente, que repito, es el mejor de la banda (como los anteriores). A ello animo... y luego, si eso, me dais las gracias o me invitáis a una cerveza cuando nos veamos por los bares.

1 comentario:

  1. Espectacular disco, el mejor en mi opinión de Dry River. Todos sus temas son de sobresaliente sin bajar el listón en ninguno de ellos. Su sonido es impecable y tanto voz como instrumentos de escuchan mejor que en ningún otro disco. Se nota la producción del enorme Carlos Raya. En mi opinión son en la actualidad el mejor grupo de rock ecléctico del país.

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