ZEPPELIN ROCK: Discos para una isla desierta - Mi paraíso

sábado, 4 de marzo de 2017

Discos para una isla desierta - Mi paraíso


por Alberto Iniesta (@A_Maqueda_8)
del blog Discos





Para romper un poco con la dinámica de los discos en directo, esta vez voy a hablar de varios discos que no voy a dejar de escuchar mientras viva, los que más me han gustado, que no los mejores, que nadie lo malinterprete. Esto va de sentimientos, y a mí los que más me han tocado por dentro, de una forma u otra, son estos quince. Estos quince me los llevaba a mi paraíso particular, que tiene nombre, no es una isla desierta y se llama Jávea. Sin que importe el orden, allá van:


Especies en extinción, de Rulo y la Contrabanda: Por ser un disco ideal en días de bajón, de domingo por la tarde, donde la próxima canción todavía no se ve. No defrauda, tiene un alma y un sentimiento que te atrapan y no te sueltan. Me gustan prácticamente todas, pero mi canción favorita es Divididos.

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Zapatillas, de El Canto del Loco: Por ser el disco de mis once años, y uno de los primeros que oí por mí mismo. Todavía lo escucho con un enorme cariño. Todos tenemos un comienzo, y no son pocas las veces que necesito volver a ese comienzo y acordarme de aquellos años en que, para mí, ellos eran todo lo que necesitaba escuchar. Como ocurre con el de Rulo, casi todas me encantan, pero siempre me he quedado con Tal como eres.

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Aproximaciones, de Pereza. Mi otro grupo de la infancia. Como me pasa con Zapatillas, todos tenemos un inicio, y en el mío Pereza tuvieron un peso muy destacado. De este disco me gustan todas, lo he escuchado cientos de veces, y con el paso del tiempo he visto que no era el mejor de Pereza, pero inevitablemente es mi favorito. La canción a la que más cariño tengo es Huracán, por esas estrofas y ese estribillo que tantas veces he cantado a gritos.

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La mafia del baile, de Loquillo y Trogloditas. Los tiene mejores, sí, y no conozco a ningún fan suyo que cite este como su favorito, pero fue el primer disco que escuché del Loco y los suyos y fue muy especial para mí. Mi padre lo ponía en el coche y me encantaba, otro de esos cuyas canciones conozco a la perfección de principio a fin. Cada vez que lo pongo ahora vienen a mi cabeza esas imágenes de coche y carretera con este disco de fondo. Uno de mis grandes amores musicales, sin duda. Y mi favorita, la que más alto cantaba, esa es Faraón.

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American idiot, de Green Day. Mi grupo de la adolescencia, y a los que a día de hoy sigo adorando, son Green Day. Este disco es de esos que se oyen del tirón, porque no sobra nada. Prácticamente cada canción es un himno, y a día de hoy sigo sin encontrar palabras que describan lo que sentí al comprarlo y ponerlo en vinilo por primera vez. Mi favorita siempre ha sido esa maravilla llamada Homecoming.

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La edad de mierda, de Gritando en Silencio. Uno de mis últimos descubrimientos absolutos, su anterior álbum maldito es incluso mejor que este, pero es que La edad de mierda fue con el que los descubrí y a mí esas cosas me marcan a fuego. En cada concierto que les he visto, cada escucha, cada canción… estos tipos tienen algo que pocos, muy pocos tienen. Saben transmitir emociones de verdad. Mi favorita, esa triste historia vestida de acordes llamada Perdedores en la lluvia. El techo solo se lo pondrán ellos.

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Besos de perro, de Marea. Para mí los Marea son un grupo muy querido, son mi grupo, les tengo un cariño enorme y mis ganas de un nuevo disco suyo son infinitas. Me gustan sus (de momento) seis álbumes, pero se repite de nuevo la historia del primer disco. Yo les conocí con este LP, y me cambió la vida. Esas letras vomitadas desde el alma, combinadas a la (im)perfección con esas sólidas bases guitarreras, son una mezcla a la que recurro a menudo, y sí, le he dado muchos besos a este disco. Mi favorita no podía ser otra que A la mierda primavera.

