Amiguitos, un fantástico inicio de siete minutos en los que se resume el origen de la maldición de Barnabas Collins y unos títulos de crédito a los sones de Moody Blues y su "Nights of white satin" que aparentemente no pueden ser otra cosa que el preámbulo de un rato más que agradable, le hacen creer a uno que ha escogido una buena manera de pasar la tarde. Bonita fotografía, personajes peculiares –la psiquiatra alcohólica, la adolescente rebelde fan de Marc Bolan y Black Sabbath o el niño traumatizado por el fallecimiento de su madre, además del protagonista Barnabás-, gusto por lo gótico, humor negro –la aparición de David, por ejemplo-, una banda sonora adorable y unas interpretaciones notables –sobre todo las de Pfeiffer, Bonham-Carter y Depp- confirman la sensación inicial, aunque también debo dar algo de razón a algunas críticas que le achacan poca profundidad o carencia de ritmo.
Es cierto que –como todo lo de Burton- es visualmente extraordinaria, pero el final es algo liado y las casi dos horas de metraje se hacen algo excesivas y lentas a ratos para una película que con algo más de condensación seguramente hubiese ganado enteros. Aún así, me ha gustado y lo he pasado muy bien –tiene varios gags muy logrados-, que en el fondo es de lo que se trataba. Ah, y el cameo de Alice Cooper ha sido todo un puntazo.
Y Eva Green !?!? Como dijo Bertolucci: "su belleza es indecente".
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