ZEPPELIN ROCK: BILLION DOLLAR BABIES - Battle Axe (1977): CRÍTICA Review

viernes, 8 de julio de 2022

BILLION DOLLAR BABIES - Battle Axe (1977): CRÍTICA Review

 


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)


El arte, amigos, como cualquier cosa que apela a los sentimientos de uno, es pura subjetividad, por lo que ignoro si los entendidos aprobarán lo que digo o se me tirarán a la yugular. Sin embargo, estamos –en mi opinión– ante todo un discazo, de los más infravalorados si no desconocidos de la historia del rock. Me estoy refiriendo, como veis, a este Battle axe que encontré en una pequeña tiendecita de vinilos en Bruselas. Para los que no conozcáis a los Billion dollar babies, deciros que su nombre tendría que daros muchas pistas de por dónde van los tiros. ¿Pero este no era el título de uno de los álbumes de Alice Cooper?, en efecto, lo que no es de extrañar ni más ni menos porque la banda la fundaron Michael Bruce, Dennis Dunaway y Neal Smith, guitarrista, bajista y batería de Alice Cooper, respectivamente.

Y es que, después de editar Muscle of love, Alice Cooper –la banda– necesitaba hacer un parón, tanto por cansancio general como por los graves problemas de salud de Vincent en esos tiempos. Además, Michael Bruce quería aprovechar para editar un disco con sus ideas sin tener que ponerlas en consideración de sus compañeros. Cuando Neal Smith se enteró, quiso hacer lo mismo. De lo que no se dieron cuenta es de que eso daba alas a Vincent que, espoleado por el manager Shep Gordon, decidió hacer lo propio. Quizás las nuevas generaciones no lo sepáis, pero resulta que Alice Cooper era el nombre del grupo y existía un acuerdo verbal por el que la propiedad del mismo era de todos los integrantes de la banda. Sin embargo, desde el principio, Vincent Furnier se apropió del nombre convirtiéndolo en su alter ego por lo que propició que se desdibujase el límite entre el nombre de la banda y el de su frontman. Así que a la hora de lanzar discos en solitario, comercialmente tenía las de ganar Vincent. Y así lo vio Gordon, cuando convenció a Alice –el cantante– de comenzar un proyecto con él como representante. Neal, Michael y Dennis se habían establecido en Connecticut y habían comenzado a escribir canciones para el nuevo disco... pero este nunca llegó a materializarse. Cuentan que oficialmente no hubo una separación. Simplemente, cuando Alice finalizó la gira de presentación de su disco Welcome to my nightmare, no telefoneó a sus antiguos compañeros para grabar su nuevo álbum. Para justificarse, Alice acusó a sus colegas de no querer participar más de la vertiente teatral del espectaculo y de comportarse como rockeros mercenarios que solo buscaban cobrar su dinero y comportarse como rockstars. En ese sentido, Dennis Dunaway siempre se ha desmarcado de tales críticas aunque no esconde que se cansaron de no haber visto un dólar de beneficios después de haber estado toda una década trabajando duro y superando en ganancias a estrellas como los Stones o Led Zeppelin. Por otra parte, Neal Smith también ha argumentado sobre la pretendida falta de interés teatral que cuando sacaron al mercado este Battle axe, invirtieron todos sus ahorros en atrezzo y material de escenario de cara a ofrecer un enorme espectáculo a sus seguidores. 


Total, que como os he comentado antes, todas las sospechas recaen sobre Shep Gordon, que supo convencer a Alice de que era mejor contratar a músicos de sesión ante los que imponer su criterio sin someterse a votación y al que algunas voces acusan de querer repartirse con Cooper las ganancias de su carrera sin tener en cuenta a cuatro bolsillos más. Y pese a que, como es natural, a la banda no le hizo gracia alguna cómo había finalizado su relación, decidieron no iniciar acciones legales contra su excompañero debido a la amistad que les unía. O al menos eso dicen, porque –como os he dicho antes– al parecer habían sido unos pardillos y no tenían nada que hacer en los tribunales al no existir documento alguno de la titularidad del nombre de la banda. En resumen, que viendo que su futuro como banda era inexistente, los tres antes mencionados –Glen Buxton ya hacía tiempo que no era parte de la banda, de hecho ni tocó en Muscle of love– decidieron coger el timón de su carrera. Así que tomaron el nombre de su álbum más vendido y grabaron este Battle axe en los neoyorquinos The Record Plant dispuestos a demostrar que Alice solo era una parte de la banda. 