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A hard day’s night, de los Beatles. Una noche de verano estaba con mi familia cenando en Aranjuez y de repente sin saberlo empezó a tocar la All Together Band, grupo de versiones de los Fab Four. Siempre sonaban en casa, pero desde aquella noche les cogí un cariño que no ha dejado de crecer en estos años. En este álbum los Beatles entregan un ejercicio de deslumbrante perfección pop. Amo a los Beatles, he degustado todos sus álbumes muchas veces, pero este para mí es especial. Me quedo con la melancolía de Things we said today.

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Electric warrior, de T. Rex. Adoro este disco, me encanta la voz de Marc Bolan y por casi todas las canciones de este álbum me tiraría por un puente. Para mí significa mucho, no me entró a la primera pero una vez que le cogí el gusto se quedó a mi lado. Además, tiene una de mis portadas favoritas. La que más me gusta es Cosmic Dancer, que sigue siendo una de las canciones más bonitas que jamás he oído.

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Me mata si me necesitas, de Quique González y Los Detectives. Mi último gran descubrimiento, el disco que más he escuchado últimamente. No entiendo cómo no me puse a escucharle antes, pero en cualquier caso me alegro haberlo hecho. Se ha convertido en uno de mis dioses, y este disco en uno de mis favoritos. Cada canción es para escuchar con detenimiento, es un disco de diez, con una banda que lo borda y unas letras que son una auténtica gozada. Mi favorita, Sangre en el marcador, la culpable de mi adicción a la música de este genio.

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Born to run, de Bruce Springsteen. Bruce es otra de mis debilidades, y este disco en concreto es de los que más me ha emocionado de siempre. Todavía se me pone la piel de gallina cuando escucho el comienzo de Thunder road, y el resto es que no tiene desperdicio. Amo hasta la saciedad este disco, desde esa portada con Big Man Clarence Clemons, pasando por cada una de las canciones. Para mí, imperdible. Un lujo para los sentidos. Y sí, Thunder Road es mi preferida.

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Untitled, de Led Zeppelin. Vaya por delante que Stairway to heaven es mi canción favorita, pero es que el resto de canciones del cuarto disco de los Led Zeppelin, para mí la mejor banda que he escuchado, son todas ellas acojonantes. La calma preciosa de Going to california, el blues impecable de Black dog o el rock duro de Misty mountain hop. Es una obra maestra, y siempre me ha encantado escucharlo a un volumen indecente cada vez que lo pincho. Lo adoro a cada escucha más que la anterior. Y sí, Stairway to heaven. Para qué más.

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Exile on main street, de los Rolling Stones. Recuerdo que la primera vez que escuché este álbum le dije a un amigo que era lo mejor que había oído. A día de hoy, no sé si el mejor, pero desde luego en el podio está. Es un combo de rock and roll, blues, country… es la respuesta a todo. Si la respuesta está en el viento, sin duda en la calle principal hay un vendaval. Pecado no haberlo escuchado, es uno de los discos de esos perfectos. Mi favorita, Torn and frayed, que me parece una obra maestra. Tanto musicalmente como líricamente.

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Los secretos, de Los Secretos. Pocos músicos emocionan más en nuestro idioma que Enrique Urquijo, y aunque en futuros discos entregaron melancolía inmortal, me quedo con este primer ejercicio de pop fresco que me encanta y me parece que es pura historia de nuestra música. Me quedo con Déjame por ser una de las primeras canciones que escuché en mi vida, que sin duda fue mejor a partir de ese tema. El mejor homenaje a Enrique es, precisamente, que su música no deje de sonar.

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London calling, de los Clash. La primera vez que escuché este álbum no me gustó porque por esa época yo buscaba guitarra, bajo, batería. Mi paladar musical no estaba preparado para un cóctel sonoro de este calibre. Pero una vez que me gustó… otro de los que me cambió la vida. Joe Strummer me encanta desde entonces, me parece un genio, y este disco siempre va a formar parte de mi vida. Mi favorita, Death or glory, de las primeras que me aprendí con la guitarra.

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2 comentarios:

  1. Creo que podría ir a hacerte una visita tanto a la isla como a Jávea, excepto si me da pereza y voy en zapatillas ;D Saludos

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    1. Estaré en la Granadella, y de fondo sonando cualquiera de estos. Saludos!!!

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