by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)
A Meat Loaf lo conocí –o mejor dicho, tuve conocimiento de su existencia- de muy jovencito, gracias a la portada de Richard Corben en su Bat out of hell. Sin embargo, no escuché ninguna de sus canciones hasta que no le vi por televisión en el vídeoclip del tema "Modern girl", una canción de su álbum del 80 Bad attitude, en la que tocaba la guitarra Bob Kulick, habitual colaborador de Paul Stanley y hermano de Bruce Kulick, añorado guitarrista de Kiss.
Y aunque me gustó, su estilo no me llamó tanto la atención como para sacar la cabeza del confortable pozo del hard’n’heavy y el thrash en el que estaba metido. Pero henos ahí, llegados los 90, con la adolescencia superada y las huestes del grunge atacando los cimientos del sacrosanto imperio del hard rock... fue cuando el orondo Marvin/Michael Lee Aday sacó su Bat out of hell II: Back into hell –que traducido quiere decir 'Voy a reverdecer viejos laureles y desempolvar el título que me dio una gloria que nunca más obtuve'- que me dije: coño, este disco tiene que ser la hostia. Vamos a comprarlo a la calle Tallers.
Y debo ser sincero con vosotros, amigos. Exceptuando un par o tres temas, el cedé se me hizo largo y aburrido a más no poder. Vamos, un tostón de cojones. No sé, a lo mejor no era lo que esperaba o quizás tenía las neuronas demasiado metidas aún en el heavy metal ochentero, pero lo cierto es que me decepcionó enormemente y tuve que dedicarle varias escuchas para poder apreciar algo de positivo en él. Hoy, veinte años después, lo atesoro como la gran obra que es y os vengo a recomendar que lo escuchéis sin falta.
La portada fue de Michael Whelan –así como el libreto interior, con dirección artística de Joe Pearson- y fue grabado entre los angelinos Ocean way recording studios y los The Power Station de Nueva York.
A las voces estaba Meat Loaf, al piano y teclados Roy Bittan, a la guitarra Tim Pierce y Eddie Martínez –con la contribución de Pat Thrall en un par de temas-, al bajo Steve Buslowe, a la batería Kenny Aronoff –con la participación de Rick Marotta y Jimmy Bralower- y a los sintetizadores Jeff Bova. Colaboraron Bill Payne al piano en un tema y Lenny Pickett al saxofón. En los coros, Todd Rungren –acreditado como productor de los mismos-, Kasim Sulton y Rory Dodd, así como colaboraciones varias que fueron desde el mismísimo Steinman a los hermanos Nelson.
Entonces llega "Wasted Youth", el momento del tema más teatral del álbum, un interludio narrado por el propio Jim Steinman, una hilarante y grotesca historia sobre un adolescente asesino y psicópata, una guitarra, sangre, una Harley-Davidson destrozada... y un padre que no tiene ni idea de lo que significa el Rock’n’Roll, una extrañeza que sirve de entrada para "Everything louder than everything else", otro hard rockero tema cargado de coros, piano –esta vez a cargo de Bill Payne- y guitarrazos de Eddie Martinez que acaba con una gaita. Y tras la gaita, el saxofón de Lenny Pickett dando la entrada a "Good girls go to heaven (bad girls go everywhere)", un gran tema rockero y de melodía pegadiza. "Back into hell es una instrumental" –que tiene como hilo conductor la melodía del anterior tema- de teclados y sintetizadores a cargo de Jeff Bova. El cedé finaliza con "Lost Boys and golden girls", un fin de obra y grand finale precioso en el que los protagonistas son –de nuevo- las líneas de piano escritas por Steinman y la voz de Meat Loaf, arropadas por coros y sintetizador.
¡Feliz fin de semana!
© King Piltrafilla
Una puta obra maestra
ResponderEliminarEs que el primero era demasiado brutal. El nivel voval y compositivo de ese disco no era normal; y encima reventó los charts del mundo entero. Es cierto que éste está demasiado condensado en esas partes orquestales que tanto le gustan a este señor, pero en mi humilde opinión, si obviamos los dos últimos temas del disco, sale un trabajo muy bueno.
ResponderEliminarFue mi disco "himno" por allá en el 95 (creo) que lo conocía ya y lo conseguí en la sección "llévate estos CD que no se vendieron o los tiramos" de una discotienda. Me encantó su estilo y aún hoy lo atesoro.
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