ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película OBJETIVO JADE (Andy Sidaris, 1992): Reseña

domingo, 2 de marzo de 2025

CRÍTICA de la película OBJETIVO JADE (Andy Sidaris, 1992): Reseña

 

by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




He aquí, piltrafillas, otro título de la serie Triple B –Bullets, Bombs and Babes- del norteamericano Andy Sidaris. Me refiero, concretamente, a Hard Hunted (Objetivo Jade en versión (libre) española), la séptima de la serie. Escrita y dirigida por Andy y producida por su mujer Arlene, este nuevo episodio –otro de los protagonizado por la agente especial Donna Hamilton- nos cuenta cómo la agente Mika roba al malvado Kane un dispositivo que se halla oculto en un pequeño Buda de jade y que puede utilizarse como disparador nuclear. Donna y Nicole –que están de vacaciones-, ven como su descanso se ve interrumpido por la llegada de Mika y el ataque de un helicóptero que acaba con su vida, aunque la desdichada consigue entregar a Donna la figurita de marras. Las agentes se reúnen en Hawaii con el resto del grupo y entonces Donna es secuestrada por las huestes de Kane. Pero la chica escapa del avión en el que la transportaban y cae en una isla perdida del Pacífico, aunque –pese a llevar paracaídas- se golpea en la cabeza con una piedra –la única- que había en una playa de blanca arena. ¿Resultado? Pierde la memoria. Y no os contaré más, amiguitos. Ya sabemos que los argumentos de este tipo son algo pueriles; sin embargo, os recomiendo que la disfrutéis sin complejos.





En Hard Hunted, a las habituales Speir, Brimhall y Vasquez, se suma en esta entrega una tal Ava Cadell a la que también vimos en Fit to Kill -que, en realidad, es la que sigue a esta cronológicamente, pero de la que hace tiempo ya os hablé- porque, como ya sabéis, Andy hacía estas películas como churros y repetía elenco en casi todas, a veces interpretando a los mismos personajes y, en ocasiones, cambiándolos por otros. Un poco lioso, la verdad, pero no es menos cierto que en esta serie Triple B lo que menos cuenta es el papel que hace cada uno, si repite personaje o si en una cinta es agente del gobierno y en otra es asesino. Total, que si habéis visto otros de sus títulos, esta película es más de lo mismo. No puedo dejar de comentaros una hilarante escena –sin voluntad de ello por parte del director, por supuesto- en la que Edy y Lucas intentan ponerse a salvo de un asesino que les dispara con un arma automática. Van tan lentos en su reacción ante el peligro –incluso se tropiezan la una con el otro- que había tiempo para matarlos varias veces. Aún así, sobreviven, y Lucas levanta una mesa para protegerse de las balas... una mesa que se vuelca del todo y cae por un terraplén, por lo que –en lugar de servir de parapeto- acaba fuera de plano. Patético, pero muy Sidaris. En fin, piltrafillas, exteriores paradisíacos rodados en Hawaii, esculturales playmates en biquini, lencería o desnudas –cualquier excusa es buena para ello-, guiones de historieta, disparos, explosiones y la presencia como villano de Geoffrey Moore -el hijo de Roger Moore–, otra conexión con la saga James Bond, de la que Sidaris es deudor confeso. En resumen, una cinta muy distraída pese a sus carencias -si uno no busca más que palomitera mezcla de cine de acción trepidante en localizaciones exóticas y altas dosis de sensualidad- aunque sea a costa de caer en la ridiculez. Ejemplo de ello son los mensajes que Ava envía a las agentes Hamilton y Justin a través de las ondas de la emisora KSXY –el nombre es tan útil como un puñetazo en la cara- hablando al micrófono mientras se acaricia las tetas sumergida en un jacuzzi. Verosimilitud de alto nivel, piltrafillas. 

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