ZEPPELIN ROCK: Dry River - Quien tenga algo que decir... que calle para siempre (2014): Crítica del disco Review

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Dry River - Quien tenga algo que decir... que calle para siempre (2014): Crítica del disco Review


por Paco de la Torre (@Paco_delaTorre)


Una de las cosas más increíbles que tiene la música es que viene sin manual de instrucciones, tanto para ser compuesta, ejecutada o escuchada. Pueden ser igual de sorprendente una sencilla composición tribal que el resultado de cocinar en una marmita mágica y a ritmo de rock progresivo ingredientes tan dispares como el metal, jazz, pop, opera o funk, aderezado todo con algo de Queen, Deep Purple, Dream Theatre, ELO, Asfalto, Topo, Barón Rojo o Cadillac.



Pues este sonido tan personal y letras curradas y actuales son lo que podemos escuchar en Quien tenga algo que decir… que calle para siempre, segundo trabajo del sexteto castellonense Dry River, banda que descubrí aquí en ZRS gracias a su máster.

Doce cortes concentrados en más de una hora de duración, todo un alarde creativo que merece la pena ser degustado y bailado, por qué no, invita a ello. Temas introducidos por elegantes pianos y guitarras, que dan pie a riffs y solos hardrockeros, una impecable base rítmica, violines, saxos, flautas y otros instrumentos que no llego a reconocer, exquisitos coros y la dulcevy envolvente voz de Ángel Belinchón, todo ello bajo una producción, arreglos y un artwort inmejorables. La primera escucha te dejará con la boca abierta.

Sería un exceso comentar por mi parte los temas, podrían salir cinco o seis singles de éxito perfectamente. De entre todos me quedo con los teclados y guitarras de “Bajo control”; “Irresistible”, un tema alegre que nos invita a bailar a ritmo de funky vacilón; el barroquismo sinfónico y vocal de “Frasco vacios”; “Informe T-24”, valioso en sí mismo por la colaboración de Julio Castejón; el temazo “¿Cuánto vales tú?", que se te mete en la cabeza y es difícil de sacar de ahí; la delicadeza, simplicidad y eficacia de “Caída libre” y “Traspasa mi piel”, puro sentimiento, hard rock y teclados ochenteros, con gran acierto, el corte elegido para presentar la obra a público y medios el trabajo.


Una apuesta original, atractiva, de calidad y buen gusto no exenta de riesgos. La fusión de tan diferentes sonidos es imposible de clasificar, lo que puede llegar a desconcertar al más “pintao” de los Rockeros, nunca defraudarlo. Haber alargado innecesariamente alguno de los temas hace que no se mantenga en ellos el nivel de concentración necesario, por lo menos en mío, entrenado a canciones que no superen los 3-4 minutos –y ojo que no crítico el número de temas (12): cuantos más y buenos mejor-, y un excesivo alarde vocal, puede hacer que el trabajo no enganche a más público.

Te invito a que descubras esta fiesta sonora y que tú mismo decidas. Por mi parte, un torrente de sentimientos contradictorios, con sus virtudes y defectos -muchos más los primeros que los segundos- unos de los mejores discos nacionales del año. El éxito del trabajo y el de la banda, así como su futuro, están asegurados.

Tracklist:

1. Traspasa mi piel (intro)
2. Bajo control
3. Irresistible
4. Frascos vacíos
5. Informe T-24
6. Casto
7. Oda al líder
8. ¿Cuánto vales tú?
9. Caída libre
10. El lado bueno de las cosas malas
11. Rosas y gaviotas
12. Traspasa mi piel

Banda:

Ángel Belinchón: Voz
Carlos Álvarez: Guitarras, teclados y coros
Matías Orero: Guitarras y coros.
Pedro Corral: Batería y coros.
David Mascaró: Bajo y coros.
Marti Bellmunt: Teclados, saxofones y coros.




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