ZEPPELIN ROCK: NUDOZURDO - Sintética (2008): CRÍTICA Review

jueves, 9 de noviembre de 2023

NUDOZURDO - Sintética (2008): CRÍTICA Review

 

por Dani Matute (@dmatuteb)




El vinilo de Nudozurdo del que os voy a hablar hoy lo compré en una super oferta de 3x2 en vinilos de una superficie comercial. Los otros dos discos también aparecerán por aquí en un futuro. No los he abierto hasta este mes pues los dejé almacenados para autorregalármelo (o que me lo regalasen) por mi cumple(no penséis que soy tan previsor o raro: mi amigo César hace todos los años carta abierta de Reyes Magos indicando qué quiere, dónde encontrarlo e incluso precio).





Durante muchos años tuve la intención de comprar el CD de Sintética, trabajo publicado en el 2008, pero nunca lo encontré en stock o a precio razonable. Sin embargo, cuando vi esta reedición, en realidad primera edición en este formato, de Everlasting Records en vinilo transparente, no dudé en hacerme con él. Masterizado por JJ Golden en California. Grabado en cinta analógica y listo para que las agujas le saquen todo el partido. Bueno, muchos años es exagerar. Sería el 2009 cuando descubrí a Nudozurdo. Un poco antes había descubierto a Vetusta Morla, ya sabéis, si te gustaban Radiohead era fácil caer en sus redes. Incluso les compré su CD, creo que había que hacerlo en su web porque se lo autopublicaron. Pero empezaron a ser famosos y, a veces, me pasa que cuando algún artista empieza a sonar demasiado, me puede causar un pequeño rechazo. Así me pasó con los Vetusta. Me reconcilié con ellos tras verlos en un directo en Santander acojonante, pero eso es otra historia y no quiero desviarme. El caso es que decidí investigar algún otro grupo español nuevo que no fuera conocido. Y me topé con el mp3 de Sintética de Nudozurdo. Y, con sólo la primera escucha de este trabajo quedé fascinado con el TEMA del disco. Con “El Hijo de Dios”. Lo escuché de forma compulsiva y perturbadora. Todos los días sonaba en mi coche en los viajes de ida y vuelta de trabajo. El resto del disco tampoco desmerece. Podríamos describirlo como un estilo post punk (o afterpunk que dicen los entendidos), post rock, stoner pop…Cualquier combinación de palabros pero, nunca lo metería en el saco del indie español, como tampoco a Vetusta, Standstill o León Benavente por poner ejemplos conocidos. Porque su rollo es distinto y lo notas. Estos Nudozurdo son demasiado oscuros. Suenan a Cure, Smiths, Jesus and Mary Chain, incluso Joy Division: bajo y baterías muy marcados y guitarras entre atmosféricas y sucias. Por eso mismo la definición de pop sucio es que el más se aproxima a su realidad. Además,  tuvieron la suerte de que ningún DJ indie despiadado le robara el alma al “Hijo de Dios” con un remix pensado para ser consumido por la hordas indies, como sí le pasó al “Toro” de El Columpio Asesino. Consiguieron quedarse en otra liga.

El vinilo transparente es una pasada. Me acuerdo de peque que teníamos en casa singles de plástico que se doblaban, no de vinilo, que regalaba alguna marca comercial con cuentos y canciones infantiles. Eran de colores y alguno era así, transparente. Pero esta edición está muy lograda. No es de 180 gr., pero te quedas con la peña.



“Mil espejos” abre la primera cara con una introducción musical de más de dos minutos (me gusta como van entrando los instrumentos poco a poco creando una atmósfera vaporosa) para luego una interpretación serena, que no triste, de Leopoldo Mateos donde nos cuenta sobre una relación sentimental pasada. Quizás la que me recuerda más a The Cure.

“Negativo” es un poco más aguerrida, más angustiosa. De nuevo se monta alrededor del bajo y la batería. Los León Benavente hacen algo bastante parecido hoy en día.

El tercer corte sería lo que entiende esta gente por balada.  En “Ganar o perder” de nuevo nos hablan de una relación pasada aunque con mala leche dentro de un tema cadencioso:  “Y creo que lo que más echo de menos es discutir contigo hasta hacerte llorar, para que me perdones primero y para ponerte de nuevo contra la pared”.

Seguimos hundiéndonos en la oscuridad y el post punk con “Kamikaze”. Me gusta la base rítmica constante y los cambios de ritmo.

Y llegamos al momento orgiástico del vinilo al dar la vuelta al mismo. Al menos para mí. Es un puñetazo en la cara y en el pecho por esa letra con historias de perdedores. No, más que de perdedores, de perturbados con delirios agudos. Con una línea de bajo hipnótica. Y esa es la mejor definición que le puedo dar a esta canción: hipnótica. Quizás por eso la reproducía en bucle una y otra vez. Como me pasa con el “Fools gold” de los Stone Roses. Canciones de siete minutos que me atrapan en su telaraña. Las inflexiones de voz de Mateos reflejando la ira de los protagonistas. La referencia al viaducto madrileño con “las perversas mamparas de metacrilato con las que el perverso Manzano te impedía saltar”. Quizás la introducción recuerde un poco al "Love buzz" de los Nirvana. Si sólo podéis escuchar una canción de todas las que os estoy poniendo, por favor, que sea esta.



Después del clímax, es imposible mantener el nivel. Con “Otra vez”, una conversación de alcoba, de follar, de correrse, intentan no decaer. Más progresiva que las anteriores.

Seguimos con “No hay nadie más”, con un poso mucho más rockero. Corta y al pie.

“Ha sido divertido” es perfecta para un single. Con un ritmo más acelerado y contagioso nos cuentan sobre esas relaciones que podrían haber sido la hostia pero que al final se van por el desagüe y terminan en dolor y desolación: “esto funciona así”. Sí, estos señores de Nudozurdo tienen claro que el dolor es lo más real que existe.

Para cerrar el vinilo, algo que se estila muy poco en la industria musical hoy en día: un tema instrumental. “Ido” funciona muy bien. Quizás con ciertos toques a Héroes del Silencio. Pero ni cansa ni te da la sensación de relleno. Es como un bálsamo tras la tormenta, tras el dolor que destilan las canciones. Como relajarse viendo la lluvia caer a través del cristal de la ventana de tu habitación.


En este trabajo Nudozurdo eran Leopoldo Mateos a las guitarras y voces, Daniel Asúa al bajo y Felipe Salazar a la batería. En los siguientes trabajos solo permanece Leo Mateos. Este fue su segundo LP. Y llegaron cuatro más después de este Sintética hasta su separación. Fuera de los focos, eso sí. Con la música que hacían era difícil que sonasen en las radios.

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