ZEPPELIN ROCK: BLOODBATH - Survival of the Sickest (2022): CRÍTICA Review

lunes, 21 de noviembre de 2022

BLOODBATH - Survival of the Sickest (2022): CRÍTICA Review

 

Por Esteban Martínez (@EMartineC)



Teniendo a Nick Holmes viviendo un gran momento junto a Paradise Lost cabía la duda respecto a que tan necesario podría resultar un nuevo álbum del proyecto Bloodbath, sobre todo considerando los antecedentes, dos discos que exudaron mal rollo y oscuridad (con elementos que incluso rozaron el black) como fueron Gran morbid funeral (2014) y The arrow of Satan is drawn (2018), desde donde era realmente complicado subir el nivel. Quizás por esto mismo es que Survival of the sickest va por otro camino, uno que abraza un death bastante old school (basta ver la portada), mucho más directo y visceral. Ahí, resulta complicado no sentirse a gusto con el álbum, más si gustas del metal de corte clásico, sin embargo, donde residen las mayores virtudes del disco es donde también peca, pues la falta de sorpresa se hace sentir, situándolo algo por debajo respecto a sus antecesores.



Se suceden de esta forma una serie de canciones que apuntan sin asco directo a la médula, 'Zombie inferno', Malignant maggot therapy', 'Carved' o 'Born infernal', todas están bien, son veloces y están ejecutadas con enorme precisión (Jonas Renkse y Anders Nystrom, de Kakatonia, están geniales), sin embargo, hay que decir que por momentos lucen en exceso de manual, habiendo canciones (en la recta final, por ejemplo) que incluso acaban derechamente sobrando. De ahí que se agradezca tanto la aparición de la leyenda Mark Greenway en 'Putrefying corpse', acelerando el trámite y regalando frescura con su garganta, así como la guitarra de Marc Grewe (Morgoth) en 'To die', la baja de revoluciones en 'Dead parade' y sobre todo en ese cierre majestuoso y espeso que se marcan con 'No god before me' (¡más cosas como está por favor!), en momentos que ayudan a llevar mejor un trámite que funciona pero en su recta final luce algo monótono. 



Había algo que venía caracterizando a Bloodbath en su etapa post Mikael Akerfeldt, y es que el proyecto lograba esconder su carácter de supergrupo y parecía tener vida propia. Aquello es lo que esta vez ha quedado algo al debe, Survival of the sickest es un buen y (demasiado) correcto álbum de death metal pero por primera vez en una década desprende la sensación de no ser más que un gusto que se han dado sus integrantes, un buen rato que se han pasado juntos, lo cual no es que esté mal pero si deja gusto a poco considerando el que la banda venía proponiendo cosas más interesantes, las cuales acá aparecen solo a cuenta gotas.

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