El line up estaba formado por los mencionados Neal Smith (batería), Dennis Dunaway (bajo) y Michael Bruce (voces y guitarra) a los que se unieron Mike Marconi a la guitarra y Bob Dolin a los teclados y sintetizadores. A la producción estuvo Lee DeCarlo aunque al parecer, el disco tuvo que remezclarse por Jack Douglas (algunas fuentes citan a Jack Richardson) y remasterizarse porque las primeras copias vendidas tenían demasiados altos que provocaban que la aguja saltase al reproducirse el disco. Fuese quien fuese, nadie fue acreditado por ello por lo que hoy en día es difícil saber si nos encontramos ante una primera edición o una segunda si no es llevando el vinilo a casa y sometiéndolo al juicio de la aguja. El mío es una edición norteamericana pero no salta, por lo que supongo que será de la segunda hornada. 


Con portada de Ernst Thormahlen, el track list era: 

A 
Too young 
Shine your love 
I miss you 
Wasn’t I the one 
Love is rather blind 
Rock n’roll radio 

Dance with me 
Rock me slowly 
Ego mania 
Battle axe 
Sudden death 
Winner 

El disco comienza con Too young, que se convertiría en single del álbum, un hard rock pegadizo –aunque muy básico– con fuerte presencia del bajo de Dunaway y con Bruce haciendo de Cooper. Shine your love también deja buen sabor de boca, no en vano estamos ante el trabajo de tres de los cinco integrantes del grupo que compuso Killer, Bilion dollar babies o School’s out, es decir que malo no podía ser el resultado. I miss you sigue la misma tónica de hard rock alegre y con poca complejidad de los temas precedentes, con la banda haciendo coros y Bruce pareciendo una versión descafeinada de Cooper. Wasn’t I the one le hace a uno pensar qué hubiese sido de este tema con Vincent poniendo las voces y Bob Ezrin sus arreglos orquestales, seguramente se hubiese convertido en uno de sus singles más recordados. Love is rather blind es otro hard rock, simple, directo y con coros y alguna floritura de teclados que resulta muy agradable de escuchar. Y Marconi no es Buxton, pero resulta más que solvente con su instrumento. Y Rock n’roll radio –el segundo single que se sacó del álbum– pone fin a la cara A sin apartarse estilísticamente de todo lo escuchado hasta el momento. 

Dance with me es otro tema marca de la casa en el que en algunos momentos a uno le parece estar escuchando a Alice cantar. Entonces el bajo de Dunaway arropado por los teclados de Dolin da comienzo a otro temazo en el que uno esperaría escuchar a Alice, un Rock me slowly que deja claro una vez más que estamos ante un álbum de lo más infravalorado que es como una demo del pedazo de disco que debía haber sucedido a Muscle of love. La caña –entendedme, hablo de finales de los 70– regresa con Ego mania, una instrumental llena de guitarrazos que sirve de preámbulo a Battle axe, que se inicia de manera solemne con los teclados de Dolin dando entrada a un temazo que –una vez más– da rabia no escuchar con Alice a la voz. Y Sudden death es un interludio de teclados que precede a Winner, el tema con el que finaliza épicamente este pedazo de disco. 


Poca broma, amigos. Para llevar adelante este proyecto se fabricaron guitarras de plexiglás transparente con forma de hacha, se compraron trajes de gladiador futurista y se construyó un enorme escenario de gira con forma de ring de boxeo para sacar adelante el concepto del rock amenazado por el disco y el pop que en la batalla final resultan derrotados. Y no solo eso, parece ser que había incluso un guión para una película... pero pese a todas esas ideas y la calidad del álbum que recibió críticas bastante aceptables, el grupo no obtuvo un gran éxito entre unos fans que ya habían tomado partido por Alice, por lo que la banda acabó separándose definitivamente. Lo dicho, ¿qué hubiese pasado si todas estas ideas hubiesen tenido la voz de Alice Cooper y la magia a la producción de Bob Ezrin?, pues nunca se sabrá ya. Pero aquí estoy yo para descubriros –si no lo habíais hecho ya– a esta especie de Alice Cooper Group Mk II que facturó lo que podría definirse como un disco de Alice Cooper sin Alice Cooper. No os engaño si os digo que es un muy buen disco. Dadle una escucha AQUÍ y me decís.

¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla

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